La preocupante inseguridad

Si bien es un aspecto que debe enfrentar quien está a cargo del Poder Ejecutivo, la responsabilidad de la solución es de la clase política.

La preocupante inseguridad

No es "época" de encuestas porque ya pasaron las elecciones, pero estamos seguros de que si consultamos a la gente sobre cuáles son sus principales preocupaciones, no quedan dudas de que la inseguridad ocupará un lugar principal en el podio. Es factible que sea superada por algunos temas de coyuntura -en el caso actual la situación vitivinícola- pero lo cierto y lo concreto es que se ha convertido en un problema estructural y de difícil solución, más allá de quien se encuentre al frente del Poder Ejecutivo.

Debemos partir de la base de que si bien se trata de un tema de permanente actualidad, la dirigencia política suele reaccionar visceralmente ante ciertos acontecimientos, como sucediera años atrás, cuando un turista neocelandés fue asesinado en las cercanías del estadio Islas Malvinas por parte de delincuentes que pretendían robarle la mochila. Ante la trascendencia, nacional e internacional del hecho, la dirigencia política se autoconvocó y decidió poner en discusión todos los proyectos, entre ellos algunos muy interesantes, como el que establecía que los reincidentes debían cumplir la totalidad de la condena, "porque la primera vez puede ser fruto de un error pero la reiteración no". Sin embargo, vemos a diario que muchos de los que delinquen y que son detenidos cuentan con "frondosos" antecedentes, como suelen calificarlos las crónicas policiales.

Cabe señalar también que los mendocinos estamos comenzando a sufrir las consecuencias de las grandes ciudades. Hasta no hace mucho, cuando "todos nos conocíamos", la presencia de un desconocido llamaba la atención y esa advertencia servía inclusive de elemento de control. Era el momento en que el centro de la ciudad se encontraba poblado de gente que concurría a "mirar vidrieras" y se quedaba hasta altas horas de la noche. Ahora la gente opta por lugares cerrados, como los shopping, que inclusive cuentan con sistemas de seguridad privados.

Días atrás, en la sección Escribe el Lector se publicó una carta que grafica plenamente el sentir de los mendocinos: ".. se desarrolla un estado de alerta permanente, de zozobra en todo momento, de incertidumbre de lo que pueda pasar en un instante, de temor ante un hecho criminal inesperado de consecuencias imprevisibles", decía, para agregar que, "a pesar de cuidarnos y de estar alertas, las consecuencias son casi inevitables. La sorpresa y el salvaje logran su cometido".El gobernador de la Provincia tiene plena conciencia de lo que está sucediendo. En una entrevista publicada el 17 de setiembre, Alfredo Cornejo señalaba que una mejora en la seguridad es la principal preocupación de los mendocinos. Aseguró que era un tema que lo tenía "obsesionado" y planteó la necesidad de mantener una política de "mano dura, de mano firme, a rajatabla, como se está haciendo", aclarando que "mano dura es un Estado que esté organizado para vencer al crimen organizado y también a ese delincuente suelto, que no forma parte de una organización criminal pero vive de robar lo ajeno".

Para que sucedan hechos delictivos, en muchas oportunidades se concatenan aspectos que podrían ser evitados. Es el caso de lo que sucedió con el asalto al propietario de una estación de servicios de Las Heras que habitualmente concurría a depositar lo recaudado durante el fin de semana a un banco o lo que se planteó con el asesinato de un carpintero en Guaymallén, en que los ladrones sabían que había percibido una suma de dinero en concepto de adelanto de un trabajo. Habrá que estar más alertas, pero también es real que a los mendocinos la inseguridad nos ha cambiado la vida.

Nuestro matutino se hizo eco de la preocupación que indica que 8 de cada 10 mujeres se sienten inseguras al ir solas por el espacio público, especialmente de noche.

La inseguridad no es un tema que incumbe exclusivamente a quien tiene a su cargo la gestión pública -que sí tiene la obligación de aplicar las leyes- sino de la política en general, que deberá encontrar los caminos para revertir lo que está ocurriendo.

De lo contrario, los delincuentes seguirán ocupando los espacios que va dejando, por temor, la sociedad en su conjunto.

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