Muchas veces en la política las decisiones se toman lejos de donde ocurren los hechos. Algo así sucedió el martes a la noche mientras se debatía el Presupuesto en la Legislatura. En las bancas, los diputados exponían sus argumentos formales, mientras en los teléfonos y en los whatsapp partidarios, la rosca política giraba a velocidad crucero. Los continuos cuartos intermedios evidenciaron que todo se decidía en otro lado: en el despacho del Gobernador, en el de algún intendente del PJ y también más lejos, en Buenos Aires.
Ayer, desde ambos bandos -radicales y peronistas- apuntaron a dos silenciosos protagonistas por el resultado de la votación. El oficialismo esgrimió que la Casa Rosada, de la mano de Wado De Pedro, los “apretó” ofreciendo votos a cambio del apoyo de Rodolfo Suárez al pliego del juez Rafecas como procurador de la Nación. El PJ, por su parte, contestó que en el traspié oficialista tuvo que ver Alfredo Cornejo, ya que el presidente de la Cámara baja, Andrés Lombardi, responde a él. Incluso un dirigente llegó a deslizar que “si hubiera querido”, el ex gobernador podría haber recurrido a su vieja relación con el hoy presidente Alberto Fernández para lograr el apoyo peronista a la deuda en dólares.
“Están armando un fantasma. A la Nación no le importa Mendoza ahora”, afirmó ayer un intendente del PJ. “Dividirnos es lo que busca el peronismo desde hace rato y no lo pueden lograr”, replicó un legislador radical. Ambos, convencidos de que “los de afuera” no fueron de palo en la fracasada negociación por el Presupuesto.