Cristina Fernández parece haber sacado del frezzer a Francisco Pérez. Luego de los mutuos y públicos gestos de distanciamiento (como resultado del anticipado acuerdo por las listas nacionales del PJ de Mendoza), ayer la presidenta de la Nación y el gobernador volvieron a verse las caras para hablar y tomar decisiones políticas.
La cumbre, manejada con extremo sigilo por los funcionarios, se produjo ayer por la tarde, después de las 18 en el despacho presidencial, luego de que ambos compartieran al mediodía el acto que dio inicio a la Semana de Mayo en la que la Presidenta dejó inaugurado el sitio de la memoria en la ex Esma.
Del encuentro, según pudo confirmar Los Andes, participaron además el candidato a gobernador por el Frente para la Victoria (FpV), Adolfo Bermejo; el jefe de Gabinete nacional, Aníbal Fernández; los jefes de La Cámpora “Wado” De Pedro y Andrés Larroque; el secretario Legal y Técnico Carlos Zanini; los diputados nacionales Guillermo Carmona y la camporista Anabel Fernández Sagasti y en representación de Omar Félix su hermano Emir, intendente de San Rafael.
La intención del cónclave fue el análisis de la situación política de Mendoza tras las PASO del 19 de abril que significaron una derrota para el oficialismo a manos del candidato del Frente Cambia Mendoza (CM), Alfredo Cornejo. El estrecho margen de cinco puntos de diferencia, ilusionó a la Nación con retener la provincia para el peronismo, ya que además es conciente que no puede desentenderse de lo que pase en los principales distritos electorales del país.
Sin embargo, el motivo de la convocatoria fue no sólo el de acercar posiciones tras la breve guerra fría, sino también avanzar en la definición de las las listas de diputados y senadores nacionales que el FpV mendocino presentará en las PASO nacionales.
Sabida es la pretensión de la Casa Rosada de ubicar en los primeros lugares a dirigentes de indubitable pedigrée kirchnerista, y justamente es por eso que cuando en el mes de febrero, el gobernador y Carlos Ciurca anunciaron que no sólo el grueso del PJ apoyaría a Bermejo para la gobernación, sino también a Pérez como cabeza de lista para diputados nacionales y al intendente lasherino Rubén Miranda para encabezar la nómina de senadores nacionales, la furia de los sectores kirchneristas que reportan directamente a la Presidenta y su entorno no se hizo esperar.
De allí el ninguneo presidencial y la asunción de que la relación con el gobierno nacional no pasaba su mejor momento, al extremo de poner el riesgo el pago de sueldos públicos como ya ocurrió.
Pero ese frío pareció disiparse luego de la firma del programa de desendeudamiento la semana pasada y quedó ratificado al menos por la posibilidad misma del cónclave de ayer, como así también por sus resultados. El propio Pérez anoche con un pie en el avión le aseguró a sus colaboradores en Mendoza que la “reunión fue muy buena”. Se confirmó que con “espíritu de unidad” el gobierno nacional respaldará la “gestión” de Pérez para que el FpV pueda ganar en la provincia.
El temor del gobernador habría sido que la propia Cristina Fernández lo notificara de tener que dar un paso al costado. Lejos de eso, los informantes aseguraron que más que empaparse en el baño de humildad que la Presidenta reclamó a los propios como una disposición tendiente a ordenar las listas y los precandidatos en favor de aquellos mejor posicionados, Pérez habría ratificado lo que la semana pasada dejó entrever a los medios: que quiere ser candidato.
Otras versiones sobre el encuentro que terminó pasadas las 21, daban cuenta que por el contrario, no se habría hablado “de cargos”, sino y principalmente de “estrategia”. En paralelo, y de manera extraoficial, circuló el rumor de que Pérez también habría sugerido que lo acompañara en la lista la nueva estrella K, Fernández Sagasti. Asimismo, se especuló que también habría ofrecido que el lugar inicialmente pensado para Miranda en el Senado podría ser para Carmona.
De confirmarse que tanto desde la Rosada como desde Casa de Gobierno trabajan en un esquema de estas características, quien reciba el -ahora de moda en el mundo K- “baño de humildad” tal vez sea el propio Miranda. Porque está claro: no hay lugares para todos.
