Un total de 13 muertos y 4 personas desaparecidas es el último balance del terremoto de magnitud 8,3 que estremeció el miércoles el centro-norte de Chile, y del que se han registrado fuertes réplicas en las últimas horas.
Según el último balance de la Oficina Nacional de Emergencias de Chile (Onemi), el terremoto y posterior tsunami han dejado también 3.494 damnificados.
Además se han producido fuertes réplicas del terremoto en el norte en las últimas horas, dos de ellas superiores a magnitud 6. En total, hasta la tarde de ayer se habían producido 301 réplicas desde el terremoto del miércoles, que tuvo su epicentro a 55 kilómetros de la ciudad norteña de Illapel, a unos 280 kilómetros al norte-noroeste de Santiago. La mayoría de las réplicas se han registrado en las regiones de Coquimbo (en el norte y la más afectada) y en la central de Valparaíso.
Las dos réplicas más fuertes de ayer se registraron a las 9.52 hora locales (magnitud 6,2 con epicentro a 82 kilómetros de la localidad de La Ligua y a 183 kilómetros al noroeste de Santiago) y las 6.07 de la madrugada (magnitud 6,1 con epicentro a 69 kilómetros de Ovalle y a 275 kilómetros al norte noroeste de Santiago), según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos.
La reconstrucción
Cuatro días después de la catástrofe, los chilenos hacen frente a los daños. Armados de picos y palas, centenares de vecinos y militares levantaban cerros de escombros ayer, en la zona cercana al borde costero del puerto de Coquimbo, la ciudad más golpeada por el terremoto y posterior tsunami, el sexto más poderoso ocurrido en Chile, el país más sísmico del mundo.
“En cinco días deberíamos tener la zona libre de escombros”, declaró Jorge Burgos, ministro del Interior, tras realizar ayer una inspección en Coquimbo.
Donde alguna vez hubo cemento, locales comerciales y viviendas, hoy sólo quedan restos de infraestructuras, barro, hierros retorcidos y pequeños lagos dejados por el mar que arrastró botes pesqueros, camiones y vehículos y se metió más de 100 metros por las calles de Coquimbo.
Cerca de una decena de otros pequeños pueblos costeros también realizaban las tareas de levantamiento, con la colaboración de equipos de emergencia y bajo resguardo militar, luego de que la región fuera declarada en emergencia por la presidenta Michelle Bachelet, quien ha visitado durante dos días seguidos la zona de la catástrofe.
Un total de 260 casas quedaron destruidas y más de 7.300 familias aún continuaban sin suministro de energía eléctrica. El terremoto ocurrió cuando los chilenos festejan las fiestas patrias, cuyas celebraciones oficiales han sido más acotadas ante la emergencia.
El gobierno chileno aún no ha cuantificado el costo de los daños producidos por este terremoto, pero las autoridades ya han adelantado que será acotado en comparación a las pérdidas por 30.000 millones de dólares que provocó el gran sismo de 8,8 grados que azotó el centro de Chile en 2010 y que dejó más de 500 muertos.
Los daños dejados por el terremoto han sido calificados de “mínimos” por la ONU, que ha felicitado la capacidad de los chilenos por soportar tamaña catástrofe gracias a un operativo de emergencia y evacuación bien aprendido por sus habitantes y que otros países ya han pedido conocer.
“Les cuesta a muchos creer a otros países que con un terremoto de ocho punto y pico grados, que una ciudad de cinco millones como es Santiago no se haya caído ningún edificio, eso no es normal”, dijo Antonio Molpeceres, coordinador residente del Sistema de ONU en Chile.
Inversión en infraestructura
Molpeceres destacó la inversión realizada por el estado chileno en infraestructura, capacitación y planes de emergencia y el orden que ha tenido la población en localidades costeras que efectuó una evacuación sin problemas tras la alerta de tsunami lanzada minutos después de ocurrido el terremoto, el miércoles.
Más de un millón de personas fueron evacuadas tras el terremoto, pero la mayoría de ellas retornaron sin problemas a sus hogares horas después.
“Chile tiene mucho que ofrecer al resto del mundo que ve a Chile como un ejemplo de cómo hacer las cosas bien en esto de enfrentar los desastres naturales, ya he recibido varias solicitudes de varios países que quieren saber cuál es la receta”, afirmó Molpeceres.
En tanto, Unicef enviará un grupo de especialistas para atender a los niños afectados por el terremoto en Coquimbo.
El terremoto no sólo dejó destrucción a su paso sino también mantiene alerta a la población. Tras la fuerte réplica de ayer, la vecina de Santiago Laura Méndez contó: “Se movió un poco, me fijé inmediatamente en una lámpara en el techo que se movía, pero no me dio miedo, ya estoy acostumbrada. En la noche hubo otras dos réplicas que me despertaron”.