La provincia debe exportar

La provincia debe exportar

Días pasados, un avión carguero despegó del aeropuerto de San Miguel de Tucumán con cien toneladas de arándanos, con destino a Europa. Ese mercado requiere que la fruta llegue en 24 horas a las góndolas.

En un mes se ha exportado desde Tucumán más arándanos que en todo el año anterior. Es el resultado de obras en el aeropuerto que posibilitan las exportaciones, con instalaciones logísticas y la reconstrucción de la pista, para soportar el movimiento de aviones cargueros de gran porte.

Este debe ser el rumbo de Mendoza, que en estos momentos tiene obras en marcha en el aeropuerto El Plumerillo para reparar la pista. Es necesario verificar si con estas obras nuestro aeropuerto quedará en condiciones de recibir aviones cargueros.

Eso no es suficiente, debe agregarse a esos trabajos la construcción de instalaciones para el acopio y conservación de los productos a exportar, cámaras frigoríficas, oficinas aduaneras y de control sanitario.

Nuestra provincia es una importante productora de agroindustria y produce frutas y hortalizas que son demandadas por sectores de alto poder adquisitivo en el Hemisferio Norte, que pagan por productos frescos, de contraestación y orgánicos.

Para ello debemos encarar la reducción de costos logísticos como asegurar la calidad en todas las etapas de producción hasta el transporte a los mercados consumidores.

La Argentina, por ejemplo, es poco importante en la exportación de uva en fresco, apenas el 2% del mercado mundial, mientras Chile ha logrado ventas que significan el 30% de las exportaciones de uva en fresco con ingresos que superan los cuatrocientos millones de dólares.

La promoción del consumo interno de uvas y su exportación, como el de pasas de uva, es la salida para la cuestión vitivinícola teniendo en cuenta que la vecina San Juan no ha hecho la reconversión y que en zonas de Mendoza aún quedan viñedos por reconvertir.

Uvas, ciruelas, cerezas y otras producciones frutihortícolas son la punta de lanza de un esfuerzo exportador que termine con el círculo vicioso de subsidiar plantaciones que no producen vinos de calidad y esos fondos pueden, en cambio, ser parte de un círculo virtuoso que contribuya a la diversificación de la matriz productiva y logre la conquista de los mercados internacionales.

Tenemos el ejemplo de Israel que con el aprovechamiento del agua hasta su última gota y la promoción de actividades que generan alto valor agregado, basado en la investigación científica y tecnológica, exporta gran parte de su producción por vía aérea.

Otra cuestión a encarar es la política de acuerdos comerciales con el mundo pues estamos en desventaja con nuestro vecino transandino. Es que Chile tiene acuerdos de libre comercio con el 90% el PBI mundial y nosotros, con el encierro de estos años y la ineficacia el Mercosur, solamente con el 10% del PBI mundial.

Esto se traduce en aranceles a nuestras exportaciones, como asimismo en barreras paraarancelarias que encarecen y disminuyen nuestras posibilidades exportadoras.

Se impone por consiguiente una clara política para salir al mundo, única manera de generar riqueza y, por ende, de generar puestos de trabajo y así terminar con la pobreza que nos degrada como sociedad.

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