La policía de Chicago, ya cuestionada por acciones de brutalidad contra negros, disparó y mató a tres personas la noche del sábado, incluyendo a una madre de cinco hijos, a quien agentes le dispararon “accidentalmente” cuando respondieron a un altercado familiar.
Según familiares, la mujer muerta -Bettie Jones- vivía en un departamento un piso abajo de Quintonio LeGrier, por cuyo comportamiento se había solicitado la intervención policial. LeGrier también fue muerto a disparos aproximadamente a las 4.25 am del sábado en un barrio del llamado West Side. LeGrier y Jones eran de raza negra, de acuerdo con la oficina del forense.
Los agentes que acudieron en respuesta a la llamada “fueron confrontados por un sujeto combativo, lo que resultó en la descarga del arma del agente”, dijo la policía de Chicago en una declaración breve. “La víctima femenina de 55 años fue baleada por accidente y trágicamente murió'', agregó el texto de la policía, que expresó sus “condolencias más profundas a la familia y amigos de la víctima”.
Miembros de la oficina forense del condado de Cook y familiares dijeron que Jones, madre de cinco hijos y que recibió a la familia para la Navidad, y LeGrier, una estudiante universitario que estaba en casa por las vacaciones, fueron declarados muertos en hospitales.
En la declaración, la policía no reveló de momento la raza del agente. Dijo solo que los policías involucrados en el incidente serán puestos en tareas administrativas durante 30 días, mientras “pueden realizarse que labores de formación y aptitud para las necesidades del servicio”.
No quedó claro por el momento cuántos agentes respondieron al llamado, cuántos utilizaron sus armas de fuego y cuántas veces fueron baleados tanto LeGrier como Jones.
El tiroteo ocurrió en medio de un escrutinio permanente a la policía en todo el país, después de una serie de muertes de personas de raza negra a manos de agentes que dio origen al movimiento “Las vidas de los negros importan”.