Desde que a mediados del año se pusieron en venta las entradas a través de la fifa.com, los argentinos fueron los más afectados. Sin dudas, que por la cercanía geográfica más el fanatismo de los hinchas albiceleste por el fútbol, miles de hinchas cruzarían la frontera para alentar al elenco de Alejandro Sabella. Y así sucedió nomás.
En el primer partido del seleccionado argentino disputado en el Maracaná contra Bosnia, Río de Janeiro albergó más de 50.000 simpatizantes argentinos. Se calcula que más de la mitad de ellos pudieron ingresar al estadio. Los otros se respartieron entre las inmediaciones de la cancha y la Fans Fest que se realiza en las playas de Copacabana.
En la segunda presentación el equipo de Sabella, la cual fue en Belo Horizonte y terminó con un triunfo agónico gracias a una genialidad de Messi, unos 35 mil hinchas argentinos estuvieron en el Mineirao. Sin embargo, muchos se quedaron con la ganas de conseguir un boleto y no pudieron ingresar a alentar a la selección.
Ayer, en Porto Alegre, otra fue la historia. Cerca de 90 mil argentinos estuvieron en la sede donde Argentina jugó contra Nigeria. Sólo 30 mil pudieron ingresar al estadio del Internazionale. Esta superpoblación de hinchas derivó en una reventa generalizada de entradas de todo tipo: categoría 1, categoría 2, categoría 3 y la categoría vip, que te permite ver al partido en unos palcos con sillones, LCD y refrigerio en cada momento.
Por esta razón, desde muy temprano, en los alrededores del estadio se podían encontrar muchos argentinos y otros tantos brasileños ofreciendo tickets. Como si esto fuera poco, también hubieron compradores con cartelitos que decían: "Compro tickets". Una locura ilimitada se generó en miles de simpatizantes con el propósito de estar adentro del estadio durante los noventa minutos de juego.
Los primeros números que se manejaban temprano eran 1.200 dólares por cada ticket. Estos números provocaron el enojo de muchos hinchas que empezaron a insultar y escrachar a los revendedores. Minutos después, los tickets se podían adquirir entre 800 y 1.000 dólares. Es decir, casi un 800% más caro del valor habitual. Una entrada vip, hospitality, se conseguía desde los 200 o 250 dólares. Generalmente esas entradas son invitaciones para las empresas que son sponsors de la Copa Mundial.
Muchos argentinos vendieron su ticket en Río de Janeiro o Belo Horizonte. Los más de 1.500 km que separan a Río de Porto Alegre y como era el tercer partido de la selección y ya estaba clasificada, muchos decidieron venderla y quedarse unos días de vacaciones en las playas de Copacabana o Ipanema.
En la tarde noche del día lunes, mientras en la Fans Fest de Río se transmitía el partido entre Brasil y Camerún, el valor de la entrada en reventa salía unos 500 dólares. Cuando uno preguntaba por un descuento, los revendedores manifestaban que acá en Porto Alegre la vendían como mínimo en 1.000 dólares.
Alrededor de las 11 se produjo un enfrentamiento entre varios policías, militares e hinchas Argentinos. En el Parque aledaño al estadio, descubrieron a varios argentinos en el negocio de la reventa. Fueron policías vestidos de civil a adquirir tickets. Esto provocó algunas corridas y el saldo fue un hincha nigeriano detenido que quedó en el medio de gritos y corridas.
Juan Pablo Zárate, oriundo de Villa Crespo, dialogó con Más Deportes y contó que adquirió una sola entrada en Buenos Aires. "Es una entrada de invitación de una marca de autos que patrocina el Mundial. La adquirí a través de un amigo. Pagué 10 mil pesos. Es una locura, pero es el único partido del Mundial que puedo ver. Mañana me vuelvo a Buenos Aires", fueron las palabras precisas de un porteño que pagó casi 8.500 pesos más, una entrada nivel 1.
Un grupo de amigos cordobeses entre los que se destacaba un mendocino, oriundo de San Martín, afirmaron que en todos los partidos compraron en reventa. En el primer partido del Maracaná pagaron 800 reales, es decir, 4 mil pesos por una entrada de 90 dólares. Los siete amigos le compraron al mismo vendedor de nacionalidad brasileña.
En Belo Horizonte pasó algo similar. Mientras veían cómo arrancaba el partido, en una casa de comidas rápidas en los alrededores del estadio, aparecieron vendedores de una empresa de turismo local y ofrecieron entradas vip a 350 dólares. Todos con su boleto verde en la mano no se cansaban de contar la historia y el bajo valor de la entrada que pagaron. Para el partido ante Nigeria en Belo Horizonte, sólo necesitaban 3 tickets y por ellos pagaron 1.400 dólares.
Lamentablemente la pasión argentina no tiene límites. La pasión explota en cada momento y alimenta este absurdo negocio que desde hace un tiempo es moneda corriente en todas la canchas del fútbol argentino. Ojo, Mendoza no es la excepción.
Vuelos agotados
La marea argentina que invadió Río de Janeiro, Belo Horizonte y Porto Alegre rompió con todos los esquemas de transportes del país. Los vuelos internos en Brasil se consiguen a un precio muy económico. Por ejemplo, un pasaje de ida en avión de Río a Porto Alegre ronda los 1.500 pesos. Sin embargo, en la última semana subieron considerablemente. Hoy, están en 4 mil pesos.
Lo mismo sucedió con los viajes desde Belo Horizonte. Muchos argentinos se quedaron en la ciudad donde está parando la selección argentina y se trasladaron hasta Porto Alegre recién el lunes o martes. Los pasajes cuestan alrededor de 2.000 pesos. Ahora, los mismos se conseguían en 4.500 pesos como mínimo. La fiebre argentina también provocó que desde el lunes todos los pasajes terrestres desde Río a Porto Alegre estuvieran agotados. En Brasil, la inflación la provocó la pasión del hincha argentino.
Amistades peligrosas
La relación que se generó entre brasileños y argentinos desde que arrancó la Copa, llegó a un punto límite. Basta de cánticos amigables, intercambio de tragos y cervezas. Como sucedió en Belo Horizonte, ayer, en Porto Alegre, otra vez se produjeron varios incidentes tras los goles del equipo rival argentino.
Volvió a retumbar el nuevo himno del conjunto albiceleste: “Brasil decime qué se siente, tener en casa a tu papá...” Los hinchas locales esperaban su última oportunidad y respondían en su idioma: “Argentino decime qué sentís, sólo tiene dos copas, una menos que Pelé”, lo que deriva inmediatamente en el clásico: “Pentacampeón, pentacampeón”. El hincha argentino no soporta la respuesta brasileña y reacciona de inmediato. Ayer, tras los parciales empates de Nigeria, se produjeron varios encontronazos, los cuales fueron muy bien neutralizados por la seguridad del estadio.
Cervezas, por mayor
Una de las máximas novedades para los argentinos en esta Copa pasa por la venta de cervezas dentro de los estadios. Es común ver, afuera de la cancha, millones de vendedores ambulantes ofreciendo las latitas de medio litro a 5 reales (25 pesos). Dentro del estadio. el valor asciende a 13 reales (65 pesos), pero no es impedimento para que los hinchas argentinos se paren cada dos segundos a comprar un vaso de colección que hace alusión al torneo. La moda: apilar los vasos uno debajo del otro y dejar el lleno en lo más alto y seguir tomando.
Para los que no gustan de las bebidas alcohólicas, vasos de gaseosas con la impresión de los equipos que se enfrentaron ese día es opción. Además, dentro del estadio uno puede encontrarse con todo el merchandising FIFA y adquirir desde tazas, llaveros, mascotas de peluches hasta camisetas, que ascienden a los 200 reales, es decir, 1.000 pesos.