El fuerte cruce entre Victoria Vannucci y Sofía Gala en El Debate de Gran Hermano acabó siendo casi una cuestión de Estado. Es que un tweet de Malena Guinzburg convirtió lo que era un cholulaje circense en una cuestión de "antisemitismo".
"Me coparía que Sofía Gala le pegue una buena piña a Vannucci… sí, ¡sé que estoy incitando a la violencia!", publicó Malena Guinzburg
Después puso: “Bueno, me tengo que ir un rato, por favor díganme que Vannucci no se fue del programa y que se va a agarrar de nuevo con Sofía”.
En el medio se metió Matías Garfunkel, esposo de Vannucci, quien se tomó la humorada de Guinzburg como algo serio.
"Que una persona incite a la violencia sólo por pensar diferente me hace sentir vergüenza de lo que sos Malena Guinzburg", se quejó.
Malena le contestó “Si no me puedo excusar en la palabra humor no tengo nada para decir. Para mí lo es, aunque te parezca un mal chiste”.
“No te vayas a escudar bajo la palabra humor, ya que Victoria Vannucci vivió en carne propia la violencia y no hay nada de humor en eso”, le respondió Matías: “Sos una gran mentirosa, ya que dijiste que incitabas a la violencia. Por lo menos tené ovarios para bancártela”.
“Los tengo, pero si no entendés que puede haber humor en un comentario creo que no tenemos mucho más que hablar”, redobló Malena.
“Si tuvieses la grandeza que alguna vez tuvo tu padre, pedirías perdón. El jamás hizo humor con el sufrimiento ajena”, le dijo Garfunkel.
En el medio intervino la DAIA.
En diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN) la institución señaló su rechazo a las declaraciones de la humorista al considerarla antisemita.
El tesorero de la entidad, Mario Comisarenco, afirmó que “no se puede escudarse en el humor para incitar a la violencia”, y remarcó que “hay agravios gratuitos y violentos a dirigentes en las redes sociales, tanto referentes públicos judíos como no judíos, y se ve cómo en un en un tema de espectáculos terminan denostándola y amenazándola (a Vannucci) no por si es buena o mala actriz, sino por ser judía, porque hay que ‘hacerla jabón’ y hay que pegarle”.
“El antisemitismo es un combustible que cada vez que fluye, no se sabe la chispa que lo puede encender”.
“El antisemitismo es un combustible que cada vez que fluye, no se sabe la chispa que lo puede encender”, resaltó Comisarenco y recordó: “Desde nuestra entidad trabajamos día a día para erradicar el odio; sería muy positivo que aquellas personas que ocupan lugares en los medios de comunicación contribuyan a construir una sociedad en la que impere el diálogo y la cordura”.
Guinzburg hoy dijo estar sorprendida. “Acabo de llegar a Perú. Abro Twitter y me acusan de antisemita! Me están jodiendo? No sé si hacerme la boluda y no contestar o preocuparme!”, puso.
