Ya en el siglo XIX algunas mujeres pudieron votar. Fue Domingo Faustino Sarmiento, gobernador de San Juan, quien les dio el voto en los comicios municipales a las mujeres que eran propietarias. También escribió, que, con la difusión de la educación en ambos sexos, debían reconocerles derechos políticos plenos a las mujeres.
Por su parte la tesis doctoral de Carlos Pellegrini, defendida al poco tiempo de su regreso del frente en la guerra con el Paraguay, versó sobre el derecho al sufragio de la mujer. El doctor Pellegrini había nacido en un hogar donde su madre y su tía se destacaban por su cultura y por ser propagandistas de los derechos de las mujeres.
Además, una tía abuela, casada con Lord Provost era, en el Reino Unido, una promotora del sufragio femenino.
Con la reforma de la Constitución de San Juan en 1927, se otorgó el voto a las mujeres para las elecciones provinciales, aunque no para ser electas salvo en cargos municipales. Al año siguiente durante el gobierno de Federico Cantoni se designa la primera mujer intendente de Sudamérica, se llamaba Eva Araya de Collado.
La primera legisladora de la Argentina y de Latinoamérica fue Emar Acosta.
Nació en la Rioja el 20 de agosto de 1904 y en la Universidad de Buenos Aires cursó sus estudios de derecho. Se graduó en 1926 y se trasladó a la ciudad de San Juan. En 1927 es designada por el gobernador Aldo Cantoni, Defensora de Pobres y Ausentes.
Fue la primera mujer en ocupar en el país un cargo de ese tipo. Aunque por disidencias con los Cantoni renunció al poco tiempo.
Fue profesora en el Liceo de señoritas y en el Colegio nacional de San Juan y participó en otras actividades como presidir el Colegio de Abogados de la provincia. También organizó la Asociación de Cultura Cívica de la Mujer sanjuanina.
El gobierno de San Juan promovió otra reforma por el cual se le reconocía a la mujer no sólo el derecho a votar sino también a ser elegida, a fines de 1933. Esto habilitó a la doctora Acosta a ser electa diputada provincial en 1934 por el Partido Demócrata Nacional, al que se había incorporado después de sus fuertes enfrentamientos con los hermanos Cantoni.
En su mandato de cuatro años desarrolló una prolífica labor. Entre otras iniciativas logró la aprobación para crear el Patronato de Presos y Liberados. Otro aporte fue la formación del Patronato de Menores. Logró que se aprobara la creación del consultorio médico ambulante, para atender las necesidades sanitarias de barrios alejados y las zonas rurales de la provincia.
No fue ajena a sus iniciativas la defensa del salario, los comedores populares para paliar las consecuencias de la crisis de los treinta y la vivienda obrera.
Su primer mandato concluyó en 1938 pero fue elegida nuevamente en 1941.
En esos años por pedido del gobernador Pedro Valenzuela, tuvo una destacada intervención en la reforma del Banco de San Juan. Este Banco provincial, que era estatal, fue transformado en un Banco Mixto.
El mandato de la doctora Emar Acosta concluye abruptamente con el golpe militar del 4 de junio de 1943 que dio lugar a una dictadura militar.
En 1951, en las elecciones nacionales con participación de la mujer, es candidata a senadora nacional por el Partido Demócrata, siendo derrotada por el partido peronista.
Esta primera legislador de Latinoamérica fallece en San Juan el 24 de octubre de 1965 a los 61 años de edad.