Entre las muchas obligaciones del Estado argentino, en estos tiempos de gravísima e inédita emergencia sanitaria, ha figurado también no desentenderse de los miles de connacionales que se encontraban en el exterior al momento de producirse el cierre de aeropuertos y clausuras de viajes internacionales.
Desde el momento en que el presidente Alberto Fernández estableció un DNU que restringió el transporte aéreo de pasajeros a partir del 17 de marzo pasado, como medida preventiva para evitar la propagación de la Covid-19, se realizaron más de 300 vuelos en los que regresaron más de 80 mil argentinos.
Se podrá sostener con plena certeza que, no obstante algunas fallas en la coordinación de los procedimientos al comienzo y tal vez alguna demora en la generación de las primeras evacuaciones, el operativo de repatriación se ha cumplido con bastante eficiencia y asegurando las expectativas de miles de viajeros que ansiaban retornar a sus hogares.
Al momento de redactar este comentario, la Cancillería argentina anunciaba otros 19 vuelos de repatriación en los cuales arribarán al país casi cuatro mil compatriotas que se encuentran varados en el exterior.
Han sido muy demandantes los operativos de repatriación a través de la flota de Aerolíneas Argentinas y de aeronaves privadas y de la Fuerza Aérea Argentina y el Ejército, y debe resaltarse el trabajo de logística y coordinación realizado por los empleados de la empresa, especialmente sus tripulantes, los miembros de cabina y el personal de las representaciones diplomáticas del país distribuidas en todo el orbe.
También debe reconocerse el servicio de los ministerios de Transporte, Interior, Defensa y Salud para llevar a cabo estas acciones y, principalmente, atendiendo a que los ciudadanos que retornaron y los que están en ese proceso, deben cumplir con las medidas obligatorias de cuarentena antes de dirigirse a sus domicilios, con excepción de los que residen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Si bien hay muchos lugares del mundo donde todavía están retenidos ciudadanos del país o que teniendo otra nacionalidad residen en nuestro territorio, se puede sostener, basándonos en informaciones del Palacio San Martín, que casi el 90% de los 200 mil argentinos que estaban varados en distintos puntos de los cinco continentes, ya han podido pisar suelo nacional.
Incluso, en uno de los vuelos se trajo, en solidaridad con el país hermano de Uruguay, a treinta y cinco ciudadanos que se encontraban en destinos turísticos del Caribe.
Además, habrá que consignar que a los que querían ser repatriados tras quedar varados en diferentes plazas por viajes de placer, se suman no pocos conciudadanos que se han quedado sin trabajo en el extranjero por la pandemia y expresan su deseo de regresar y los que, afincados en otros Estados desde hace años, eligen retornar a la Argentina.
En la misma situación se encuentran estudiantes que estaban bajo el amparo de becas o en programas de ‘work and travel’ (trabajo y viaje).
El retorno asistido de los nacionales argentinos y de los extranjeros, con residencia permanente en la República, no establece un cronograma de largo plazo.
Se está cumpliendo en la medida de lo posible y, en tal sentido, esa gestión estatal se ha cumplido.
Es posible que, por la dimensión del fenómeno de la enfermedad y sus consecuencias, muchos compatriotas todavía aguarden su repatriación en distintas latitudes y estarán quejosos porque la acción oficial no los alcanzó aun, pero a un número muy importante de personas, la solución llegó.
No obstante hay que seguir trabajando hasta que no quede nadie afuera del país.