La primera consola PlayStation cumplió esta semana un cuarto de siglo. Pero parece que es más joven de lo que parece. Es que duró más de 10 años en el mercado (hasta 2006), aceleró la caída de Sega y a Nintendo la obligó a conformarse con el segundo lugar. Como el Walkman de Sony, "la Play" es uno de los tantos casos en la industria en que la fidelidad es tal que la marca eclipsa al producto.
La PlayStation nació de un acuerdo fallido entre Sony y Nintendo. Eran finales de los '80 y ambas compañías trabajaban en un proyecto conjunto para incorporar juegos en CD en la mítica Super Nintendo. Pero la empresa de Super Mario rompió con la tecnológica japonesa porque consideró que cedió muchísimo en el control y beneficios derivados de la venta de juegos en CD y prefirió asociarse a Philips.
Sony prefería seguir con su negocio de la música, pero el equipo a cargo del ingeniero Ken Kutaragi insistía en su proyecto bastante avanzado para la época, bajo lo que se conoce como Sony Computer Entertainment. El tiempo le dio la razón: el 3 de diciembre de 1994 se lanzó en Japón la PlayStation, cuyo éxito inmediato la llevó directamente a liderar la llamada quinta generación de las consolas (la de los 32 bits).
Hace 24 años, la conferencia de videojuegos E3 en Los Angeles fue escenario de la muerte de la Sega Saturn, la competidora directa de la PSX. El jefe de Sega of America, Tom Kalinske, sabía que Sony tenía todo listo para su debut en las consolas y, previa autorización del presidente de Sega, Hayao Nakayama, anunció que la Saturn ya estaba disponible en las tiendas a 399 dólares, pese a que muchos habían llegado a pagar hasta 800 dólares en la preventa. Minutos después, los de Sony hacían oficial su ofertón: la PlayStation costaba apenas 299 dólares.
De esta manera, la PlayStation se convirtió rápidamente en una de las consolas más populares debido a las facilidades que ofrecía: juegos en formato CD (adiós cartuchos), gráficos -o polígonos- en 3D, énfasis en la opción multijugador, pads analógicos que dieron inicio al DualShock y posibilidad de guardar partida en la Memory Card. Aunque no todo es mérito de Sony: el fracaso de la Sega Saturn y la confianza de estudios como Square Enix, Insomniac Games, Konami y Capcom resultaron cruciales en ese contexto.
Sega, la más afectada, siguió insistiendo en su ya vieja Genesis/Mega Drive y más conversiones de arcade, pero de nada sirvió. La llegada de la Nintendo 64 en 1996 la sepultó aún más. Ni la Dreamcast pudo remontar el partido.
"La Play" era el nuevo sinónimo de los videojuegos. Fichines como "Ridge Racer", "Final Fantasy VII", "Metal Gear Solid", "Tomb Raider 2", "Resident Evil", "Silent Hill", "Winning Eleven (PES)", "Crash" y "Tekken 3" se consolidaron como clásicos inoxidables.
El mito creció de manera imparable. En 2000, junto con el lanzamiento de la PSOne más ligera y liviana, arribó la PlayStation 2. Y cuando el excelente desempeño comercial de la primera parecía insuperable (a la fecha, 102 millones de unidades), irrumpió la más vendida de la historia: más de 150 millones de unidades.
Su inmenso catálogo se vio beneficiado por la expansión del DVD (incluso, con versiones de dudoso origen pero bizarra creatividad). Sagas como "Resident Evil", "FIFA", "Gran Turismo" y "Metal Gear Solid" mantuvieron el interés y otras como "Grand Theft Auto" (inolvidables Vice City y San Andreas), "God of War", "Prince of Persia", "Need for Speed", "Guitar Hero" y "Medal of Honor" replicaron el éxito.
La PS2 le puso techo a su sucesora, la PlayStation 3. Ingresada en el mercado en 2006, recién pudo ganar terreno con el lanzamiento de la versión slim por 2009, en una dura competencia con la Xbox 360 de Microsoft. La revancha se dio con la última y actual consola de Sony, la PlayStation 4, un acierto en cuanto al rediseño de hardware, el impulso a los estudios independientes y las políticas amigables para los consumidores. El reciente lanzamiento de la versión miniatura (PlayStation Classic, para los nostálgicos) y el avance a paso firme del quinto modelo para 2020 demuestra que "la Play" es un imperio implacable.