En la Universidad de Saarland, Alemania, un grupo de científicos probó que las siestas tienen aún más beneficios de los ya conocidos (reduce el estrés, provee energía, mejora el funcionamiento del organismo, etc.).
El estudio consistió en pedir que un grupo de sujetos memorizaran pares de palabras sin relación alguna entre ellas, luego de la sesión de estudio se dividió a los participantes pidiéndoles a algunos que tomen una siesta y a otros que vean una película; la resultante fue que aquellos que habían tomado un descanso lograron mantener cinco veces más las palabras que habían estudiado que aquellos que no habían tomado una siesta a mitad del día.
El director de la investigación, Axel Mecklinger, dijo a diario Clarín que "una pequeña siesta en la oficina o en la escuela es suficiente para mejorar significativamente el éxito del aprendizaje. Dondequiera que haya un entorno de aprendizaje, debemos pensar seriamente acerca de los efectos positivos del sueño" y añadió que "incluso un corto sueño de 45 a 60 minutos quintuplica la recuperación de información de la memoria".