No es ninguna novedad. Los clásicos son campeonatos extras. Así se esperan, se viven, se juegan y se disfrutan. Cada edición del derby entre San José y Atenas es un capítulo aparte. Esta vez no fue la excepción. Emocionante. Vibrante y como si estuviera escrito en un guión cinematográfico, se definió en las últimas dos bolas del partido y con fallos polémicos incluidos.
Ganó Atenas 91-90 con un doble en la zona pintada de Nicolás Mendyk cuando restaban 2’’ para la chicharra final. Saque rápido del local y Lucas Rubia lanzó prácticamente desde su aro. Hubo invasión de cancha por parte de la delegación Apache y los jueces volvieron todo atrás. Segundos previos al lanzamiento de Mendyk, el DT del Santo pidió minuto.
Tras la conversión del número 13, el delirio Apache se hizo sentir y nadie escuchó las sirenas correspondientes. El juez principal, Mario Aluz, fue hasta la mesa de control, habló con los encargados y le otorgó el tiempo muerto a San José.
Obviamente, el enojo de todo el plantel visitante se hizo sentir. San José repuso de la mitad de cancha, el hombre buscado fue Facundo Rubia, sin embargo, defensa fuerte y el Garza no pudo definir la historia. Fue triunfo Apache en rodeo ajeno y líder absoluto, por ahora, de la A1, ya que quedó igualado en puntos con su clásico rival, pero tiene ventaja deportiva, ya que ganó dos de los tres partidos que disputaron en esta primera fase.
Fue un partido de rachas. Arrancó mejor el dueño de casa en el primer cuarto, pero siempre dependiendo del goleo de Facundo Rubia (36 puntos en la noche). El Apache respondía con bombas de tres puntos de Joel Sierra y algunas apariciones de Luciano Togñón en la zona pintada (24-20).
En el segundo período la historia cambió. Atenas, fiel a la impronta de su entrenador Gustavo Noria, apostó por la presión en toda la cancha. Le costó cruzar la línea media a San José y eso que tuvo durante varios pasajes a dos bases entre los cinco: Lucas Rubia y Daniel Delmonte.
Más allá del aspecto defensivo, fue clave la efectividad de Atenas desde la línea de 6.75 (4 triples) y el juego uno contra uno de Rodrigo Lavezzari (cada día juega mejor). Por esta razón, Atenas se fue al descanso largo con una ventaja de 3 puntos: 44-47.
En el tercer parcial, volvió a mandar en el juego el dueño de casa. Apareció en todo su esplendor Leandro Lincheta para lanzar de tres puntos, cortar hacia el aro y descargar. Obviamente, el Garza Rubia seguía iluminado y convirtiendo puntos: 71-67.
En el último cuarto llegó lo mejor. San José sacó la máxima diferencia del partido: 10 puntos (84-74). Sin embargo, le faltó efectividad para definir la historia, como así también resto físico. Atenas reaccionó otra vez en lo defensivo y dejó a su rival 4’ sin convertir. El Apache apostó por el ataque estacionado y Gabriel Rivero comenzó a desequilibrar. Pero la figura de Mendyk fue determinante.
El “Garza” con 4 faltas personales no pudo defenderlo y el ala pivot fue la carta de gol del quinteto de calle Viamonte. Restando 1’20’’ el Apache igualó la historia en 87 con dos libres de Mendyk. En defensa volvió a recuperar el balón y una salida rápida en transición, Jezowoicz puso al frente a su equipo restando 1’ redondito. El tablero indicaba que el Apache ganaba 87-89.
Minuto de Puebla y a dibujar una jugada letal. Y así fue nomás, porque Facundo Rubia se paró de tres puntos y convirtió: 90-89. Pero nada estaba definido. Quedaban 45 segundos. Atacó Atenas y Lucas Rubia recuperó el balón. Pero San José tampoco pudo definir y le quedó la última bola al visitante. Restando 2’’, Mendyk le puso cifras definitivas a esta historia.
Un verdadero partidazo ganó el Apache, equipo que a pesar de fallar 6 de sus 10 tiros libres en el último cuarto y de perder cuatro rebotes defensivos en los últimos tres minutos, pudo cantar victoria. Ahora, la plaza cambió de color, es negra y roja.