En el paisaje urbano del Gran Mendoza existe un espacio, que el devenir de los días ha incorporado como una familiar y emblemática postal.
En ese vértice territorial donde hoy confluyen Las Heras, Guaymallén y la Capital, reina un monumento que le da, el ya histórico nombre y una re significación muy especial.
Hace muchos años un pequeño predio vacío se hizo rotonda y cobijó un avión. Nació para la identificación popular: “La rotonda del avión”.
Recientemente, obras de infraestructura vial agrandaron, embellecieron y readecuaron su funcionalidad y se reinstaló un avión.
Sin desmerecer la importancia de los trabajos sobre el espacio, en estas líneas quiero rescatar el alma, el sentimiento que acompaña al avión de la rotonda y su pequeña historia.
Un 10 de agosto -Día de la Fuerza Aérea- de hace 40 años, por gestión del interventor municipal de Las Heras, vicecomodoro José M. Pellegrini, en mi condición de 2do jefe de la IV Brigada Aérea, tuve el honor de entregar en nombre de la institución, un avión F-86 “Sabre”, al pueblo de Las Heras “como testimonio de hermandad de ideales en pro de nuestra Patria”.
Era el C-113 –desprogramado para su actividad operativa- que había sido el avión que tripuló el 1er teniente Enrique Carbó, campeón individual del primer concurso interamericano de tiro aire-tierra, que se desarrolló en el campo de Las Lajas, en 1962, superando a los pilotos de los otros países intervinientes.
Con el tiempo, el C-113, dadas sus condiciones de deterioro, fue desmontado para su restauración y reemplazado por un avión Morane Saulnier 760 que estaba pintado en configuración “remolcador de blanco” para los ejercicios de tiro aire-aire (trompa y punteras anaranjadas).
Era el E-219, el cual también fue desmontado al iniciarse este año los trabajos de remodelación de la rotonda y restaurado por profesores y alumnos de la Escuela Técnica de la IV Brigada Aérea, con los colores de avión entrenador que luce ahora reinstalado.
El Morane Saulnier fue el avión insignia del Escuadrón CB-2 en el que volaron durante 50 años, sucesivas promociones de alumnos de la Escuela de Caza, para recibirse de pilotos de combate. Muchos de ellos murieron heroicamente en la epopeya de Malvinas.
Hoy bendecido al amparo de la Virgen de Loreto, está emplazado en actitud de despegue, con rumbo de navegación hacia las queridas Islas, esperando que algún día pueda volver “a brillar en la diadema de la Patria su perdida perla austral”.
Existe un proyecto en sede legislativa, para bautizar la rotonda: “Puerto Argentino”. Ese nombre sintetiza sentimientos guardados en lo más profundo de nuestro sentir nacional y da emotivo contenido a aquel lejano testimonio de hermandad de hace 40 años entre ciudadanía y Fuerzas Armadas.
Brig. (R) Roberto J. Engroba - rjengroba@hotmail.com
