La derrota de la Selección ante Croacia provocó una crisis existencial en los ciudadanos argentinos. Para Argentina, el Mundial estaba terminado. Sin embargo, bastó con una nueva victoria para que los hinchas del conjunto nacional volvieran a tener esperanza y recuperaran su "normalidad".
Lo mismo que pasa en el fútbol sucede en la política. Para el argentino, una crisis económica significa la caída del Gobierno y del país entero. Hasta que no se termine esta "ciclotimia", la Argentina no podrá ser un país normal.