La pobreza, un desafío para la política

Recientes datos revelaron que el gobierno nacional anterior terminó su gestión con cuatro millones de chicos sumidos en la pobreza. Es decir, que tres de cada diez niños eran pobres en la Argentina a fines de 2015.Duro balance para una década en la que el

La pobreza, un desafío para la política

Los datos del documento elaborado por la filial local de Unicef agregaron que cerca de 1,1 millón de los menores, de entre 0 y 17 años, subsistía en la pobreza más extrema.

La triste situación de niños y jóvenes es el lógico reflejo de lo que ocurre en los hogares que los contienen, sumidos en muchos casos en una marginalidad cada vez más apremiante y limitante en el plano social, educacional y hasta intelectual.

Como una forma de alertar sobre la realidad e instar a que las nuevas autoridades no minimicen la realidad, en los últimos días los obispos argentinos le pidieron al presidente de la Nación encarar acciones para que las políticas públicas no dejen de encarar mecanismos pensados para la reducción de la pobreza.

La representación de la Conferencia Episcopal Argentina, encabezada por su titular, monseñor José María Arancedo, enfatizó ante Mauricio Macri en la necesidad de reducir progresivamente los niveles de este flagelo en el país y le señalaron al primer mandatario que ese flagelo que vive gran parte de la sociedad es motivo de una preocupación creciente en la Iglesia, que suele monitorear con exactitud lo que ocurre en cada rincón del país por el despliegue apostólico y social que realizan sus integrantes.

La amabilidad que, dicen, caracterizó al encuentro entre el Presidente y los obispos hace alentar la instrumentación de mecanismos de diálogo que, en éste y otros temas sociales de consideración, deberían ser moneda corriente entre quienes ejercen el gobierno y los sectores representativos de la sociedad que se hacen eco de las necesidades de la población.

Como señalábamos, las cifras de Unicef Argentina dan cuenta de que el gobierno anterior prácticamente fracasó en sus políticas orientadas a solucionar los problemas de las clases más necesitadas.

Por ello, la actual gestión debe tomar con un importante desafío dicha situación, con más razón si se tiene en cuenta que en su prédica preelectoral el ingeniero Macri enfatizó una y otra vez que uno de los objetivos de su gobierno sería tender hacia la pobreza cero en el país.

La pretendida reactivación de la economía y la consecuente mejora en la generación de empleo deberían ir en dicho sentido. Y el momento es propicio, puesto que si bien no es correcto hacer una evaluación de los éxitos o fracasos de un gobierno cuando éste sólo lleva cinco meses en el poder, todo comienzo de gestión debe servir para dar a conocer las propuestas y encarar la planificación de políticas.

Es cierto que mientras subsistan niveles tan alarmantes de pobreza y miseria se hace imprescindible sostener, y si es necesario hasta incrementar, los diversos planes sociales para su contención, pero no deja de ser menos verdadero que la gran meta estratégica de toda la sociedad argentina encabezada por su gobierno debe ser la de ir acabando progresivamente con la pobreza y lo más rápido posible con la indigencia.

Y la superación de tales males no se logra mediante planes y subsidios, por más significativos que éstos sean. Acá la solución pasa indefectiblemente por la creación de trabajo, una educación inclusiva y una salud para todos. Ya que trabajo, educación y salud son las auténticas políticas sociales, que bien aplicadas pueden dejar de lado este triste momento de la Argentina, donde más de un tercio de su población está sumergido en la pobreza. Un escándalo a todas luces.

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