El gobernador electo, Rodolfo Suárez, avanza en el estudio de una reforma de la Constitución provincial. Tras ganar las elecciones, ratificó la necesidad de "dar un mensaje" a la sociedad y reducir el "costo de la política", lo que exige modificar la carta magna.
La reforma que se estudia es "parcial", según pudo conocer Los Andes, y la idea de Suárez es centrarse en tres ejes: el paso de una Legislatura bicameral hacia una unicameral; la posibilidad de una reelección para el gobernador, al igual que para el resto de los cargos (legisladores, intendentes y concejales); y también avanzar en la descentralización del poder con las autonomías municipales, aunque este tema aún está en revisión.
En otro orden, también se prevé eliminar "cláusulas vetustas" que no tienen actualmente vigencia porque no se "adaptan a los tiempos actuales"; así como también ampliar el período de sesiones ordinarias, que hoy es del primer día mayo al último de setiembre.
Además, se plasmaría en el texto el voto optativo para los jóvenes de entre 16 y 18 años (que ya rige), y se incorporarían los llamados derechos de tercera generación: medio ambiente, vida digna, cooperación internacional y regional, entre otros.
Hacia la unicameralidad
El intendente de Capital fue enfático durante su campaña electoral en bajar el costo de la política, sobre todo en la Legislatura, debido a que Mendoza es la segunda provincia con más legisladores (86 en total), detrás de Buenos Aires.
Lo cierto es que según la visión de sus equipos, las Cámara de Diputados y de Senadores no tiene grandes diferencias, ya que en ambas la representación es poblacional y los departamentos con menos habitantes no tienen una buena representación, como sí ocurre a nivel nacional, con un Congreso con representación poblacional en Diputados y territorial en el Senado.
Además, remarcaron que tampoco tiene un buen funcionamiento la "revisión" que debe hacer cada cámara de los proyectos, porque "en ambas, los legisladores representan al partido y tienen generalmente la misma visión sobre cada tema".
La solución que encuentra el gobernador electo es la unicameralidad, sistema que utilizan 15 provincias del país, y con una doble integración: influirá la población pero todos los departamentos tendrían un lugar asegurado.
Además, está en discusión si se aplica lo que se llama sistema de "doble lectura" para suplir que no haya otra cámara revisora. Esto implica que una vez que se vota un proyecto, luego de un tiempo vuelve a ser estudiado por los legisladores y si se plantean cambios, para que se apliquen se exige una mayoría más alta.
Los Andes consultó a la constitucionalista Gabriela Ábalos sobre este tema, quien opinó que tanto la bicameralidad como la unicameralidad "son buenas opciones si se estructuran bien. En ambas se puede bajar o aumentar el gasto político". Además, hizo hincapié en la necesidad de que los diferentes departamentos "estén bien representados".
Reelección con límites
Por otro lado, respecto a los mandatos de los cargos ejecutivos y legislativos, la propuesta que se maneja es que el gobernador pueda acceder a una única reelección, tal como ya lo es para los intendentes, y extender el mismo límite a los cargos legislativos provinciales y municipales, que hoy no tienen ningún tope. No obstante, indicaron que la reelección no es lo que "motoriza" la reforma de la Constitución.
Los anteriores intentos de reforma cayeron siempre porque contemplaban la reelección del gobernador, pero en el entorno de Suárez se aferran a lo dicho en campaña por la peronista Anabel Fernández Sagasti, quien se manifestó de acuerdo con la posibilidad de una única reelección para todos los cargos.
Autonomía municipal
Un tema muy importante y que podría reorganizar todo el sistema político provincial es el de dotar de autonomía a los departamentos, lo que implicaría que puedan dictar sus propias cartas orgánicas que regirían sobre sus territorios.
No obstante, si bien la idea es avanzar en este ámbito, aún no hay especificaciones y es un punto que "se analizará con detenimiento" con toda la representación de la sociedad y de los partidos políticos. Lo cierto es que Mendoza, Santa Fe y Buenos Aires son las únicas provincias sin autonomía municipal, pese a que lo garantiza la Constitución Nacional tras la reforma del '94.
En comparación con otras provincias, como Córdoba y Santa Fe, el número de gobiernos locales es sensiblemente bajo, con nuestros 18 departamentos. En el caso de Córdoba, hay 428; mientras que Santa Fe tiene 361.
Ábalos consideró que "una posibilidad o variante que se podría analizar es que las 18 ciudades cabecera tengan autonomía municipal y que los distritos (según su población) tengan la posibilidad de elegir una comisión de vecinos" que pueda disponer, según mandato otorgado por los ciudadanos de esa zona, qué hacer con los recursos que le tocan.
De hecho, indicó que hay distritos (como Palmira, Bowen, Uspallata, entre otros) que "están a muchos kilómetros de la ciudad cabecera y tienen realidades diferentes", por lo que la descentralización podría ayudarlos a decidir sobre sus propios problemas.