Gerardo Antonio Fernández es presidente de Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (CECIM), que nuclea a 67 empresas.
“Somos la Cámara con mayor cantidad de empresas adheridas”, destaca con orgullo y agrega que “Nuestra Cámara nuclea al 100% de las empresas del sur mendocino (San Rafael, Alvear y Malargüe”. Y es que la CECIM está vinculada con la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael, la FEM y la UIM. “Esto nos da un potencial de trabajo y un vínculo permanente con las empresas del comercio y la industria del sur”.
-¿Qué balance realiza de este 2019 en materia de construcción?
Lo definiría como un año de mucha incertidumbre, complejo, como nos tiene acostumbrados la Argentina. Vamos a rescatar algunas cosas buenas, como que los distintos comitentes provinciales, municipales y entes descentralizados han estado haciendo esfuerzos para pagar en tiempo y forma, lo que ayudó a que las empresas se mantengan en pie. Sin embargo, el hecho de que los sistemas de redeterminación sean por UVI o por fórmulas polinómicas, al no tener precios actualizados no se ha estado cobrando lo que corresponde. Por esto las empresas han sufrido un estrés financiero muy importante, y se les ha hecho muy complejo mantener el ritmo de obra.
En términos generales, si bien habido trabajo, ha sido un año donde no solo no se creció, sino que el decrecimiento rondó el 10% promedio. Las empresas en más de un caso se han descapitalizado para cumplir sus obligaciones, lo cual es muy malo para la industria. Llevamos 8 meses donde prácticamente no hubo licitaciones, y también los proyectos privados están paralizados.
-¿Qué cree que necesita urgentemente la construcción para despegar?
Por lo que se ha escuchado en la campaña, tenemos perspectivas de un fuerte plan de viviendas nacional que traería trabajo y alivio a las constructoras de todo el país. Es urgente un mega plan de viviendas –una Cámara colega ha pedido 40.000 en todo el país- y nosotros entendemos que probablemente eso quede corto, y haya que duplicar ese número.
-¿Cuál es el porcentaje de Pymes dentro de sus socios?
El 100% de nuestras empresas son Pymes. Aquí vale aclarar que en Mendoza –salvo 2 ó 3 empresas- el resto somos todas pequeñas y medianas. Esto lo determina el monto de facturación que establece anualmente la Secretaría de Comercio e Industria de la Nación. El último dato que tuvimos, que está por ser modificado fue arriba de los $800 millones de facturación anual.
Al respecto de esta palabra “Pymes” ha habido históricamente en los distintos gobiernos, a través de los últimos años, la tentación de pensar que con las grandes empresas se logran grandes soluciones, ya que ante una crisis financiera de los comitentes –que generalmente están vinculados con los gobiernos- podrían apalancar y mantener. En los hechos, se ha demostrado que las grandes empresas son las que con mayor frialdad y facilidad toman la decisión de paralizar una obra y cambiar de rumbo en las estructuras de trabajo. Esto lo estamos viendo en los últimos meses por ejemplo, en Vaca Muerta. Cambiaron las condiciones y en menos de 30 días las grandes multinacionales “se dieron vuelta”, despidieron a la gente y paralizaron los trabajos. Sin embargo, las Pymes –con un enorme compromiso con su personal- intentan a través del tiempo mantener los puestos de trabajo. La Pyme es mucho más que una dadora de empleo, es una protectora del bien social, ya que aún en las crisis más frondosas se hacen los esfuerzos por parte de los empresarios para mantener el empleo.
-¿A qué temas están abocados en la actualidad desde CECIM?
Estamos abocados a una serie de líneas de acción que van desde lo corporativo a nivel nacional –somos parte de la CPC (Confederación de Pymes de la Construcción Argentina- por lo cual participamos mensualmente de reuniones donde se tratan las distintas problemáticas. A nivel provincial, viajamos en forma semestral al sur y participamos activamente. También contamos con nuestra Cámara Joven, compuesta por todos los entusiastas empresarios junior e hijos de viejos empresarios.
En lo empresario trabajamos para incorporar nuevas empresas que nos den prestigio y fortaleza; de hecho este año hemos incluido tres nuevas. En lo gremial, este año trabajamos por el tema de las UVI junto a todas las instituciones involucradas en este sistema de pago y financiamiento que vino de la Nación. En principio todos apostamos a que éste era el sistema que daría estabilidad, pero claramente desde mayo de 2018 con la primera crisis devaluatoria esto quedó diezmando y trabajo serios quebrantos financieros en las empresas. Esto significó un arduo trabajo junto con el área jurídica, el ministerio y las entidades para intentar revertirlo. Lamentablemente hasta la fecha los resultados han sido negativos, situación que nos preocupa y ocupa.
La inflación y desorden del tipo de cambio es otra cosa que nos ha complicado este año, que se ve reflejado en el temor de los comercios que, como una acción defensiva, han retenido mercadería por no tener los precios. Los proveedores locales se han encontrado sin precio desde Buenos Aires y por lo tanto no podían cotizar. No ha habido un acompañamiento por parte del gobierno nacional actual, que claramente exigió a las empresas cumplir con los contratos, y éstas para poder hacerlo se han visto severamente comprometidas económica y financieramente. El gobierno provincial en este último tramo no comprendió ni acompañó la situación de las empresas.
Un tema que trabajamos fuertemente este año fue Portezuelo del Viento, desde nuestra Cámara hicimos presentaciones escritas y participamos de reuniones con el gobierno provincial, manifestando el interés de nuestras empresas asociadas de que el pliego fuera abierto, como fue consensuado originalmente. El gobernador la presentó como una obra que se dividiría en 5 partes en las cuales íbamos a poder participar algunas Pymes; finalmente no salió así, sino una sola megaobra. No obstante esto ha servido para unificar vínculos con la UIM, la FEN, la UCIM, las cámaras de Malargüe, San Rafael, Alvear, Tunuyán, San Martín… esto fortalece los vínculos entre los actores privados y fortifican nuestra institucionalidad.
Estamos trabajando también en debatir el tema de la minería, muy importante en cuanto a energías renovables, puras y limpias. Queremos estar presentes en este debate con las instituciones amigas.
-¿Cuál es su reflexión con motivo del Día de la Construcción, que se celebró el pasado 17 de noviembre?
Los constuctores somos emprendedores que en muchos casos nacimos en un garaje o galpón con solo nuestras ganas de trabajar, y gracias a eso nos ha ido bien. Somos positivos permanentes; creemos que más allá de las circunstancias puntuales a mediano y largo plazo, nos irá bien.
Vivimos en una provincia maravillosa, muy institucional, muy competitiva, que da oportunidades de trabajo. Nuestra industria se caracteriza por movilizar la mayor cantidad de sectores, por tanto tenemos la esperanza y también a obligación de pensar que pronto estaremos de nuevo en los mismos niveles elevados de ejecución, dando trabajo. Somos los principales dadores de mano intensiva de trabajo del sistema económico de la provincia y el país, brindando trabajo en forma directa e indirecta. Vemos al futuro con entusiasmo, con el deseo de tener un 2020 que traiga cosas buenas para todo