El 2017 fue un mal año para el sector petrolero de Mendoza en términos de producción. Las estadísticas oficiales muestran una caída interanual de 3,5% en el volumen de extracción de crudo y una baja de 15,9% en gas.
Como atenuante, se destaca que las inversiones del sector en tareas de exploración y explotación volvieron a pasar los U$S 500 millones.
Según datos publicados por el Ministerio de Energía de la Nación, en 2017 se extrajeron 4.392.721 m3 de crudo en todo el territorio provincial, mientras que en 2016 se obtuvieron 4.552.511 m3. Esa comparación da como resultado una retracción del 3,5%.
Lo positivo es que a lo largo del año se pudo observar un cambio de tendencia favorable. El 2017 arrancó con caídas mensuales en la producción de crudo superiores al 9%, pero de a poco las bajas se fueron haciendo cada vez más chicas y en octubre cesó el período de retracción, para dar paso a dos meses de crecimiento, noviembre (1%) y diciembre (4%). De todas formas, esos resultados no fueron suficientes para revertir el balance negativo general del año.
El panorama es mucho menos alentador para el gas. El año pasado se extrajeron 1.928.011 m3 de ese insumo en Mendoza, un 15,9% menos que en 2016 (2.290.000 m3), pero lo realmente preocupante es que el 2017 mostró el peor resultado de los últimos doce años. Para encontrar un período de producción menor hay que remontarse a 2005, cuando se extrajeron 1.756.680 m3.
Más inversiones
El volumen de extracción del sector petrolero está íntimamente relacionado con las inversiones realizadas por las empresas. Tanto es así que los especialistas relacionan el bajo nivel de inversiones registradas entre 2005 y 2012 con los malos resultados registrados posteriormente en la extracción de gas y crudo.
Pablo Salvador, doctor en economía, explicó que los recursos destinados por el sector petrolero a tareas de exploración fueron muy bajos en el periodo 2005-2012. "Si no se destina suficiente dinero a las tareas exploratorias, resulta muy difícil que aumente la producción", comentó.
"De todas maneras, es cierto que el escenario económico y las reglas del mercado no ofrecían condiciones favorables para las inversiones. Hoy la situación es diferente tras la liberación del precio de los combustibles y el acomodamiento de algunas variables macroeconómicas, entre las que se incluye, por ejemplo, la eliminación de las retenciones en 2017. Por eso es esperable que el ritmo de inversiones continúe siendo alto", apuntó.
Para comprender mejor el análisis del economista, se deben repasar las inversiones realizadas por el sector petrolero en Mendoza en los últimos años. Estadísticas del Ministerio de Energía indican que entre 2005 y 2012 el promedio de dinero desembolsado por las compañías petroleras fue de U$S 282,2 millones, un valor que parece importante, pero según los especialistas es insuficiente para las tareas de exploración y explotación.
La situación mejoró en los años siguientes. Entre 2013 y 2017 el promedio de inversión avanzó a U$S 608,6 millones al año. La mala noticia es que 2017 cerró por debajo de ese número (U$S 589,9 millones), aunque el Gobierno de Mendoza es optimista para este año.
Santiago Fernández Herrero, director de Hidrocarburos de Mendoza, aclaró que "gran parte de los U$S 589 millones se destinaron a inversiones de tareas de desarrollo, como la construcción de plantas de tratamientos o sistemas de cañerías, lo que supone un aumento de producción para los próximos años".
De todas formas, el funcionario aclaró que el sector petrolero de Mendoza enfrenta un gran desafío, que consiste en un periodo de transición de campos maduros a campos nuevos".
"Cada año los campos maduros de la provincia bajan un 10% su nivel de producción. Eso condujo a que la participación de esas áreas sobre el total del crudo producido cayera de 48,9% en 2016 a 45,7% en 2017. Al mismo tiempo, las áreas nuevas mejoraron su rendimiento y aumentaron su participación", indicó.
"Las expectativas son buenas para los próximos dos años y esperamos seguir por la misma vía de crecimiento en el futuro. YPF está haciendo grandes inversiones en Chachauén y el potencial es muy grande. Eso puede ayudar a incrementar los niveles de producción en el futuro", comentó el director de Hidrocarburos.
La situación es algo más complicada en lo que respecta al gas. Santiago Fernández Herrero explicó que áreas como Pozo Cercado y Chañares Herrados han bajado mucho su producción en los últimos años, por lo que las nuevas inversiones también serán esenciales a futuro.
Poca inversión privada
Daniel Garro, economista y director de Value International Group, planteó un escenario menos optimista para el sector petrolero. “Es cierto que han aumentado las inversiones, pero casi todo es aportado por YPF, es decir que es plata del Estado”, comentó.
"Las empresas privadas no están realizando grandes inversiones porque el escenario económico aún está muy lejos de ser atractivo. Los impuestos siguen siendo demasiado altos y el costo de extracción dentro de Argentina hace que el negocio no sea demasiado rentable. Es por eso que no se ve una lluvia de inversiones en Vaca Muerta", señaló.
Las estadísticas del Ministerio de Energía demuestran una disparidad entre YPF y el resto de las petroleras. De los U$S 589,88 millones que invirtió el sector en Mendoza en 2017, unos U$S 432 millones fueron aportados por YPF (77%) del total. Los otros U$S 186,06 millones se dividieron entre 12 empresas, siendo Pluspetrol SA la que más inversiones hizo (U$S 61,32 millones).
Otro punto que cuestionó Garro es la falta de recursos destinados a tareas de exploración. "No se están descubriendo áreas nuevas. El propio Estado está invirtiendo para potenciar los yacimientos jóvenes e intentar aumentar la vida útil de los áreas maduras, pero no está explorando lo suficiente para aumentar la producción en el futuro", advirtió Garro.
Lo que muestran las estadísticas del Ministerio, es que en 2017 se destinaron U$S 32,21 millones a exploración, lo que representa un 5,46% del total.
También el economista Andrés Koleada observó un escenario adverso para el desarrollo de la actividad. "El Gobierno nacional generó varios cambios que favorecen al sector, como la quita de retenciones y la liberación del precio de los combustibles, pero sigue manteniendo una carga tributaria alta que hace poco atractivas las inversiones", opinó Koleda.
"Se sigue manteniendo el impuesto a la Transferencia de los Combustibles y casi un tercio del precio final de los combustibles es carga tributaria. Si el Estado realmente quiere bajar el precio de los destilados y atraer inversiones extranjeras, debe estar dispuesto a bajar impuestos", continuó.
