El ministro de Producción y Trabajo del gobierno nacional, Dante Sica, sostiene que el sistema de representación empresaria está obsoleto. Que se conformó en base a una economía cerrada, donde se discutían políticas de forma distintas. Se generaban formas de representación desiguales, en una economía donde las cámaras negociaban la tasa de rentabilidad, no en los mercados, sino en los despachos de los funcionarios.
También se ha destacado una evidente hipertrofia en la cantidad de organizaciones empresarias, ya que en el país debe haber unas 1.700 cámaras a nivel sectorial y 500 entre federaciones y confederaciones.
Sica dice que el gobierno impulsa un cambio de reglas de juego para una economía mucho más abierta, integrada al mundo y competitiva.
Las expresiones del Ministro referidas a que la estructura de las organizaciones empresarias proviene de una economía cerrada son incuestionables, pero debe ponerse en duda lo que dice acerca de la apertura dela economía, ya que en sus tres años de gobierno, Cambiemos poco hizo en esa dirección y las corporaciones beneficiarias de la economía cerrada siguen firmes.
Sí resulta interesante la observación de que las organizaciones son débiles en materia de actuación, que tienen capacidad de daño pero no de construcción de la política pública.
La intención del gobierno es ordenar el panorama de cámaras para transparentar la situación y poder delegar funciones en ellas.
Funcionarios nacionales que están en el tema señalan que están estudiando normativas de países que avanzaron en la representatividad empresaria, que trabajan hacia adentro y hacia afuera, propiciando la participación público privada.
Señalan también un problema que afecta a la mayor parte de las entidades gremiales empresarias: la falta de profesionalización de las mismas y en no pocos casos la escasa renovación de sus dirigentes.
Desde el gobierno se dice que la idea de ordenar viene desde el inicio del gobierno de Macri y que ahora (quizás por el efectos de los cuadernos de Centeno), ha tomado velocidad. Sin duda que se trata de un tema muy importante, que requiere actuar con prudencia pero hay que poner blanco sobre negro acerca de cuáles entidades empresarias son representativas y cuales son meros sellos de goma. Y sobre todo que a la hora de hablar y ser escuchados se sepa con claridad quiénes son unos otros. En ciertos organismos donde participan entidades gremiales empresarias existe una enorme distorsión respecto a la representatividad.
Igualmente indispensable es transparentar el financiamiento de las organizaciones empresarias. En algunos casos estos provienen de fuentes estatales, en otros de acuerdos incluidos en los convenios de trabajo donde se reparten los fondos entre empresarios y sindicatos.
Uno de los funcionarios que trabaja en este tema destaca un asunto importante: dice que en el camino inicial se ha creado un registro a fin de que las cámaras se inscriban para realizar un mapeo con números reales. No se descarta recurrir a una ley específica para este ordenamiento, ya que hoy las entidades se rigen por el Código Civil y Comercial. En algunos casos también se aplica la ley de convenios colectivos de trabajo, en tanto determina cuáles son entidades sindicales y empresarias que participan en la discusión paritaria.
Los funcionarios aplicados al tema han dejado trascender que están pensando en un esquema de representación empresaria mixto, similar al que usan países como México.
Alemania o Colombia. Ese sistema prevé que las cámaras se inscriban en un registro donde constarán datos sobre el gobierno de las organizaciones, plazos de duración de los mandatos, requisitos para acceder a los cargos; recambio generacional, financiamiento blanqueado y que no sea compulsivo, modo de afiliación de los socios, registros claros de los mismos, mínimos de representatividad, entre otros.
Sin duda un tema importante que requiere un buen debate.
