La audiencia que decidirá si Leonardo Hisa espera en la cárcel o en su casa el juicio por el crimen de su ex, Norma Carleti, pasó para el lunes o martes de la semana que viene. Al parecer, aún la Justicia no cuenta con los informes técnicos sobre él y sus posibles cuidadores, que son claves en esta decisión.
Al tercer imputado a quien se le negó el beneficio de la domiciliaria es Eber Guerrero, el último en ser aprehendido e imputado de los hermanos, sobre quienes pesa la acusación de haber sido coautores del asesinato en Tunuyán. Aunque se les harán pericias que pueden modificar su situación procesal.
Al respecto, el abogado de los Guerrero, Pablo Cazabán, adelantó que hoy presentará una apelación contra las tres preventivas fijadas por el juez de Garantías Oscar Balmes esta semana. Y también aseguró que pedirá la nulidad de la audiencia del lunes pasado, cuando se decidió que Kevin y Alexis volvieran a la Penitenciaría.
"Lo único que hace la defensa es dilatar los tiempos de este proceso", señaló el doctor de la familia Carleti, Víctor Abalos.
El tercero de los Guerrero
Son varias las pruebas en las que se basaron la querella y los fiscales para apuntar contra Eber. El joven fue reconocido por testigos saliendo del domicilio de Norma Carleti esa noche y, minutos más tarde, ingresando con el buzo con manchas de sangre a la casa de su madre.
En los allanamientos que se realizaron en esa casa esa noche, se encontró el buzo con manchas de sangre y restos de sangre en la bacha del baño y de la cocina de esa vivienda. Aún no están los resultados de los estudios de ADN realizados sobre tales manchas.
Igual, a Eber recién lo detuvo la Policía el 12 de marzo, siete días después del crimen. Según Ábalos, la orden de captura estuvo dictada desde el primer día, pero la Policía no podía dar con él. "Por consejo de su abogado de entonces, se presenta a la Comisaría y allí queda detenido y al otro día, imputado", apuntan desde la querella.
Durante la audiencia del martes, la defensa hizo hincapié en que el joven es trabajador, humilde y jornalero; y se sugirió que estaría preso por su condición de pobre. Eso fue usado por la querella para preguntar cómo hacen los Guerrero para pagar a los cuatro abogados que llevan en lo que va del proceso.