Antes vimos los otros opus dramatúrgicos que componen el proyecto que planeó Ósjar Navarro hace varios años, cuando residía en Buenos Aires.
Primero fue "Pajarito", un durísimo tour de force entre tres jóvenes de una villa.
Luego vino "Destacamento", que se plantó en el Independencia para mostrarnos los perversos vicios de la institucionalidad que "cobija" a los que están en estos territorios de abandono. Ahora la saga salta a una zona suburbana con "La persistencia de los grillos" (segunda parte de la trilogía).
Allí los conflictos se reeditan: el círculo vicioso en el que estos seres negados, invisibilizados, maltratados y despojados por la sociedad intentan construir su mundo y replican esas mismas taras.
El pulso dramático de la pluma de Navarro es certero: sabe cómo dar voz a estos personajes de los bordes; sabe cómo se relacionan y se reconocen.
Éste es el primer acierto de “La persistencia...”: el “decir” que, además, encuentra en el texto un entorno donde la palabra procaz y violenta es la única que se admite como expresión natural. Así de bueno es el guion de la obra.
La puesta, en tanto y a diferencia de “Destacamento” -donde la pulcritud y el escenario amplio del Independencia conspiraron contra el discurso teatral-, acierta de manera rotunda en la minuciosa reconstrucción del espacio para hacernos sentir hasta la respiración de los actores (es imprescindible la proximidad de la escena y el espectador para lograr este efecto y el impacto del conflicto).
La acción -de claro corte hiperrealista- se sitúa en una casa pobre de Colonia Segovia. Día del cumpleaños de "la Johana". Allí confluyen tres personajes emparentados por la sangre y las vivencias de un horror sin nombre: Rosa, mamá de Johana (Lorena Pereyra); Carolina, la hermana travesti de Rosa (Diego Nogara); y Jordán, el tío de ambas (Jorge Fornés).
Mientras se arman los preparativos de la fiesta de cumpleaños de la nena, en una noche de calor sofocante, estos tres se cruzan en deseos, pasados negros y vínculos tortuosos.
El clima de asfixia que logra el director no suelta al que mira en los apenas 40 minutos que dura la obra. Todo es patético, espantoso; todo privado de luz.
A esta consigna de máxima concentración dramática responden con oficio y solvencia Nogara y Fornés (este actor logra un personaje de antología). Y, aunque Pereyra no termina de encontrar totalmente el código, funciona bien en este tándem explosivo.
Pura angustia, puro horror; y en esos asuntos, también: pura poesía.
La Ficha
La persistencia de los grillos
Guión y dirección: Ósjar Navarro. Con: Diego Nogara, Jorge Fornés, Lorena Pereyra.
Día y hora: Hoy a las 22.
Lugar: Sala Ana Frank, Maipú 230.