La pesadilla de Boca parece no tener final

Estudiantes expuso lo peor de Boca, que volvió a perder y lleva seis goles en contra en dos partidos. Bianchi no le encuentra el rumbo a un equipo que juega cada vez peor y no muestra reacción. ¿Cómo sigue?

La pesadilla de Boca parece no tener final
La pesadilla de Boca parece no tener final

Que se juega, que no se juega. Se juega. Y allí partieron de improviso Carlos Bianchi y sus jugadores rumbo a La Plata. En una burbuja de cristal que vive en amenaza constante porque cualquier toque puede dejarla hecha pedazos. En el Estadio Único, el Virrey, ponía en juego su continuidad en este tercer ciclo tempestuoso que transita junto a su Boca.

Cambios: Leandro Marín por Hernán Grana, Mariano Echeverría por Lisandro Magallán, Cristian Erbes por José Fuenzalida y Andrés Chávez por Emanuel Gigliotti. A tocarles el orgullo a los jugadores, a tirar un manotazo en busca de oxígeno. Y empezó un poco mejor que Estudiantes el equipo de Bianchi. Un puñado de minutos apenas. Porque enseguida el local, práctico y preciso, se puso en ventaja.

Iban nada más que 4 minutos cuando Guido Carrillo recibió en la puerta del área, giró, dejó en el camino al Cata Díaz y sirvió para Joaquín Correa que aguantó la marca de Echeverría y definió de derecha, al segundo palo, lejos de Agustín Orion para el 1-0. Así, de entrada, contundente, a la mandíbula de un Boca que tambalea.

Tras el gol, Boca se apagó, como negado, como ya sabiendo el final inevitable. Y Estudiantes empezó a pasarlo por arriba, con pelotas largas a espaldas de los defensores y apostando a la velocidad de Diego Vera. En 22 minutos, Estudiantes se ponía 2-0 con esa fórmula vieja y efectiva ante defensas endebles. Sacó el arquero, la peinó Carrillo; cabeceó hacia arriba Echeverría y la pelota picó en el área. Vera se lo sacó de encima al Cata Díaz y cuando salió Orion le tiró un sombrero en el área chica. Tocó de derecha casi adentro del arco y metió un golazo. Delirio en el local y desconcierto en la visita.

Encima Echeverría chocó su cabeza con Vera y le tuvo que dejar su lugar a Lisandro Magallán. Boca estaba perdido en la cancha. No acertaba un pase y retrocedía peor. Un equipo sin hambre, sin ganas; sin alma. El tercer gol de Estudiantes llegó a poco del cierre del primer tiempo y desde un lateral. Cabeceó Carrillo y Vera -en clara posición adelantada- realizó un pirueta en el área para vencer a Orion. Golazo, de tijera, para el 3-0 de Estudiantes que hacía leña de un árbol caído.

Horas decisivas. Si bien el propio Bianchi avisó entre semana que no se alejaría del club, la derrota de anoche lo dejó al borde del precipicio. En la dirigencia no soportan los malos resultados y el DT no tiene banca. ¿Se va? ¿Llega Batistuta?

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