La publicación en algunos medios de la existencia del muro de Facebook “Mendoza Sabe” en la que se publicaban fotos sexuales de adolescentes causó tanto revuelo que diarios nacionales se hicieron eco de la noticia. En el sitio, que fue dado de baja luego de la denuncia de docentes de nivel secundario, se ejercía ciberviolencia a través de la publicación de fotos de alumnos de colegios mendocinos que eran identificados incluso con la institución. No conformes con esto, el administrador sumaba comentarios groseros e irrespetuosos a los que se sumaban otros de la comunidad.
La publicación logró ubicar en la agenda pública un tema que ya estaba instalado en la realidad sin demasiados cuestionamientos. Docentes y especialistas consultados aseguraron que la circulación de imágenes y videos de contenido sexual en las redes entre los jóvenes no es algo nuevo. A esto se suma el ejercicio de violencia, agresión, competencia en el ámbito digital a través de este tipo de contenido que deja a los jóvenes expuestos socialmente y supeditados a sufrir consecuencias indeseadas que seguramente desconocen.
Para los profesionales, el lenguaje digital es el propio de esta generación que encuentra en la sexualidad uno de los temas más trascendentes para ellos. Sin embargo, uno de la mano de otro alcanzan ribetes que llevan a que la situación se haya vuelto incontrolable. Que los adultos y las acciones llegan tarde fue el punto de coincidencia entre los consultados que refirieron que el motivo fundamental por el cual los jóvenes llegan a exponerse de esta manera es ganar fama a través de la sumatoria de posteos, seguidores y 'me gusta'.
Se relaciona con el el sentido de pertenencia a un grupo que en este caso determina ciertas conductas para lograr integrarse.
Sexualidad en la web
Una de las primeras docentes que decidió tomar cartas en el asunto -que prefirió no ser nombrada- contó que la existencia del sitio en la red social surgió en el marco de una reunión informal entre profesoras de diferentes colegios. Muchas mencionaron que lo sabían por corrillos y por eso allí mismo decidieron confirmar que fuera cierto.
“Encontramos fotos de alumnos de diferentes colegios en posiciones aberrantes, pornográficas (...) entonces desde nuestro rol de educadores pensamos que lo que podemos hacer es difundir, no tenemos forma de hacer otra cosa porque se trata de algo del ámbito privado, entonces hicimos las denuncias”, contó. Dijo además que prefirieron no hablar con los chicos para no alertar a los que aun no sabían.
En un primer momento era un muro aparentemente de acceso público pero luego de que se difundiera se hizo cerrado, por lo que era necesaria la aceptación para ingresar.
La profesora de Lengua, Mónica Andrea Helou, fue una de las que hizo efectiva la denuncia.
“Cuando vimos el tono de las fotos nos quedamos horrorizadas porque eran chicos chicos, fotos muy eróticas, incluso de genitales y con comentarios muy agresivos por parte del administrador. Era muy alto el nivel de vulgaridad con que se trataban las cosas y pensamos que no podía ser que nadie supiera por lo que hicimos la denuncia en Facebook”, recordó la docente.
Señalaron que tropezaron con el principal obstáculo que tiene este asunto: no hay un ámbito que se haga cargo, no se trata de algo netamente familiar ni escolar. Primero llamaron al 102 pensando que se trataba de un caso de violencia infantil pero allí les dijeron que no era de su competencia . Por eso decidieron llamar al Organo Administrativo Local (OAL) pero telefónicamente les explicaron que se ocupan de hechos que se dan en el marco de la familia.
Esta página fue finalmente dada de baja por la misma red pero señalaron que tienen conocimiento de que existen otras similares.
Helou contó que “hablando con mis alumnos me enteré que hay una onda de hacerse "famositos" para lograr la mayor cantidad de me gusta pero si a un chico le molesta suben alguna foto y lo queman, así con ese nivel de inconciencia sin saber a lo que se exponen
Marisa Andrea, directora del nivel secundario del colegio Antonio Tomba aclaró que no había jóvenes de esta institución involucrados como había trascendido. Consideró que “los alumnos tienen ese tipo de actitudes de manera permanente y es la forma en que los adolescentes se manejan (...) están de novios y luego de pelearse suben cosas, por eso creo que puede ser cualquiera; su cuerpo, burlas, noviazgos, pasan por diversas situaciones que son reflejadas en las redes”. Desde su punto de vista el tema se presenta en todas las edades: en los primeros años se concentran más en el aspecto físico y luego pasan al plano sexual.
Reflejo de la cultura
Jorge Chaves, abogado diplomado en Derecho y Tecnología a cargo del taller de Prevención de Cibercrimen contra menores del Ministerio de Seguridad explicó que la exposición del cuerpo forma parte hoy de la costumbre ya que ha cambiado el concepto de privacidad o intimidad. En la realidad social se aprecia el cuerpo y el mensaje es que se usa para acceder a una vida social más privilegiada; la difusión de los medios respecto de esto no tiene parámetros por lo cual la sanción moral o social sobre este tipo de material y conducta no existe. Por el contrario, es consumido. Si una publicación de esta índole fuera reprobada no se replicaría pero por el contrario es consumida y se colocan “me gusta” con lo que se obtiene mejor posicionamiento.
Chávez agregó a este contexto la situación de la familia que muchas veces está ausente o despreocupada cuando en realidad su papel al respecto es esencial.
“Lo sexual es entre los chicos un factor de poder pero se llega luego a situaciones peligrosas. Si estoy compitiendo por un chico con otra chica y tengo algún aspecto físico que considero apreciable lo utilizo y lo subo”, detalló.
Pero aclaró que no es que sean torpes como se los quiere calificar sino que son conductas propias de la edad, desconocen las implicancias y se dan en un contexto social difícil.
Por eso desde su punto de vista si bien el aspecto legal es necesario para sancionar, esto se hace sobre el hecho consumando pero no actúa de manera preventiva. Los consumos culturales están por fuera de la norma, por más que se sancione si es aceptado se seguiría haciendo. En este sentido es fundamental el papel de la familia para formar en valores de respeto, para tener una mirada crítica que identifique lo que no es correcto.
Por otra parte, “la escuela no puede ampararse en que no sucedió en la jurisdicción escolar porque son problemas que van a terminar repercutiendo en el curso. No se puede decir que es un problema de la privacidad, la escuela debe educar desde la corta edad en valores incorporándolo casi como una materia”.
