La provincia del “Nunca Jamás” - Por Natalia Vicencio

La provincia del “Nunca Jamás” - Por Natalia Vicencio
La provincia del “Nunca Jamás” - Por Natalia Vicencio

El escritor escocés James Mathew Barrie creó a principios del siglo pasado una de las obras más icónicas de la literatura moderna: “Peter Pan y Wendy”. En ella, describe las aventuras de los dos protagonistas que dan el nombre a la historia, y del hada Campanita en la Tierra del “Nunca Jamás”, una lejana y exótica isla donde los “Niños Perdidos” viven sin ninguna regla ni responsabilidad; y están imposibilitados de crecer. Para arribar a aquel paisaje, los personajes debían volar hasta lo más alto del cielo y girar en la segunda estrella a la derecha.

La mágica historia del niño que se niega a lidiar con el mundo adulto y de su fiel amiga voladora –tantas veces representada en teatro, cine y televisión-, hoy cuenta con su versión mendocina. Esa provincia cuyana a la cual su líder Cornejo y su ladero Correas transformaron en una especie de Tierra del “Nunca Jamás”. Un lugar donde el crecimiento no existe y los más pequeños conviven bajo las reglas de la irresponsabilidad de sus dirigentes.

Según datos publicados por la DEIE, en los tres años y medio de Cambia Mendoza en el poder la matrícula estudiantil en el Nivel Primario decayó un 16%. Se trata de más de 30 mil pibes y pibas menos en las escuelas. Treinta mil “Niños Perdidos” en el sistema educativo provincial. La deserción escolar durante este Gobierno llega al 21%.

Asimismo, en 2015 la cantidad de estudiantes que tenían Jornada Completa/Extendida en Primaria era de 26.837. En marzo de 2019 (seis años después) la cifra alcanza a 21.740. Más de 5 mil niñ@s de sectores vulnerables que dejaron de percibir la merienda y almuerzo necesarios para desarrollarse (las raciones sufrieron un 12% de ajuste). Otros cinco mil “Niños Perdidos” del sistema.

El Director General de Escuelas invoca a una “deuda millonaria” heredada. Pues bien, cabe recordarle que en sólo tres años y medio la Deuda Pública de Mendoza aumentó un 266%. En este caso la niña sí creció: de $14.500 millones en 2015, pasó a $53.360 millones. Toda una adulta.

Mienten “Peter” Cornejo y “Campanita” Correas cuando afirman que aumentó la inversión en Infraestructura escolar. Las escuelas se caen a pedazos. El abandono es notorio en cada visita que hacemos a los establecimientos; y lo padecen docentes, celadores y estudiantes a diario. La comunidad educativa de la escuela Cicchiti de Guaymallén, por ejemplo, debió mudarse a otro establecimiento en pleno inicio del ciclo lectivo. En la escuela “Santa Cruz” de La Llave una tormenta destrozó el edificio al cual asisten niños y niñas de Nivel Inicial y Primario. En la escuela Vergara de Ciudad, un celador casi muere tras sufrir una descarga eléctrica cuando tocó el timbre de ingreso. Y así podemos enumerar cientos de casos más.

Actualmente existen más de 20 jardines infantiles en procesos de licitación desde 2016, pero ni uno en ejecución. El “Plan Maestro” de Martín Kerchner al que hace alusión Correas nunca maduró, como “Peter Pan”, y es sólo un proyecto que deberá ejecutar la próxima Gobernadora con un verdadero programa que priorice la educación.

El titular de la DGE rechaza que en 2019 se destinará el 21% del presupuesto provincial (7 puntos menos que en 2015) a la educación, bajo la excusa que debería descontarse del análisis la coparticipación de fondos municipales. Pero su visión no es adecuada ya que en la gestión Cornejo los servicios de deuda pasaron a representar el 6% del presupuesto, a raíz del aumento exponencial de la Deuda Pública. Fue una decisión política de su Gobierno el sobreendeudamiento en dólares, mediante el cual le quitó fondos a la educación. Incluso con la fórmula que propone el funcionario, la diferencia respecto a 2015 es de 6 puntos; $6.500 millones de pesos menos.

No podemos obviar el sometimiento del dúo “volador” hacia los y las trabajadoras de la Educación. El ítem aula que no mejoró ningún indicador de calidad educativa y sólo cercenó derechos. La pérdida del poder adquisitivo que empobreció a nuestras maestras y celadores. A diciembre de 2015, una maestra de grado con diez años de antigüedad percibía US$ 1.001 de salario bruto. A diciembre de 2018, la misma trabajadora cobraba US$ 526. Es decir, su sueldo vale 52% menos que hace tres años atrás.

Mendoza necesita dirigentes maduros como Anabel Fernández Sagasti. Capaces de construir un sistema educativo que encuadre con los tiempos que corren. Inclusivo, igualitario, participativo, de calidad, público y gratuito.

Que Peter y Campanita vuelen girando a la derecha. Y que no aparezcan “Nunca Jamás”.

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