La "selfie" marca tendencia en tratamientos faciales

Muchos se sorprenderían si les contara que la primera selfie de la historia data del año 1839. La misma se la tomó Robert Cornelius, un empresario estadounidense que por este hecho fue considerado pionero en el campo de la fotografía. Por aquel entonces, el tiempo de exposición era tan prolongado que le daba un período relativamente extenso para destapar el objetivo y ponerse para la foto.

Pero, a pesar de que la primera “autofoto” de la historia data del siglo XIX, el término "selfie" no se hizo famoso hasta el 13 de setiembre de 2002 (hace casi 18 años), cuando se citó esta palabra en la televisión pública australiana. Y fue en 2013 cuando la palabra llegó al diccionario.

Mucha agua ha pasado bajo el puente desde aquel entonces y con el tiempo las selfies se han convertido en una verdadera tendencia popular. Hoy es frecuente ver a personas de todas las edades y de todo el mundo sacándose selfies, con accesorios como trípodes y palos de diversos tamaños para mejorar las tomas.

"Parecerse" a la selfie

Así como surgieron productos complementarios, como el mencionado trípode o selfie stick, ese formato de foto popularizado con los Smart Phones está influyendo en nuestras acciones. En ese sentido, ha generado cambios de hábitos, y así como ya no necesitamos pedirle a alguien que nos tome una imagen, también comenzamos a querer que nuestros rostros, en lo cotidiano, se parezcan a como salen en las fotos selfies cuando aplicamos filtros.

Así es como, en los últimos tiempos, es cada vez más frecuente que los Millennials –personas de entre 38 y 26 años- y Centennials –entre 19 y 37 años- se acerquen a los consultorios de estética queriendo mejorar su imagen para salir bien en las mismas.

La idea de estos jóvenes es que sus rostros se vean lo más naturales posibles. Sostener la imagen que publican con los filtros de la selfie se volvió una exigencia o un objetivo a alcanzar.

Levantar y remarcar

Lo que más piden los jóvenes es tener las cejas elevadas y los pómulos marcados, pero sobre todo los labios resaltados y sensuales. También es frecuente que busquen darle mayor luminosidad a su piel.

Otros de los tratamientos más solicitados antes de sonreír ante la cámara del celular son depilación definitiva de rostro, limpieza facial, labios y rinomodelación (algo menos conocido, se trata de la corrección estética de la nariz aplicando ácido hialurónico, un producto biocompatible que dura un año aproximadamente).

Dentro de lo referido a labios, una de las últimas tendencias en las chicas más jóvenes es el pedido de que se vean más carnosos y sensuales. Menciono a las chicas, especialmente, porque el 80 % de las personas que se acercan en busca de una mejora para la foto selfie son mujeres (si bien cada vez más los hombres se animan a mejorar su estética).

Cejas, labios, nariz, pómulos y luminosidad, entre otras, son algunas de las características o partes del rostro que, por el enfoque y la cercanía propia de ese tipo de imagen, adquieren mayor relevancia. El punto clave, frente a quienes quieren mejorar aquellos aspectos, es seguir la corriente actual de resaltar la belleza natural sin intervenciones invasivas.

De esta manera se puede ver que, así como muchas veces las imágenes generadas gracias a la tecnología responden a una similitud con la imagen física de las personas (juegos de la Play, como expresión más clara), en este caso se puede observar que, inversamente, es la tecnología con sus nuevos enfoques, luces, encuadres, etc. -característicos de la foto selfie- la que guía la imagen que quieren tener las personas de sí mismas y lo que hacen para lograrlo.