Una añeja donación de una franja de terreno de casi 2 kilómetros de extensión por 50 metros de ancho para prolongar Boulogne Sur Mer hacia el norte, se convirtió hace un tiempo en basural y escombrera, deprimiendo un área en crecimiento.
Esa es la realidad que se observa donde termina la pavimentación de Boulogne Sur Mer, en el punto de unión de esa vía de comunicación y la calle Almirante Brown, en la rotonda del Indio, distrito lasherino de Laverriere.
A partir de allí, Boulogne Sur Mer tiene una traza muy pobre y de tierra, apenas una huella, y de esa forma llega hasta las inmediaciones del colector Las Heras, y el comienzo de la ruta provincial 13, que conduce a Uspallata pasando por Casa de Piedra.
La zona, prácticamente en el piedemonte, está caracterizada por la existencia de muchos barrios, como Atsa, Municipal, Providencia y otros. Es una zona de alto desarrollo inmobiliario y comercial.
En 1978, Conrado González Feltrup, propietario de grandes extensiones de tierras, cedió sin cargo al Estado provincial, más precisamente a la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), una franja de terreno importante, suficiente para el trazado de la prolongación de Boulogne Sur Mer y las obras complementarias (bulevar, rotonda y otros requerimientos viales).
"La idea de mi padre -señaló Ramón Conrado González Feltrup- era abrir esa calle, cuando todavía la urbanización actual no se vislumbraba como estalló últimamente, con la construcción de diversos conglomerados habitados. Él percibió que el paraje iba a crecer".
Pero, pese a la insistencia de los vecinos, nunca se hizo nada y para colmo de males, en los últimos años "prospera" un basural a cielo abierto, matizado con escombros y grandes toneladas de tierra, que según los lugareños proceden de la excavación de la construcción de 1.009 viviendas dentro del plan nacional Procrear, en terrenos ferroviarios de la Sexta Sección.
"Después que papá donó ese terreno, se abrió provisoriamente una calle de tierra, que hoy es una huella... El proyecto era interesante porque estaba planteada la extensión pavimentada de Boulogne Sur Mer hasta la calle Santa Rosa, pero nada se hizo", refiere González Feltrup, acompañado por otros residentes del distrito.
La situación es lamentada por los sucesores del pionero, dedicado a los negocios inmobiliarios, como sus descendientes .
Lejos de haber una calle asfaltada, con las mejoras que ello implica, ha surgido en tiempos recientes un depósito de residuos, materiales de construcción y otros desechos.
Carreteleros, camionetitas de carga y camiones descargan con total impunidad la basura, que se va acumulando encima de cientos de metros cúbicos de tierra.
"Todo lo que se pueda prever como dañino y peligroso se encuentra en este sector", añaden Arturo Sanchi, Santiago Benítez y Mónica Giraud, con residencia al este del basural, quienes se encuentran con la desagradable sorpresa de roedores y alimañas cerca de sus casas, con bastante frecuencia.
Tanto en el municipio de Las Heras, como en la DPV, no hubo comentarios sobre la denuncia de los vecinos, que es proactiva porque propone, como variable mínima, el trazado de una calle enripiada, eliminando por supuesto los desperdicios y los escombros. "No se trata de una obra de inversión millonaria, pero sería un progreso para un sector que tiene grandes posibilidades de crecimiento urbanístico. Con máquinas y un puñado de operarios se podría hacer mucho", afirmó González Feltrup.
Por otra parte, los interesados señalan que si se hiciese algo, se podría materializar la conexión con la ruta 13, pasando a un costado del colector Las Heras.
Los moradores esperan que la próxima administración municipal comience a analizar la propuesta con vistas a encarar algún trabajo, contándose además con el apoyo de la Cámara de Comercio e Industria de Las Heras.
Del otro lado, hacia el oeste, también surgen voces de queja de los barrios frentistas. "No es nada agradable tener este espectáculo desde la ventana del comedor de tu casa", resumió Susana Ramos, del barrio Smata. Lo mismo opinaron Pablo Navarrete, comerciante de comidas, y Carlos Barrale. Este último fue severo: "Es una vergüenza que nadie haga algo , en una zona donde se están desarrollando barrios".
