A punto de dejar su corona vendimial en la fiesta de este sábado, la reina de General Alvear atraviesa una mezcla de sensaciones. No sólo por lo que significa dejar los atributos tras un año "inolvidable" de reinado, sino porque se da justo en un momento muy difícil para su vida familiar.
Nacida y criada en el campo alvearense, Florencia Morales (23) vive en una de las fincas que inició su bisabuelo, continuó su abuelo y mantiene su padre hasta la actualidad. Actualidad difícil de sostener porque, aunque no duda de que la familia "jamás venderá", sin embargo desde la tormenta de principios de año que arrasó con casi toda su producción, ahora planean cómo salir adelante buscando otras alternativas laborales.
Marcelo, su papá (de 50 años), lo confirmó a Los Andes. Tiene pasaje para volar al exterior a fines de febrero en busca de mejor suerte, mientras su mamá –ama de casa (de 47)– buscará trabajo y permanecerá en la finca viviendo junto a su hija Florencia y su hijo menor , de 13 años. El del medio, de 20, estudia en San Rafael.
"Estoy desahuciado con la finca hace años, esto no da para más", confesó Marcelo. Es que la fuerte tormenta de granizo, ocurrida el 2 de enero arrasó con buena parte de la producción agrícola de las tres fincas de los Morales, ubicadas en el distrito de Bowen. Ellos son un ejemplo de lo que viven muchos otros productores alvearenses, que perdieron entre el 70 y 90 por ciento de los cultivos.
En el caso de Florencia y su familia, se dedican sobre todo al membrillo y tienen algunas vides. Hace 11 años habían atravesado una crisis similar a causa de la piedra, así como el invierno pasado invirtieron dinero y afrontaron las consecuencias de las heladas.
"Estamos muy mal económicamente. Tenemos familiares en el exterior, así que mi papá decidió viajar para conseguir trabajo en lo suyo, que es la tierra... o de lo que sea. Cualquier trabajo será bienvenido. Tenemos que salir de esta situación, y esta salida está a nuestro alcance", contó Florencia en tono de resignación.
En ausencia de su padre, ella y su madre se harán cargo de las tres fincas para no abandonarlas y cosechar este año lo que quede de las uvas y los membrillos. La finca de la calle 19 de Bowen es donde viven los Morales. Luce con algunos olivos, una plantación de membrillo que quedó destruida por el granizo y dos hectáreas de viña que –pese a tener tela antigranizo– la piedra se llevó el 50 por ciento de la producción de uva.
En las otras dos fincas, en calle 20 y 28, el granizo se llevó casi toda la producción. Y para colmo de males, ayer amanecieron los Morales con la noticia de que delincuentes habían ingresado al campo de la calle 28 y les robaron herramientas de trabajo.
La soberana de Alvear rescató la historia familiar de estas tierras y es por ello que no descansará, junto a sus padres, para que esos campos vuelvan a dar sus frutos. "El Estado está presente, sí. Han visitado las zonas afectadas y ofrecen créditos para seguir, pero la ayuda alcanza muy poco. Fue enorme la pérdida para casi todos los productores de Alvear", sostuvo y aportó que en su distrito "hay muchas fincas en venta después de lo que pasó, y otras abandonadas".
"Salir de la casa tras la tormenta y ver las plantas peladas, como en otoño, causa mucho dolor", expresó.
Aun así, tiene un mensaje de unión para los agricultores y lo quiere transmitir: “Mi reinado me permitió estar más al lado de los agricultores, compartir tardes con ellos. Y lo que a mí me gustaría dejarles como soberana es un mensaje. Un mensaje de esperanza: que la salida debe encontrarse entre todos, unidos. Eso es lo que anhelo, sobre todo en estos momentos difíciles para los chacareros”.
“Es importante que se haga la Vendimia, más en estos momentos, para seguir valorando el trabajo y el esfuerzo del agricultor”, cerró.