El jefe de los senadores del Frente para la Victoria-PJ, Miguel Pichetto, negó ayer que vaya a producirse una fractura en el bloque que conduce tras la aprobación de la ley de pago a los holdouts en la que su bancada votó dividida.
En consultas periodísticas, Pichetto aseguró que todos los sectores que conviven en el bloque mayoritario -son 39 senadores en total- harán “un esfuerzo por tratar de mantener la cohesión” y adelantó que habrá temas en los que votarán “juntos y otros no”.
Pero Pichetto quedó en la mira del cristinismo, que ayer por la madrugada sólo consiguió sumar 16 votos en contra de la ley de pago a los fondos buitre. Aunque ningún seguidor de la ex presidenta Cristina Kirchner habla de una ruptura -por ahora-, muchos salieron a cuestionar el rol decisivo que tuvo Pichetto para que el oficialismo consiguiera 54 votos positivos, 23 de los cuales salieron del FpV.
Incluso, los más enojados ya le hicieron saber que no permitirán que “opere” a favor de la aprobación (en algunas semanas, no está definida la fecha) de los pliegos enviados por el presidente Mauricio Macri para la Corte Suprema, los de los juristas Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti.
“Se viene una prueba muy fuerte para el bloque”, dijo una senadora ultra K, quien reconoció que la sesión de la cámara clta de esta semana “fue muy dura” para su sector, que quedó en marcada debilidad.
El malestar que hay entre los 16 senadores del FpV que ayer por la madrugada votaron en minoría en contra del pago a los fondos buitre es palpable. Los más enojados aclaran que sólo si Pichetto se abstiene de “operar como lo hizo hasta ahora”a favor del Gobierno la unidad será sostenible.
En el cristinismo están convencidos de que el jefe del bloque “dio vuelta” a al menos diez senadores que tenían pensado votar en contra de la iniciativa de la Casa Rosada. “Hasta el miércoles éramos más de la mitad del bloque los que votábamos en contra”, dijo a este diario una senadora de La Cámpora. Pero al momento de la verdad, sólo fueron 16 sobre un total de 39.
Otra senadora, Teresita Luna (ex vicegobernadora de La Rioja), se manifestó también muy disgustada. “Me dolió ver que la mayoría de nuestro bloque votaba en consonancia con el dictamen de Julio Cobos”, dijo también por una radio porteña.
“Estamos dando un gran retroceso. Al proyecto que encabezaron Néstor y Cristina Kirchner le faltó tiempo y en algunos casos los propios gobernadores han desarrollado una estrategia de genuflexión con el Gobierno nacional”, añadió.
La riojana evitó dirigir críticas directas a Pichetto. “No quiero hablar de su discurso”, se excusó, y acotó: “Respeto mucho a mis compañeros de bancada. Yo no soy Cámpora. Yo soy peronista, kirchnerista”, sentenció.
Pero, por lo bajo, muchos senadores K se mostraron disgustados por la encendida defensa que hizo Pichetto del proyecto de ley de Macri en el recinto. Una frase de quien condujo el bloque durante los doce años de kirchnerismo molestó especialmente: “He recuperado la capacidad de pensar, reflexionar y decir lo que realmente pienso. Ya no estoy atado por las obligaciones que me determinaban el hecho de ser gobierno”.
Un gesto para unir
Antes de la dura prueba que será la votación de los pliegos de Rosenkrantz y Rosatti, que necesitan dos tercios de los votos para pasar a integrar la Corte Suprema, Pichetto pretende apurar una ley que le permita a su bloque votar unido. Se trata de una iniciativa de su autoría y de Adolfo Rodríguez Saá que cuenta con el visto bueno de senadores peronistas de todos los sectores, incluso de cristinistas como Juan Manuel Abal Medina o Ruperto Godoy.
La idea del PJ es obligar al Gobierno nacional a enviar una norma al Congreso cada vez que quiera tomar nueva deuda o refinanciar pasivos. Para ello se busca modificar la ley de Administración Financiera, algo que el senador Rodríguez Saá intentó introducir en la ley que autorizó el pago a los holdouts.
Este nuevo proyecto fue puesto en consideración de las comisiones de Presupuesto y de Economía, pero por desinteligencias en el peronismo no K no consiguió suficiente respaldo. El próximo miércoles, Pichetto reunirá a ambas comisiones para que saquen dictamen a fin de que el pleno del Senado lo trate en dos semanas.
Esta sería la escala previa a la votación de los integrantes de la Corte. Ambos pliegos tienen dictamen positivo, con firmas de algunos “pichettistas” como el jujeño Walter Barrionuevo, el santafesino Omar Perotti y el salteño Rodolfo Urtubey.
El senador rionegrino no oculta su opinión positiva. Por eso desde el cristinismo están en estado de alarma: quieren impedir que el rionegrino vuelva a darle al macrismo una victoria significativa. La esperanza de los ultra K es llegar a los 24 votos en contra para bloquear la designación de uno o de ambos candidatos. Pero necesitan, por ello, que Pichetto pierda predicamento entre sus pares.
Para Bonafini, todos son "traidores"
“No puedo creer que tengamos que aguantar que votamos gente que nos traicionan de esa manera. (Mauricio) Macri les pagó ese favor con dinero: mucha plata a los gobernadores y otro poquito a los legisladores. No me importa si son peronistas o kirchneristas, para mí son traidores, no tienen patria”, apuntó la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
En su habitual ronda de los jueves en Plaza de Mayo, Hebe cuestionó la estadía del presidente Mauricio Macri en la propiedad del empresario inglés Joe Lewis, en Lago Escondido, que impide el exceso al lago al resto de la población: “Lewis usa el lago como pileta de natación y ahí fue a descansar Macri. Es una burla para todos nosotros”.
Por último, criticó la reunión que los dirigentes de las centrales sindicales mantuvieron en los últimos días, quienes opinó que “nunca estuvieron separados”.