Es sabido, la Riviera Maya desborda de atractivos turísticos y, aunque la mayoría va en busca de Playa del Carmen, Cancún y Tulum con sus maravillas naturales, las realizadas por el hombre en los últimos años y las ancestrales, existen sitios cercanos imperdibles para conocer en la visita esa región, y definitivamente valen la pena agendarlos y dedicarles por lo menos dos días.
Siguiendo la ruta -desde cualquiera de los destinos anteriores- acompañando el Mar Caribe hacia el sur, se encuentra una de las reservas naturales de la Biosfera más impresionantes del mundo, la de Sian Ka´an.
Hay que tener en cuenta que sólo se puede acceder a ella en vehículo de doble tracción en excursiones que ofrecen pasar el día en el lugar y otras que proponen llevar a los viajeros a través del agua.
La jungla se abre ante los ojos y la naturaleza parece desbordarse. Acá los datos fríos: Sian Ka’an, cuyo nombre significa en lengua maya “Puerta del Cielo” es una reserva biológica de unos 5.000 Km2, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Es la mayor área protegida del Caribe mexicano. Resguarda una amplia zona costera que alberga una gran riqueza de ecosistemas: dunas, lagunas, manglares y selva con una amplia diversidad de especies.
Un centro de visitantes al ingreso da algunas pautas para el recorrido y genera conciencia sobre el especial cuidado del ambiente. Allí mismo se puede aprovechar el mirador en altura que permite visualizar el área en conjunto.
Mientras se avanza hacia el interior de la reserva, comienza a entenderse la geografía y a trazar un mapa mental, de un lado el Mar Caribe con playas ultra vírgenes blancas y radiantes donde las aves planean y dibujan una postal única. Del otro, una laguna turquesa contrasta con los profundos verdes del entorno.
En el camino, algunos complejos hoteleros cuya arquitectura se amalgama a la naturaleza y al fin del recorrido, un magno manglar.
Hay que decir que en el área protegida se encuentran alrededor de 23 sitios arqueológicos y se han encontrado cerámicas y otros objetos que datan alrededor del 200 a 300 años aC.
En su interior la fauna también es sorprendente. Pueden encontrarse especies de mamíferos como el jaguar, el puma, el ocelote, el marguay, el jaguarondi, el mono saraguato entre otros y es el área de nidación de 336 especies de aves.
Además entre los meses de mayo y agosto puede observarse en las playas desovando a cuatro especies de tortugas consideradas en peligro de extinción.
Entre las actividades para realizar se puede tomar una lancha y recorrer tranquilamente la laguna, donde los guías explican las variedades de flora y fauna mientras aparecen en escena delfines, cocodrilos, tortugas marinas, pelícanos y águilas pescadoras. Sólo algunos de los especímenes que pueden apreciarse a muy poca distancia.
Los canales del manglar, en tanto, ofrecen aguas claras y en sus márgenes acumulan una tupida vegetación con maraña de ramas y raíces zancos -aéreas- que crean una espesura inusual.
Hacia afuera, los árboles pequeños a causa de los huracanes, y las enormes orquídeas que parecen sobrepuestas parecen alguna escena sacada de Alicia en el País de las Maravillas.
Los cenotes están entre los grandes descubrimiento de la Riviera Maya y, por supuesto, en la reserva se encuentran varios de ellos. Recomendables para hacer snorkel y visualizar el mundo marino con caballitos de mar, peces de colores y corales increíbles es esos enormes agujeros escondidos entre grandes árboles, al cual se accede a través de una pasarela de madera rodeada de raíces zancos y neumatóforos que, a modo de periscopios, permiten a los árboles oxigenar las raíces en el suelo inundado.
Para los más osados, el buceo en tierras subterráneas propone una experiencia impresionante, aunque es sólo para quienes cuenten con brevet.
También playas
En la costa de esta Reserva de la Biosfera se localizan amplias playas de arena blanca, pequeñas bahías y manglares cada uno con su ecosistema a la vista.
El mar tiene una calidez y una transparencia que puede verse hasta una moneda en el fondo, por lo que los corales generan destellos y hacen la playa más iluminada aún.
A sólo 30 minutos a mar abierto en una embarcación se puede disfrutar también de piscinas naturales que permiten tomar baños en el agua, que llega a la cintura.
Cabe señalar que frente a la reserva se extiende la segunda barrera de arrecifes más grande e importante del mundo, siendo un gran atractivo para los amantes del snorkel, donde se pueden sacar increíbles fotos subacuáticas.
Pero lo que es importante saber es que absolutamente nada de lo que hay en Sian Ka´an puede salir de allí, por lo que los recuerdos de la naturaleza no están permitidos.
El atardecer es un regalo. Bajo una sombrilla de paja, sólo queda disfrutar de una gastronomía magna con mariscos y pescados de los más variados, un coco bien helado o un margarita, mientras el sonido de la naturaleza se apodera de la noche con el mar que ofrece la mejor melodía.
Alojarse en Sian Ka´an es buscar un descanso pleno, sabiendo que no llega ningún tipo de señal que pueda recordar el ritmo diario.
Saliendo de la Reserva hacia el sur aparece el pueblo más cercano llamado Punta Allen, un sitio que parece haberse quedado en el tiempo y casi olvidado del mundo.
Desde allí salen algunas embarcaciones y a pocos pasos hay un gran mirador que también permite visualizar el paisaje en su magnitud. El ingreso a la Reserva es de 3 dólares por persona.