La Renga llenó de rock y fans el Parque Agnesi

Anoche, una de las las bandas más populares se presentó en San Martín. Antes, miles de fanáticos de la provincia y el país le pusieron todo el “aguante” a la previa.

La Renga llenó de rock y fans el Parque Agnesi

La Renga es una gran banda de hard rock formada en Mataderos en los años '80 y también un destino turístico itinerante; es que allá donde el grupo decide presentar su show, viajan miles de personas desde todo el país para escucharlos.

Ayer, el fenómeno de La Renga desembarcó por primera vez en el Este mendocino, con un recital de su último disco en el Parque Agnesi, de San Martín, y todo el predio se convirtió por algunos días en camping de un público que llegó en vehículos y colectivos, pero también a dedo.

“Vengo de San Juan y me dicen Pelado. Con aquel canoso que ves allá somos la avanzada de un grupo de 200 amigos que llegan en un rato”, contó mientras extendía y ataba en algunas ramas una enorme bandera de más de 20 metros con el nombre de La Renga: “Este trapo viajó por todo el país y ojo, no es un trapo cualquiera, tiene la firma del Chizzo en persona”.

El Chizzo es Gustavo Nápoli, cantante y guitarra principal de La Renga, un grupo que se mueve de forma independiente dentro de la industria musical y que no acostumbra hablar con la prensa.

Generalmente lo que tienen para decir lo comunican en su sitio oficial o a través de mensajes en Facebook: “Se sugiere a las embarazadas con más de 7 meses de gestación no asistir al evento”, por ejemplo.

“Ellos eligen dónde y cuándo tocar, no transan con nadie”, explicó orgulloso el Rafa, un pibe de unos 20 y pico, mientras armaba su carpa cerca de una canilla de agua y junto a media docena de otras carpas que estaban desde antes. El muchacho vino desde La Pampa con su novia, Carla; ella dijo que al mediodía iban a comer fideos y que aprendió a seguir a La Renga por su novio.

La previa

Es media mañana del sábado y la comunidad de gente que se armó en el Parque vivía la espera a su ritmo: había preparativos de almuerzos, fuegos encendidos, litros de vino en decenas de vasos empuñados, alguno que pasaba el rato con su guitarra, otros jugando a los naipes; también mates, galletas y un puñado de gente que armó un picadito entre puntanos y mendocinos; había algunas familias con pibes chicos, pero la mayoría eran grupos de jóvenes que se conocen de la vida o de hacía apenas un par de horas.

También había gente que dormía y que lo seguiría haciendo hasta entrada la siesta: en la carpa, sobre el pasto y en alguna de las acequias del parque.

Había también ropa oscura, muchas remeras de La Renga con alguna frase de la banda y había litros de fernet en decenas de vasos empuñados; había muchas banderas con rostros del Che y con estrellas socialistas.

Ya era mediodía, el sol estaba terrible y todo el tiempo llegaba gente al lugar: la ruta 50 frente al Agnesi fue un hormigueo de autos, combis y colectivos contratados que buscaban dónde estacionar. También estaban los puestos de venta donde la remera de La Renga era la figurita repetida de la jornada: según la calidad, iba desde $ 120 a $ 250.

Viviana levantó un mesón, donde vendía panchos a $ 25 aunque dijo que el negocio iba mal, que los muchachos prefieren una bebida antes que comer; cerca de allí, dos hombres montaron una cervecería en la cajuela de una camioneta y despachaban litros de cerveza en lata.

La comuna hizo su parte y puso el predio en condiciones hace menos de una semana, pero el paso de miles de personas por el lugar dejará una huella sucia y, sin dudas, habrá que salir a limpiar todo luego del recital.

Pasó la siesta y a las 6 de la tarde se abrieron las puertas al teatro griego Juan Pablo II; la gente se ubicó en las gradas, cantando, bailando y flameando banderas en la previa de un show que fue el cierre de la gira 2016 por el país con el disco "Pesados vestigios". Antes subieron dos bandas mendocinas, Lupus y Arcángel, para hacer menos larga la espera.

A la par, alguien juraba que La Renga ya estaba en el predio y que descansaban en un jardín maternal que hay cerca del destacamento. Pasadas las 21, llegó por fin la hora y La Renga salió a escena. Que sea rock.

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