A partir de diciembre de este 2015, el color político de Mendoza cambiará. Y con ello, claramente, la Legislatura provincial (al igual que otras dependencias) tendrá una nueva composición. En Argentina se sancionó, en 1991, la ley de cupo femenino, estableciendo que las listas legislativas que se presenten a elecciones deben cumplir al menos el 30 por ciento de candidatas mujeres.
Lo cierto es que si bien la nueva composición de la Casa de las Leyes tendrá, durante los próximos dos años más mujeres que las que hay hoy, el Senado técnicamente no cumplirá con dicha cifra.
Aunque sí se acercará bastante al 30% la cantidad de personas de género femenino que integren la Cámara alta. Si se tiene en cuenta a ambas Cámaras -es decir, la Legislatura en tu totalidad- se puede afirmar que únicamente se cumplirá (y se cumple, porque actualmente no es tan diferente la situación) con lo que establece la norma. Es allí donde, según distintas fuentes consultadas para esta nota, se analiza que este cupo es a su vez, y negativamente, el techo para la incorporación de mujeres en el ámbito legislativo.
En números
En Mendoza, la ley que determina el cupo femenino rige desde 2001, es la 6.831 y abarca a diputados y senadores provinciales, concejales y convencionales constituyentes. En su artículo 2 define: “El treinta por ciento (30%) de los cargos a integrarse por mujeres debe interpretarse como una cantidad mínima; esta cantidad se cumplirá incorporando, por lo menos, una mujer en los tres primeros lugares de cada lista y así sucesivamente cada tres cargos hasta completar el total”.
Efectivamente esto, previo a la elección del 21 de junio, se cumplió. Pero, ¿cómo quedará compuesta a partir de fin de 2015 la Legislatura?
Veamos. El Senado, que hoy tiene 11 mujeres, permanecerá con esa misma cantidad. Si se tiene en cuenta que son 38 las bancas de la Cámara alta provincial, esa suma de mujeres representa exactamente el 28,9%. O sea, no llega al 30% legalmente correspondiente y si bien es muy pequeña la diferencia, existe y es un dato a interpretar. La Cámara baja, en tanto, pasará de 14 a 17 mujeres. Ese número, en los 48 escaños, representa el 35,4%. Es decir, que apenas supera lo reglamentario.
“Ha sido muy positivo el cupo, porque ha permitido que tengamos un 30%. Eso es bueno porque muchas mujeres accedieron a un cargo legislativo. Pero también es cierto que en los partidos históricos más grandes es muy difícil que las mujeres tengan una trayectoria autónoma porque la mayoría están apadrinadas por un varón. Entonces no se las reconoce tanto por sus propias capacidades sino por ‘pertenecer’ a tal o cual varón. En los partidos chicos, que generalmente son de izquierda, sí tenemos más posibilidades de ocupar espacios, lo cual no significa que haya igualdad de derechos, pero sí mayores posibilidades de estar representadas”, analiza la socióloga Graciela Cousinet, secretaria de Bienestar de la UNCuyo y dirigente de Libres del Sur.
La especialista observa que en la historia argentina es más tiempo el que las mujeres han estado en el ambiente privado (el hogar, sobre todo) que en el público. En ese sentido, si bien remarca que es mucho lo que queda por avanzar y que aún existen marcadas discriminaciones, se trata de una “de las revoluciones más importantes que la mujer haya salido a hacer política. Eso está creciendo mucho en los últimos años pero estamos muy lejos de la igualdad real”. Cousinet profundiza en su apreciación respecto al cupo legal que hoy rige.
“Ese 30% no es tan cierto en el sentido de que por ejemplo la Presidenta es presidenta porque es Fernández ‘de Kirchner’. No me refiero a la capacidad que, obvio, la tenemos, pero es verdad que todos dicen Cristina Kirchner o Fernández de Kirchner (aún hoy, con Néstor Kirchner fallecido). En los cargos, con mucha frecuencia encontramos que hay una relación familiar. Se nos hace muy difícil ocupar un espacio por nuestras propias capacidades. Casi siempre es por tutelaje de un varón y eso hace que luego estés subordinada a…”, se explayó la profesional.
La perspectiva de las legisladoras
Al menos las legisladoras, jóvenes y no tanto, consultadas para esta nota, aseguraron no haber sufrido nunca discriminación de género en el ámbito en el que se desempeñan. Sí, todas coincidieron en señalar que aún queda un largo camino por recorrer y que la igualdad real de derechos todavía no existe plenamente.
“Estoy a favor de la ley de cupo, aunque haya quienes dicen que es discriminación positiva, porque antes las mujeres estábamos relegadas en la política y seguimos relegadas en muchos ámbitos. Por ejemplo en la Suprema Corte de Justicia, que yo presenté un proyecto de cupo femenino y no prosperó. El camino hacia la igualdad todavía continúa y queda mucho. Sí se ha incrementado la participación y eso es muy bueno”, señala Claudia Najul, senadora de la UCR (2014-2018).
En el Senado, el partido radical tiene hoy 16 lugares, de los cuales 4 están ocupados por mujeres. De ellas permanecerán 3, 1 se va y se suman otras 3. Es decir el frente Cambia Mendoza-UCR quedará con 6 mujeres desde diciembre. El Frente para la Victoria (FpV) sólo suma una mujer, que es Patricia Fadel. De las 8 actuales bajará a 4; 5 terminan mandato, 3 continúan y 1 se adiciona. El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) permanece con una única representante: Noelia Barbeito. Ahí las 11 totales.
En Diputados, la UCR es la que tendrá la máxima incorporación. De 5 (hoy), 4 permanecen, 1 se va y se suman otras 5. Es decir que el bloque radical quedará con 9 féminas. En el caso del FpV de 7 que hay ahora, 3 siguen y otras 3 se suman. O sea, desde 2015 serán 6. Y en el FIT a la joven Cecilia Soria la acompañará su conmilitona Macarena Escudero, quedando ese frente de Izquierda con 2 mujeres.
“Acá todos los partidos políticos son un desastre, incluyendo el mío que ha sido pionero en el tema género. Porque si las viejas mujeres no hubieran peleado, no existiría la ley de cupo y nunca nos hubieran incluido. Creo que tenemos que reunirnos todas las mujeres en una interpartidaria y que sea 50% 50%.
La ley de cupo en algún momento nos molestaba a las más jovencitas porque decíamos que no nos reconocían por nuestra capacidad. Hoy como vieja veo que si no hubiera estado la ley nunca hubiéramos ingresado mujeres. Hoy los partidos políticos respetan de casualidad el tercer lugar”, critica Olga Bianchinelli, senadora del FpV que renovó su banca y experimentada dirigente del PJ.
“El techo sigue estando cerca para la mujer, pero por lo menos ahora tiene agujeritos por donde una puede colarse…”, decía la jueza de la Corte Suprema, Carmen Argibay. En total, entre senadores y diputados, son 86 personas las que integran la Casa de las Leyes. Entonces, a partir de 2016, serán 28 las mujeres que, con la nueva composición legislativa, podrán “colarse” entre los 58 varones.
Margarita Malharro de Torres, una pionera mundial
“Y te llamaron loca, Margarita, mas tu locura alcanza a miles de mujeres argentinas que, con tu ley de Cupo, en tu nombre consagran el derecho de hacer junto a los hombres una Patria más justa, más humana. Este siglo rubrica entre sus glorias tres nombres de mujer: Alicia, Eva y Margarita. Constelación de un ideal de raza, forjado con el temple aquilatado en un amor, un destino. Tu ejemplo paladín está en nosotros, ilustre Margarita, ya …¡descansa!”, parte de una poema (escrito por Cora Teijeiro) que recuerda a Margarita Malharro de Torres. Fue en 1991 cuando esa mujer, una mendocina y política de la Unión Cívica Radical (UCR), creó, impulsó y logró la sanción de Ley 24.012 de Cupo Femenino. Se trató de la primera legislación de este tipo en aplicarse en el mundo entero.
“Dos mujeres radicales fueron las primeras en presentar sendos proyectos en las Cámaras de Diputados y Senadores, a fines de los ‘80: Florentina Gómez Miranda y Margarita Malharro de Torres respectivamente, apoyadas por la Red de Feministas Políticas y la Multisectorial de la Mujer. Teresa Morini -primera diputada radical electa en 1973- fue una de las protagonistas para lograr la definitiva sanción, convenciendo personalmente a los diputados y llevando a las barras femeninas peronistas y radicales, obteniendo sólo siete votos en contra (de la Ucedé y Fuerza Republicana) y tres abstenciones", recuerda la página oficial del partido radical.
Comisión de género y ¿equidad?: sólo con mujeres
Otra mujer que dio su punto de vista sobre el cupo femenino en la Legislatura fue la senadora María José Ubaldini (FpV), quien señaló una deficiencia poco conocida. Es que en la Casa de las Leyes desde el año pasado funciona una nueva comisión, que es la de “Género y Equidad”.
Curiosamente, la componen nada más que mujeres. “En 2014 creamos la comisión de Género y todos los integrantes somos mujeres. Hemos impulsado y sacado varias leyes que tienen que ver con los derechos femeninos. Todas las conquistas de derechos nuestros han sido logradas por mujeres. Creo que los hombres también deberían ser parte de ese cambio. El discurso sí ha mutado y eso es un paso importante pero aún falta la internalización de ese discurso”, remarcó Ubaldini, que continúa su mandato hasta 2018 e integra dicha comisión.
Asimismo la legisladora, que es una militante de los Derechos Humanos en general, opinó que para ella lo del cupo es un tema más social y cultural que partidario. “No he sufrido discriminación pero sí es real, y pasa en los tres poderes del Estado, que los cargos de decisión están compuestas por hombres y en el gabinete de (el Gobernador) Pérez - por ejemplo- sólo hay dos mujeres. Las Cámaras y la Justicia están compuestas por hombres mayoritariamente. Esto se repite a nivel país, estadísticamente. En el Poder Legislativo es cierto que las mujeres ingresan por el cupo y que si no existiera la ley habría muchos más hombres. Hoy los espacios de poder los siguen manejando hombres”, aseguró de manera contundente Ubaldini.
La Comisión de Género y Equidad del senado
Senadora Wanda Paredes (FpV-PJ). Presidente.
Senadora Claudia Najul (UCR). Vicepresidente.
Senadora María José Ubaldini (FpV-PJ).
Senadora Noelia Barbeito (FIT).
Senadora Milagros Suárez (UCR).
Senadora Carina Segovia (FpV-PJ).
Senadora María Quiroga (UCR).