La política exterior de Macri

Los anuncios formulados por Mauricio Macri y la designación de quién estará al frente de la Cancillería permiten mirar con optimismo el futuro de la política exterior del país.

La política exterior de Macri

En un mundo tan cambiante, anticipar los criterios concretos sobre la política exterior de un gobierno aparece como un objetivo difícil de alcanzar. De todos modos, también debe valorarse la intención del gobernante en relación con la ubicación del país en el mundo, especialmente cuando de ello dependen aspectos políticos y también económicos. En ese marco, los primeros anuncios sobre la conducción de la Cancillería y los anticipos de los objetivos buscados permiten mirar con un fuerte grado de optimismo el futuro, más allá de que haya que esperar los primeros pasos del próximo gobierno para comprobar si la política implementada se condice con los anuncios previos.

Debemos partir de una base: el primer paso positivo se dio con el nombre de quien ocupará el máximo sillón de la Cancillería. Porque la designación recayó en Susana Malcorra, una rosarina de extracción radical que actualmente es la jefa de Gabinete del secretario general de las Naciones Unidas Bam Ki-moon, razón por la cual conoce a fondo los vericuetos del máximo organismo internacional. El propio titular de la ONU dijo que Malcorra tiene un trato directo y cordial con más de un centenar de presidentes del mundo, aspectos que permiten anticipar que la Argentina puede mantener una buena imagen en el concierto internacional. Malcorra sucederá en el cargo a Héctor Timerman, uno de los funcionarios que mostró un mayor grado de obsecuencia en la era K y que tuvo como objetivo prioritario durante su función el de defender en primer lugar la imagen de la Presidenta. Su único acierto, reconocido también por el presidente electo, fue la política implementada en el tema Malvinas y los reclamos internacionales de la Argentina sobre la soberanía en las islas. Lo demás fue desastroso.

En orden de prioridades, debemos atenernos a lo que señaló Mauricio Macri en su primera conferencia de prensa post-balotaje. Dijo que el primer viaje oficial que realizará será al Brasil, al que calificó como “principal socio” de la Argentina. Un aspecto que puede dejar de lado algunas rispideces que supo tener la Argentina, especialmente en lo relacionado con algunos artículos en particular y también, por qué no decirlo, en la disputa personal por el liderazgo en la región que intentó Cristina Fernández frente a Lula Da Silva y Dilma Rousseff. Si las relaciones con Brasil son fluidas, Mendoza se verá ampliamente favorecida, en razón de que ese país es el principal mercado hacia el cual van dirigidos los productos que surgen de la actividad agrícola provincial.

También es valiosa la intención de afianzar las buenas relaciones con América Latina y el mundo, priorizando en ese aspecto el plano regional, planteando además la necesidad de recuperar la dinámica del Mercosur, avanzar en los convenios con la Unión Europea y converger con la Alianza del Pacífico. En el caso de la Unión Europea, es dable recordar que algunas diferencias que se produjeron en años anteriores provocaron la aplicación de medidas paraarancelarias para el ingreso de algunos productos argentinos, como sucedió con los vinos y el mosto, las que quedaron solucionadas luego de arduas gestiones de parte de la actividad privada. Respecto de la Alianza del Pacífico, es una iniciativa de integración regional conformada por Chile, Colombia, México y Perú, oficialmente creada en 2011, que puede resultar interesante pero que se enfrenta a dos inconvenientes: en primer lugar, porque el Mercosur no admite dobles alianzas con otros bloques y en segundo término porque la Alianza del Pacífico permite acuerdos bilaterales individuales de los países miembros y el Mercosur no.

Y en el plano de importancia también debe hacerse hincapié en el planteo que formuló sobre Venezuela, condenando los abusos que han sufrido los políticos opositores -con cárcel incluida- y los avances sobre la libertad de expresión, con lo que Maduro pierde al principal “socio” que mantuvo durante más de una década, el kirchnerismo, y su autoritarismo se debilita frente a las elecciones previstas para el 6 de diciembre. Es importante, además, la intención de establecer que sea el Congreso el que derogue el Memorándum con Irán.

Será el tiempo el que determine si la política exterior implementada por el próximo gobierno será la correcta. Sin embargo, si nos atenemos a los anticipos debemos ser optimistas.

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