Cuando el príncipe Guillermo y su esposa Catalina anunciaron el nacimiento de su primer hijo en 2013, Gran Bretaña celebró jubilosa la llegada de un futuro rey. Dos años después la historia es diferente.
La pareja real volvió a tener descendencia el sábado: esta vez una princesa que seguramente deleitará al público. Por lo general a los segundos en sucesión se les llama jocosamente “heredero de repuesto”.
La sucesión real dispone que el trono está reservado al hijo mayor, y los niños de la realeza segundos en la línea de sucesión generalmente no tienen que preocuparse de llegar a ser algún día rey o reina. Es una posición de menor responsabilidad pero también de menos privilegios de los que goza el heredero aparente. También recibe menos el incansable escrutinio del público.
Mientras los hijos mayores tienen su destino marcado desde el nacimiento, muchos “repuestos”' reales se han esforzado por encontrar papeles públicos significativos. “Siempre ha sido una situación poco envidiable. Suele haber atisbos de celos, evidentes en la actual reina y su hermana”, comentó Joe Little, editor de la revista Britain's Majesty, refiriéndose a la reina Isabel II y la ya fallecida princesa Margaret.
No todos los miembros jóvenes de la realeza pasan sus vidas a la sombra, dirigiendo organizaciones de caridad y cortando cintas en inauguraciones. El abuelo de Isabel, Jorge V, heredó el trono en 1910 cuando su hermano mayor murió de neumonía.
Otro “heredero de repuesto'' es el príncipe Enrique, el segundo hijo de Carlos y Diana. Él muchas veces es visto como el travieso, amante de la diversión, lo contrario a su hermano, Guillermo al quien algunos consideran “aburrido”.