Maipú e Independiente jugaron ayer el segundo amistoso de pretemporada. Terminó 1 a 1 y esta vez fue todo en paz.
Independiente evidencia que tiene en claro el boceto de la idea aunque las interpretaciones individuales no logran aún darle el brillo que necesita.
La predisposición en cancha, movimientos, transiciones y las nociones generales están asimilados. La Lepra sabe a qué va a jugar y cómo debe hacerlo.
La propuesta se transmite sin alteraciones desde la pizarra de Astudillo hasta el campo de juego sin embargo no logra ser efectiva ni termina de tomar vuelo por lo que termina descascarándose, dejando una imagen fea.
¿Astudillo deberá cambiar la propuesta si ésta no termina de pulir rápidamente todas las asperezas? ¿O deberá ‘revolver’ entre lo que tiene hasta encontrarle los intérpretes correctos al esqueleto táctico? ¿El huevo o la gallina? No está en la mente del entrenador romper con el 4-3-3, al menos por ahora.
Tampoco se justificaría: se trabajó siempre bajo este sistema, se trajeron refuerzos pensando en el 4-3-3 y, principalmente, porque el equipo cada vez está mostrando movimientos con mayor soltura y naturalidad. Lo que tiene de osada lo tiene de exigente, lo que tiene de agresiva lo tiene de dinámica.
La propuesta es realmente dañina si logra llevarse a su máxima expresión y, por ende, deja expuesta la jerarquía de cada uno de sus intérpretes. La Lepra tendrá que agarrar un lustrador y sacarle brillo. La idea está. ¿Y la base está?
