La salida, un camino empedrado y lleno de trampas - Por Rodolfo Cavagnaro

El gobierno intenta eliminar el problema del déficit entre debates por tarifas, negociaciones y un panorama internacional inestable.

La salida, un camino empedrado y lleno de trampas - Por Rodolfo Cavagnaro
La salida, un camino empedrado y lleno de trampas - Por Rodolfo Cavagnaro

Después del cimbronazo de la semana anterior, cuando los mercados le hicieron al gobierno de Macri una parte de ajuste, viene la otra parte. Esta que viene es más compleja porque quienes están en el manejo del Estado tienen que ajustarlo de adentro. Siempre fue más fácil ajustar al sector privado.

El camino no es fácil y luce empedrado con cientos de normativas, leyes, regulaciones y la ofensiva permanente de opositores y sindicalistas que no piensan en el pueblo sino en preservar sus intereses corporativos. Y se trata de profesionales que le harán la vida imposible hasta el último día de su gestión.

Para empezar a ordenar el sistema, Macri decidió unificar la conducción de la economía designando como “coordinador” al ministro Dujovne, que es quien encabeza las negociaciones con el FMI. La solución parece práctica pero está llena de riesgos. Los demás “coordinados” mantienen su jerarquía ministerial lo que limitaría el rol del ministro de Hacienda como un “primus inter pares” (el primero entre iguales), aunque con la ventaja de tener la llave de la caja en sus manos.

El gobierno, además, convocó a una especie de acuerdo con sectores del empresariado y del sindicalismo con vistas a elaborar el Presupuesto 2019 donde debería quedar plasmado un programa unificado para alcanzar el equilibrio fiscal en 2020. Para esto, deben comenzar por el propio ajuste como para llevar una propuesta aceptable a terceros.

El primer objetivo del gobierno fue bajar el déficit de este año de 3,2% a 2,7% y se calcula que, para lo que resta del año, podría mejorarse hasta 2,5%. Las previsiones para el año próximo serían bajarlo a 1,5%, lo que lo colocará en un rango mucho más aceptable por los mercados.

La tarea dura de Dujovne es convencer a sus colegas de la necesidad de reducir gastos, lo que implica, entre otras cosas, revisar procedimientos y normas vigentes con el objeto de liberar más las acciones privadas aunque, y esto aún no es reconocido, implicará reducciones de personal de la Administración central.

De todos modos, hay que esperar el avance para conocer las exigencias que pueda poner el FMI, como metas a alcanzar, y los plazos para llegar a esos objetivos. Pero más preocupante para el gobierno es resolver otros temas en los que no se ha podido avanzar y en los que se han mezclado causas judiciales que traban las negociaciones.

Una de ellas es la reforma laboral, en la cual se deben revisar institutos muy antiguos, generados para otra época de la Argentina, donde los modelos de producción eran totalmente distintos a los actuales, y adecuarse a los desafíos de los actuales modelos productivos.

De la misma forma, se hace necesario adecuar normar que faciliten los modelos productivos en lugar de ponerles trabas, algo que también deberá ser negociado con los gobernadores, que han sido invitados a la ronda del acuerdo para el Presupuesto del año próximo.

Inflación y dólar

Son los dos indicadores claves porque son la resultante de las políticas aplicadas, tanto en materia fiscal como en la monetaria. Estos son los indicadores que han tenido en vilo a la sociedad como si tuvieran vida por sí mismos. En el caso de la inflación, está íntimamente relacionada con el volumen del gasto público y la forma de financiarlo.

Lo real es que el sistema de metas de inflación no ha funcionado y es probable que deba ser cambiado por otros indicadores más controlables. Pero lo importante es que la lucha para bajar la inflación debe ser prioritaria, aunque este año la necesidad de bajar subsidios generó aumentos de tarifas que se reflejaron en el IPC.

Pero para que esa lucha sea efectiva debe haber una correcta coordinación de políticas. No es posible esperar una inflación del 15% si la base monetaria crece al 30% y el gasto lo hace al 25% anual. En este sentido será fundamental la tarea de coordinación que haga Dujovne, no solo controlando el gasto sino combinando con el presidente del Banco Central. Además, deberán suspenderse las transferencias del BCRA al Tesoro y acostumbrarse a manejarse con los recursos disponibles.

Para lo que resta del año, los especialistas pronostican una inflación entre 24 y 27%, según diversos cálculos ya que espera el impacto que puede generar la aplicación de los atrasados precios de los combustibles, que está pendiente luego de las subas del crudo a nivel internacional y la influencia de la devaluación.

El desafío será hará converger tanto la política monetaria como la fiscal a los objetivos planteados. No se puede seguir expandiendo la base monetaria de manera desmedida y luego aplicar tasas del 40% que paralizan toda la economía. A pesar de todo, la inflación núcleo se mantiene alta y está claro que solo la tasa no sirve para bajar la inflación.

Respecto del dólar, el mercado considera que se ha recuperado la competitividad perdida, pero todas las recomendaciones es acompañar una adecuación de los valores en función de la evolución de la inflación, para que no vuelva a perder terreno En los mercados de futuro, el dólar a diciembre ya cotiza a $ 28 y, además, hay que respetar los movimientos que genera la inestabilidad en los mercados internacionales.

Las trampas del panorama internacional

En el medio de todos los desafíos, el gobierno se encuentra frente a un escenario internacional que no es amigable. Recordemos que la corrida del dólar se da frente a una suba de tasas en EEUU que encontró a la economía argentina en una situación de vulnerabilidad por errores cometidos en la atención de situación descontrolada que se había heredado.

Dicha situación se mantiene por ahora, porque la economía de EEUU se mantiene firme y el gobierno de Donald Trump sigue emitiendo títulos de deuda. No obstante, la tendencia sería que con esta revaluación de la moneda norteamericana se afecte la competitividad de su economía y no debería extrañarnos que el presidente tome alguna medida para aumentar la protección de economía.

Pero por otra parte, hay una situación extrema vulnerabilidad en Europa. El sistema financiero no ha terminado de sanearse y las economías de los diversos países no han visto mejoras sino que la situación fiscal de muchos países se muestra más en riesgo. España no ha podido cumplir con las metas europeas, mientras Italia, el segundo país más endeudado después de Grecia, está por inaugurar un gobierno populista que tiene entre sus proyectos separarse de la moneda única en medio de una gran turbulencia que puede salirle muy caro al sistema pero, especialmente, a los mismos italianos. Además, Turquía devaluó la lira y generó movimientos especulativos esperando nuevas devaluaciones competitivas.

Todas estas turbulencias hacen que los inversores miren con mucha cautela todos los mercados y más a los emergentes, porque tiene debilidades naturales. A pesar de que hay mucho dinero disponible, se piden primas de riesgo cada vez mayores y todo termina confluyendo en deuda de EEUU haciendo subir las tasas y vuelta otra vez a los problemas.

Con todo este panorama debe lidiar el gobierno argentino y debe tomar decisiones en momentos en que las aspiraciones presidenciales de 2019 empiezan a jugar un rol muy importante, aunque para justificarlas algunos sectores asumen posiciones irrazonables prometiendo solucione imposibles.

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