La elección presidencial que tiene lugar el 25 de octubre será el hecho político dominante en 2015. El proceso electoral tiene cuatro fechas clave. El 10 de junio vence el plazo de presentación de alianzas para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Es decir que, a partir de esa fecha, quedan definidas las opciones electorales que se presentarán.
La cuestión a definir entonces es si en las tres opciones opositoras (Massa, Macri y el FA-Unen) puede haber alguna alianza que las reduzca a dos para poder imponerse en la primera vuelta. La segunda fecha es el 9 de agosto, día de las PASO. Ahí quedarán definidos los candidatos.
El candidato opositor que resulte más votado polarizará total o parcialmente el voto de la oposición en la elección de octubre. A su vez, probablemente el oficialismo tendrá primarias competitivas entre Scioli y otro candidato más próximo a la Presidenta, como podría ser Randazzo.
En parte, las PASO actúan como una primera vuelta. En la elección del 25 de octubre es posible que alguno de los candidatos opositores (hoy serían Massa o Macri) sea visto como la opción más eficaz para impedir un nuevo triunfo del oficialismo. Cabe recordar que en el sistema argentino si se llega al 40% de los votos y hay más de 10 puntos de ventaja sobre el segundo, se gana en primera vuelta.
Si el 24 de noviembre se realiza una segunda vuelta, la oposición tiene más posibilidades de ganar, dado el desgaste del Gobierno y las dificultades de la economía.
Pero antes tendrán lugar elecciones provinciales anticipadas en varios distritos, algunos de relevancia. En Mendoza se realizan elecciones municipales en dos municipios importantes (Mendoza Capital y San Carlos), en los que ganaría la oposición. Las PASO se realizan el 22 de febrero y las elecciones el 5 de mayo.
La primera provincia que elegirá gobernador es Salta, donde Urtubey irá por su reelección. Enfrenta una coalición encabezada por el ex gobernador Romero, que a nivel nacional se alinea con Massa. Las PASO son el 12 de abril y la elección el 17 de mayo. La izquierda, representada por el FIT, espera repetir en la capital provincial su éxito electoral de 2013. Santa Fe tiene las PASO el 19 de abril y la elección provincial el 14 de junio.
La Alianza liderada por el socialismo, el Pro y el kirchnerismo son las principales fuerzas que competirán. La Ciudad de Buenos Aires realiza las PASO el 26 de abril y la elección el 5 de julio. Es uno de los pocos distritos que tiene segunda vuelta y tendría lugar el 19 de julio.
El Pro es la primera fuerza en los sondeos, pero tiene que resolver la candidatura para jefe de Gobierno entre Rodríguez Larreta, apoyado por Macri, y Gabriela Michetti, que se ha transformado en la oposición interna dentro del oficialismo porteño. La segunda fuerza es Unen, que lleva a Lousteau como candidato. La fecha de esta elección ha sido fijada por Macri pensando en influir sobre las PA SO nacionales, que son tres semanas después de la segunda vuelta porteña. Massa puede quedar tercero o incluso cuarto en Ciudad de Buenos Aires y Santa Fe y ello forma parte de la estrategia nacional del Pro.
El Chaco tiene las PASO el 24 de mayo, la elección el 20 setiembre y la segunda vuelta -si la hubiera- el 18 de octubre. El peronismo que gobierna está desgastado, pero la oposición por ahora se presenta dividida. Córdoba también adelantaría la elección, pero todavía no tiene fecha para ello, y lo mismo puede suceder todavía con varias provincias más.
El Gobierno, por su parte, continuará con su estrategia política para que, en caso de perder la elección, entregue “el gobierno pero no el poder”. Ello implica quedar por lo menos como segunda fuerza en la elección y con una capacidad parlamentaria para condicionar al futuro gobierno.
En consecuencia, se llevarán adelante más iniciativas para limitar su poder. Pese a ello, es probable que las causas de corrupción sean el año próximo un problema político creciente para el Gobierno y que la Justicia se muestre más independiente en ellas. Más allá de lo que suceda con la economía, la situación social no será fácil: con la alta inflación -que se mantendrá-, el deterioro de los indicadores sociales continuará.
El nacionalismo seguirá siendo una bandera útil para el Gobierno (la consigna Patria o Buitres) y ello influirá en la política exterior, la política interna y la economía. La estrategia del oficialismo continuará para trasladar dificultades y problemas a su sucesor, con la expectativa de que sus problemas allanen el camino para que la Presidenta retorne al poder en 2019. Mientras tanto, la tolerancia social frente a la inflación, la salud de la Presidenta y las consecuencias de las investigaciones de los holdouts en los EEUU son imponderables, como también lo son las investigaciones de la Justicia argentina sobre la corrupción, que pueden alterar estos escenarios.
La gran cuestión política para Cristina en 2015 será evitar que el poder se traslade anticipadamente a sus eventuales sucesores, ya sea del oficialismo o la oposición. Para ello, como dijimos, es posible que la Presidenta impulse unas PASO competitivas en su propio partido. De esta forma ella evitaría que el poder dentro del propio oficialismo pase a su sucesor anticipadamente. Mantener alineados a gobernadores, intendentes y legisladores, así como neutralizar la independencia creciente de los jueces, será una tarea primordial para ella.
También buscará impedir alianzas en la oposición que pongan en riesgo su estrategia de retener el poder aunque entregue el gobierno. En este sentido, el escenario más peligroso para el kirchnerismo no es una alianza del Pro con la UCR sino que suceda lo que hoy no parece probable: un acuerdo entre Macri y Massa para competir en las PASO por la candidatura de la oposición. Si en los próximos meses Scioli comienza a crecer en los sondeos, este tipo de alternativa empezaría a ser posible.
En conclusión: el año 2015 tiene como epicentro político la elección presidencial y cuatro fechas clave: el cierre de las alianzas (junio), las PASO (agosto), la elección (octubre) y la segunda vuelta (noviembre) si la hubiere; pero antes tendrán elecciones adelantadas varias provincias (Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Salta y Chaco para gobernador y municipales en Mendoza, a las que pueden sumarse otras (Córdoba, etc.); la estrategia política del oficialismo apuntará a dejar una estructura de poder permanente (Congreso, provincias, fiscales, etc.) que le permita retener el poder aunque entregue el gobierno y, en el corto plazo, buscará impedir en 2015 que el poder se traslade anticipadamente a su eventual sucesor, ya sean candidato del oficialismo o de la oposición.
Por Rosendo Fraga - Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría. Especial para Los Andes