La Renga llama desde San Luis

El grupo de Mataderos, uno de los más convocantes del país, convierte hoy a Villa Mercedes en la “meca del rock”.

La Renga llama desde San Luis
La Renga llama desde San Luis

El primer impacto es emocional: una marea coreando en "La nave del olvido". Cualquiera que proyecte una visión sobre el recital de La Renga puede imaginar una excursión de miles de almas directo hacia una épica.

Hard core primitivo o posapocalíptico ("hoy voy a bailar a la nave del olvido, /olvido mi gotera y mi ración criminal"), el fuego prometeico de La Renga no se vende en disquerías, no posa para el circuito, pero asume  como escenografía el derrumbe humano. "Canibalismo intergaláctico", se llama el primer track del "Algún rayo".

La Renga es una banda curtida. El trío de Mataderos navega por un campo semántico de asuntos densos y universales (la verdad, la  familia, la traición), cual Antiguo Testamento barrial. 

La condena, por supuesto, es expansiva, y Chizzo pega por el talión: "Disuelto el espejismo de la vieja era / caerán los muros de tu visión / sos el que así lo quiso / y ahora que ya sabés / mirá el reflejo en el cristal".

Podría parecer un discurso viejo. Podría: pero, a ver... La Renga elige proyectarse desde un pasado musical (puro hard rock ortodoxo del cual son, aún, el fenómeno más convocante en el país) para destilar la anarquía del hoy en el imaginario que desde los ochenta se tiene del futuro: devastación, fuego, ni sombra de la especie...

Con eso, se hizo una ética que (si contamos el gambeteo a los sponsors, a los medios) da para que los seguidores lean la autenticidad de rockeros profundos, en la escena de las poses.

No es azar que el tema del que proviene una de las frases transcriptas se llame “Cristal Zirconio”, alusión a un mineral brillante e híper resistente a la corrosión.

Ahora bien: La Renga, sinónimo anti-establishment, logra reunir a decenas de miles en un mismo espacio tiempo. En Villa Mercedes se esperan, mínimo, 30 mil personas.

Una garganta que raspa y lastima. Un desliz épico-romántico y homenajes explícitos a Riff y Vox Dei.

Si temas como “El final es donde partí” de La Renga desataron fuerzas adormecidas, acá también te despeina la potencia atronadora de Chizzo, Teté y Tanque pero con fluctuaciones y cierta obvia coherencia.

Se han rehusado a la exposición en los medios durante sus más de 25 años de trayectoria y cuentan, actualmente, con una producción absolutamente independiente, luego de pasar unos cuantos años dentro del sello PolyGram y Universal.

El mundo está acabado, y se nota. La Renga aterriza y el viaje es políticamente (sonoramente) justo.  Una cosa es segura: la voz de Chizzo seguirá exhalando en lo terrible, la guitarra sangrará y la banda subirá y demolerá en su propia cruzada.

Pero la resistencia al cambio no evade unas cuerdas por allí, unos violines por allá. No es una apuesta: hay que escuchar encarnando a ese superviviente futuro, haciendo dogma algunas (pocas) suposiciones y consumiendo la historia de una banda como si fuera la nuestra.

¿Por qué?  Porque en cierto sentido es la nuestra.

La Ficha

La Renga 
Sábado 7 de abril
Lugar:
Estadio Único La Pedrera Villa Mercedes
Entradas en venta en www.arteinfernal.com y puntos de venta desde el 3/4: Aspen Lencería Villa Mercedes, Windnet y Soho (San Luis Shopping Center).

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