Pasan los días, semanas, meses y seguimos sin tener el horizonte definido. Sin entrenador designado -Scaloni cumple con un interinato- la selección mayor pierde el tiempo valioso para que un proyecto se lleve adelante. Cada dirigente que está en la AFA tiene su candidato y seguramente a fin de año podrían definirlo para establecer las bases que permitirían saber el camino.
Sea joven o mayor; Con poca o mucha experiencia; Tenga en su CV logros deportivos o no; Sea exitoso o no, el entrenador debe definirse urgente. No se puede seguir especulando, ni hablando de posibles candidatos para un cargo tan importante. Aquí la clave de todo esto es el trabajo de DT y todo su cuerpo técnico por lo que para mí al no comunicar quién es, el tiempo pasa y se pierde. Un claro ejemplo de esto es la planificación de los amistosos.
Desde que terminó el mundial se disputaron varios partidos (todos en el exterior) como por ejemplo Brasil e Irak en Arabia. En noviembre hay fecha FIFA que será en nuestro país. Ante la negativa de jugar en algún estadio de la Capital Federal o en la provincia de Buenos Aires, lo organizadores buscaron plazas en las provincias y casi como una imposición se definió de manera sorpresiva que el 20/11 se jugará en Mendoza -hasta en el propio gobierno provincial se demoraron en ratificarlo públicamente porque fue todo muy rápido-. Esto no hubiese pasado si estuviese proyectado con tiempo como observamos a otros países en los que saben hasta un año antes dónde disputan sus juegos. Huele a improvisación y, en estos casos, no sale bien.
Esta transición que estamos viviendo se termina solo con la asunción de alguien que sea idóneo para el puesto y tenga un rumbo claro en el que se destaque la conformación de un equipo que no sea la sumatoria de individualidades rendidoras en sus respectivos clubes. La Argentina debe mirar al pasado y volver a las fuentes, como metodología de trabajo, de Menotti, Bilardo, Basile, Pekerman -con su trabajo en el sub 20-, Sabella, Martino que en los últimos años le permitieron a nuestro país ser protagonistas de verdad en copas del mundo y de América, eliminatorias sudamericanas, como tantos torneos pudieron disputar. No me refiero a estilos futbolísticos porque son muy variados. Si a la seriedad laboral de esos protagonistas que se brindaron por completo para llevar a la Argentina nuevamente a los mejores puestos a nivel mundial.
En dos meses se nos termina el 2018 y vendrá un 2019 con una competencia muy difícil que se disputará en Brasil. Allí se jugará la Copa América y será una excelente oportunidad para el que esté al mando de la selección. Todos soñamos con un título en tierras cariocas (me toco cubrir varios a nivel clubes por Copa Libertadores) y esperamos que el año que viene se pueda dar aunque el tiempo de trabajo será corto para aquel que sea designado como entrenador de la mayor. Quién asuma tendrá que exprimir el presente para lograr que el futuro se mucho mejor.
Es por todo lo argumentado que le pido a la dirigencia del fútbol argentino que marquen el rumbo de manera urgente porque después todo será tarde.
