El ministro de Economía, Martín Guzmán, y los grandes fondos de inversión iniciarán hoy la batalla final de once días por la reestructuración de unos 66.238 millones de dólares de deuda externa argentina.
El Gobierno prevé que desde hoy empezará a recibir las contraofertas de los fondos de inversión que tienen en sus manos más del 40% del pasivo a canjear y de otros bonistas individuales que rechazaron la oferta inicial.
El plazo inicial de negociación venció el viernes 8 de mayo, pero ayer el Gobierno comunicó a la Comisión de Valores de los Estados Unidos que decidió extender el proceso hasta el 22 de este mes.
Por medio de los bancos Bank of America y HSBC, que ofician de agentes colocadores, Guzmán fue notificado que los tres mayores grupos de acreedores preparan una oferta conjunta, que llegará entre hoy y el viernes.
Se trata de los tres comités: el de Acreedores de la Argentina; el Grupo de Titulares de Bonos del Canje; y el conformado por BlackRock, Templeton y Fidelity.
Ante el fracaso de la primera etapa, ahora comienza la segunda fase y Guzmán no tiene alternativa: aceptará cambios en la propuesta para evitar que Argentina vaya al default.
Guzmán lo reconoció ayer pero aclaró: "El principio de que la deuda tiene que ser sostenible es infranqueable". Es decir, no firmará grandes concesiones.
Tal como anticipó Los Andes el domingo, Economía dijo ayer en un comunicado que entre los que rechazaron la oferta, "varios han indicado que existen mejores alternativas que pueden conciliarse". Y confirmó que el Gobierno está "abierto a mejorar las recuperaciones de los acreedores".
"Tendremos en cuenta de buena fe cualquier propuesta de reestructuración que cumpla con los objetivos de sostenibilidad que necesitamos garantizar, con inclusión de combinaciones de tasas de interés, reducción de capital, períodos de gracia y extensión de vencimientos diferentes a los que hemos propuesto", indicó Economía.
Claudio Loser, economista argentino y ex funcionario del FMI, opinó ayer que parece haber un "movimiento importante" que da cuenta de que ambas partes "tienen mucho interés en acordar". Uno de los más críticos a la oferta inicial de Guzmán, agregó: "Soy optimista. Las dos partes no quieren el default".
Héctor Torres, colega y también ex FMI, es más escéptico. Prevé claras posibilidades de que no haya acuerdo. Y propone un "pacto de espera" por un tiempo, mientras se diseña un programa económico sobre cuya base se puede calcular el excedente fiscal que el país podría generar con crecimiento. Una estrategia para generar confianza en los acreedores.
El mercado parece estar dando chances. Ayer los bonos volvieron a operar en terreno positivo: el Bonar 2020 subió 5%; el Bonar 2024, 5,3%; el Discount y el Par (claves en la conformación del indicador riesgo país) avanzaron 3,4% y 4,3%, respectivamente; el Bonar 2037 anotó un alza del 5,8%; y el bono a cien años dio un salto del 8,4%. Este último acumula un alza del 17,9% en lo que va de mayo.
El riesgo país -que elabora la banca estadounidense JP Morgan- descendió 7,4% hasta 3.075 puntos básicos, el nivel más bajo desde el 3 de marzo pero aún muy por encima desde el registro de 2.114 puntos del fin del gobierno de Macri.
Una de cal, una de arena
En medio de ese rally alcista, el Gobierno salió a buscar ayer plata en el mercado local y recibió ofertas que superaron lo que pretendía colocar el ministerio de Economía. "Si bien la deuda que se negocia es la externa, si hubiera un default seguro en puerta, los inversores locales (entre los que hay mayoría de bancos y fondos de inversión) tampoco hubieran licitado", explicó un operador bursátil a Los Andes.
En la licitación se recibieron 216 órdenes de compra para suscribir instrumentos por 26.816 millones de pesos, de los cuales fueron adjudicados 25.373 millones. Y se avanzó en el objetivo de mejorar la curva de tasa, dado que las mismas perforaron el piso de 30%.
En paralelo, se agregó un ruido extra en el mercado. Ante un bajo nivel de adhesión, la provincia de Buenos Aires tuvo que extender ayer el plazo de vencimiento de la oferta del canje de deuda hasta el 26 de mayo. Busca reestructurar un pasivo de 7.148 millones de dólares. Y no pagó un vencimiento de 110 millones de dólares por un bono, aunque este es parte del proceso de reestructuración que busca la gestión de Axel Kicillof.
Fernández muestra los dientes
El presidente Alberto Fernández dijo ayer que hay fondos que han invertido en la Argentina "con total inconsciencia sabiendo que estaban apostando por bonos que nadie iba a poder pagar". Aseguró que no le van a "torcer el brazo". "Nadie quiere un default. No los invito a que pierdan, sino que ganen menos. Pero tratan de doblegar la soberanía de un país", agregó.