La feria La Salada abrió en Santa Rosa a mediados de 2013, luego de los festejos patronales de aquel año, en un predio junto a la ruta 7.
Allí atiende sábados y domingos y, pese a que cuenta con más de 500 puestos de venta y a que la visitan unas 15.000 personas en cada fin de semana, el lugar funciona sin habilitación municipal.
“Con la gestión anterior (la del ex intendente Sergio Salgado), La Salada acordó muchas cosas de palabra y sin presentar los papeles correspondientes; la verdad es que aunque los dueños han mostrado voluntad en estos meses, falta parte de la documentación que permita poner a la feria en regla”, señaló el secretario de Gobierno de la comuna, Walter Fredes, quien informó que el municipio le envió una carta documento al titular de la feria, Jorge Castillo, para intimarlo a regularizar la situación cuanto antes.
La Municipalidad aspira a que la feria funcione dentro de las reglas y con la habilitación municipal correspondiente, no solo para cumplir con las normas vigentes sino para comenzar a cobrarle tasas municipales, algo que hasta el momento La Salada nunca pagó.
“El Concejo aprobó una ordenanza que envió el Ejecutivo y que por primera vez incluye a La Salada dentro de la tarifaria municipal”, explicó la concejal Débora Quiroga: “Como no había nada parecido hubo que crear un rubro, el de paseo de compras, y allí queda incluida La Salada”.
Así, y por primera vez desde que la feria abrió sus puertas en agosto de 2013, la comuna está en condiciones de cobrarle tasas municipales por un monto que supera los 100.000 pesos mensuales; sin embargo y aunque cuenta con la herramienta legal autorizada por el Concejo, lo cierto es que aún no puede hacerlo porque el lugar no está habilitado.
Fuente de trabajo
“Tal vez lo que deberíamos hacer es cerrar La Salada hasta que presenten toda la información y los planos necesarios para la habilitación, pero tomar esa decisión implica dejar afuera a decenas de santarrosinos que trabajan allí, y a muchos vecinos del departamento que van a vender sus productos durante el fin de semana. La Salada es una salida laboral para muchos feriantes de afuera, pero también para gran cantidad de santarrosinos”, señaló la concejal Norma Trigo, a cargo del municipio desde la renuncia de Salgado.
Trigo explicó que la carta documento que envió la comuna “es para que la feria presente cuanto antes toda la información y se pongan a reglamento. Estuvimos hablando esta semana con el abogado de Castillo y están de acuerdo en colaborar, de hecho ya han presentado parte de los papeles”.
Entre esos documentos entregados está el plano de la obra civil, que debió ser corregido ya que no se adaptaba a la norma antisísmica de la provincia: “Ahora parece estar bien pero lo está comprobando la gente de Obras Privadas”.
De todos modos y hasta que los planos estén autorizados, la obra en La Salada está paralizada por orden del municipio y así se ha detenido la construcción de los baños, de una nueva nave de locales y del cierre perimetral del predio.
Desde su inauguración, La Salada contó con una habilitación temporal que le extendió el entonces intendente Salgado, un papel que a criterio de Norma Trigo “no tiene ningún valor legal”.
Como tampoco Salgado pudo cobrarles tasa, desde la apertura de la feria y a modo de compensación, Castillo le entregó a la comuna el manejo de la playa de estacionamiento, que generaba varios miles de pesos por fin de semana y que la anterior gestión manejó sin ningún tipo de control administrativo, al punto que una de las causas por las que se lo investiga a Salgado es precisamente el destino que tuvo ese dinero.
La nueva gestión municipal dio por finalizado ese acuerdo verbal, devolvió a Castillo el control de la playa de estacionamiento y busca cobrar a través de una tasa municipal.
Para ello la feria debe estar habilitada y aunque se trabaja para conseguirlo, no hay una fecha precisa de cuándo ocurrirá.