El pasado jueves se cumplieron 51 años del más vigente enigma de la aviación militar nacional.
El 3 de noviembre de 1965 desaparecía un avión de la Fuerza Aérea Argentina, con 68 personas a bordo (59 eran cadetes de la Escuela de Aviación Militar, basada en Córdoba), en viaje de instrucción a los Estados Unidos. Tres de esos jóvenes eran mendocinos: Enrique Páez, Juan D. Alguacil, Juan José García. La máquina se perdió en territorio de Costa Rica mientras viajaba desde la base Howard (Panamá) a El Salvador, escala en la meta del país del Norte. Nunca fue localizada y, desde entonces, ha sido intensamente buscada sin resultados hasta el presente.
El enorme cuatrimotor, de 28,60 metros de largo y 35,61 de envergadura, ha sido buscado en operativos oficiales de la Argentina y varios países, y por los familiares de las víctimas.
Modernamente, una tenaz luchadora por esclarecer la verdad del enigmático vuelo es Cecilia Viberti, cordobesa, hija de uno de los dos pilotos de la aeronave, Esteban Viberti. En ocasiones, a lo largo de más de medio siglo, parecía inminente la aparición de los restos del aparato TC-48 y de sus infortunados ocupantes. El tiempo, inexorable, no permitió que muchos que buscaron la nave durante años conocieran el destino final de la misma.
En setiembre pasado se realizó un nuevo operativo de localización, a cargo de un grupo civil costarricense, encabezado por el geólogo Wilfredo Rojas. Los rescatistas revisaron zonas complicadas de la selva de Costa Rica, cerrando espacios, aunque sin éxito. Volverán de nuevo en marzo de 2017. La esperanza se mantiene aún.
Miguel Títiro - DNI 8.147.634