Una palabra fuera de lugar o una simple objeción bastaban a la todopoderosa Jiang Qing, esposa de Mao Zedong, para perseguir despiadadamente a un artista durante la Revolución Cultural.
“Era déspota”, recuerda Jiang Zuhui, de 81 años, creadora y coreógrafa de una de las obras más emblemáticas de entonces, el ballet “Destacamento femenino rojo”, de nuevo de moda con una versión “maoísta-kitsch”.
Al comienzo de la Revolución Cultural, lanzada hace 50 años, “la mujer de Mao asistió a un ensayo, recuerda. Al final la invité a subir al escenario para unirse a la tropa. Se negó. Insistí, con educación. Se lo tomó como una insolencia”.
Le valió tres años encerrada en una sala de teatro, de la que sólo salía para ser vapuleada por “guardias rojos” en las llamadas “sesiones de crítica”.
Luego la enviaron seis años al campo, como a muchos artistas “contrarrevolucionarios”. Otros fueron mutilados o asesinados.
“Oponerse a Jiang Qing, era oponerse a la revolución”, resume Jiang Zuhui, para quien “el arte estuvo sofocado durante diez años”.
“El país contaba con nosotros, me envió a la URSS para formarme ... Pero todo se paró. ¡Qué desperdicio!”, suspira la anciana, que vive en Pekín.
"Ridículo"
La Señora Mao, une ex actriz ávida de reconocimiento, había decretado un movimiento de “purificación” cultural, prohibiendo las obras teatrales, las piezas musicales y óperas consideradas “burguesas”. O sea, casi todo el repertorio.
“El destacamento femenino rojo”, un ballet montado en 1964 por Jiang Zuhui, formaba parte de los ocho “espectáculos modelo” autorizados (cinco óperas, una sinfonía y dos ballets).
Cuenta la historia de una criada china de los años 30 que escapó del tirano cruel y se unió a un batallón de mujeres del Ejército Rojo.
En ausencia de Jiang Zuhui, la esposa de Mao se puso al mando del "Destacamento Femenino Rojo" y lo remodeló: los gestos sutiles de los bailarines se convirtieron en "puños en alto" y posiciones guerreras.
“Para hacerlo más revolucionario. Era tan pueril...”, recuerda la ex coreógrafa.
“Incluso pidió a cada miembro de la tropa, en la que casi ninguno sabía nada de música... que compusiera de nuevo la música del ballet. Ridículo”.
Jiang Zuhui no fue liberada hasta la muerte de Mao en 1976 y la detención de su mujer, que se suicidó en la cárcel en 1991.
“La Revolución Cultural fue un desastre”, recuerda el crítico de arte Zhu Dake, “en total, quizá un artista de 10.000 podía todavía ejercer, y únicamente para obras modelos” de Jiang Qing, sus “instrumentos políticos”.
Una cultura 'marxista'
El “Destacamento femenino rojo”, de valor artístico reconocido, sigue figurando en el repertorio del Ballet nacional de China -junto a obras antes prohibidas como “Carmen” y “Don Quijote”.
Los otros "espectáculos rojos" (canto, ópera, teatro, ballet), a menudo subvencionados por el Partido, han pasado de moda.
"Sólo una minoría de ancianos añoran los shows revolucionarios", estima Xiao Deng, empleada de una empresa pública, que le da regularmente entradas para este tipo de representaciones.