Una investigación del diario Olé denunció cómo se repartía el dinero que ingresaba desde Fútbol para Todos. Un circuito perverso en el que los clubes resignaban hasta el 40% de los ingresos televisivos y que tenían como destinatario a hombres ligados a la AFA y al gobierno kirchenrista.
“El Fútbol para Todos fue un negocio gigantesco para un grupo de financieras asociadas al gobierno anterior y otras vinculadas a lal dirigencia del fútbol argentino”, escribió Gustavo Grabia tras analizar más de 1.600 cheques entregados a las instituciones y que fueron canjeados en cuevas financieras y que representaron un perjuicio del 40% para los clubes”.
¿Cómo era la metodología? El Gobierno giraba a AFA la plata por los derechos de TV. Ésta, en vez de darles cheques al día a los clubes, los difería hasta cuatro meses y les indicaba a los directivos dónde cambiarlos, con tasas de redescuento que llegaron hasta 70% en los plazos más extensos, cuando el mercado bancario oficial cobraba 30%.
De esa plata, según sospecha la Justicia, había un retorno para funcionarios del gobierno y otro para la dirigencia del fútbol. “La mayoría de esas operaciones lleva a un mismo financista: Carlos Greppi, un amigo de Carlos Liuzzi, ex subsecretario de legal y técnico de la presidencia y hombre de máxima confianza de Carlos Zannini, operador K por excelencia y ex candidato a vicepresidente de Scioli”.
Según la investigación de Olé, los nombres de las financieras son Propyme, Agropecuaria El Zonda, Agropecuaria Monte León, Agropecuaria Agroindus, Junín Cereales y Fiorito Factoring, entre otras. También se destaca la financiera Abakon, que trabajaba con el Quilmes de Aníbal Fernández, que ingresó al mercado en 2010, justo cuando empezaban los pagos del Fútbol para todos. De los cheques analizados, son mayoría las instituciones chicas la que cambiaban en estas financieras: Arsenal, Argentinos, Quilmes, All Boys y Colón.
Otros clubes cambiaban los cheques en cuevas ligadas íntimamente a directivos del fútbol. “El caso más resonante -dice Olé- es el de la mutual Amigal, cuyos dueños son Eduardo Amirante y Jorge Galitis. Pero el nombre a retener es este último. Directivo de Huracán, ingresó al fútbol de la mano de Carlos Babington y es socio en el negocio del juego de Daniel Angelici, presidente de Boca.
Allí cambiaron cheques San Lorenzo en la etapa Savino, River bajo Passarella, Independiente antes del ingreso de Moyano, Huracán, Argentinos y más. Pero Galitis atiende en las dos ventanillas: vinculado al mundo del fútbol, también hizo negocios con los K: es propietario de la firma Aldyne, con sede en Islas Seychelles, y que según el fiscal Campagnoli sería en realidad de Lázaro Báez y la familia Kirchner”.
También sucedió que otros cheques tenían destinatarios "ilegibles". Cheques que fueron endosados, pero nadie sabe a quién ni adónde. “Olé verificó que la mayoría de los clubes se llevaba sus créditos por derechos de TV en cheques de hasta 50.000 pesos. Es decir, si le correspondían 200.000 pesos, en vez de llevarse un papel por ese monto, les daban cuatro por 50 o más papeles por valores menores.
Once clubes ya avalan la Superliga
La Súper Liga ya tiene el aval de once clubes y amenaza con romper con la AFA. También, agiganta la grieta que existe en la calle Viamonte y tiene como principales oponentes a cuatro grandes por un lado y al restante, Independiente, por el otro. River, Boca, Racing y San Lorenzo quieren avanzar con un modelo que funciona en España e Inglaterra, por citar dos casos emblemáticos.
La Liga de Fútbol Profesional y la Premier League negocian sus propios contratos con sponsors y comercializan los derechos de televisación, separados de la Real Federación Española de Fútbol y la Football Asociation, que tienen bajo su órbita las categorías del ascenso, la Copa del Rey y la FA Cup.
Lo mismo ocurre en Francia e Italia. Los 4 grandes ya recibieron el guiño de Newell's, Central, Gimnasia, Estudiantes, Vélez, Huracán y Banfield. Con otro club que se sume, los dirigentes están dispuestos a armar un nuevo campeonato de Primera.