La firma del acuerdo de asociación estratégica Mercosur- Unión Europea despertó opiniones diversas en el mundo del vino. Algunos celebran casi incondicionalmente la posibilidad de ingresar al mercado europeo, con un alto poder adquisitivo, sin pagar aranceles. Otros se muestran preocupados por la asimetría entre una industria con subsidios y otra con retenciones. Todos plantean que se deben resolver problemas impositivos y otros propios del sector.
Hasta ahora se ha conocido que se ha establecido la desgravación arancelaria total, de modo progresivo, en un plazo de 8 años a partir de la entrada en vigencia del acuerdo para los vinos fraccionados y de 12 años para los espumantes. Al parecer, se aplicarán condiciones similares para el mosto. Pero también se supo que el vino a granel quedó fuera de las negociaciones.
Hoy, los vinos argentinos fraccionados con una graduación alcohólica de hasta 13 grados pagan 13 centavos de euro por litro, mientras los que tienen una graduación superior a los 13,5 grados deben pagar 15 centavos por litro. Esto significa un 4 a 4,5% promedio, pero como en realidad se trata de un monto fijo, el impacto es mayor en las botellas de menor valor que en las de alta gama. Como contraparte, a los vinos europeos, por estar subsidiados, se les aplica un arancel de 20% al ingresar a la Argentina (y de 27% en Brasil), impuesto que desaparecerá.
Con el acuerdo se logró el reconocimiento de 140 indicaciones geográficas argentinas y de expresiones tradiciones como “reserva” o “gran reserva”. También se reconocen las prácticas enológicas y las regulaciones en materia de etiquetado, embotellado, contenido de azúcar, entre otros aspectos.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que la cerveza, que constituye un competidor del vino por precio en el mercado interno, tendrá arancel 0% desde el primer momento, lo que podría constituir un riesgo de que ingresen diversas etiquetas europeas a valores accesibles.
Con dudas
José Zuccardi, presidente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), señaló que a partir de este acuerdo comienza una etapa en la que hay mucho por hacer para nivelar las asimetrías entre los productores europeos y los del Mercosur, ya que los primeros cuentan con un importante apoyo estatal y diversas actividades dentro de la industria vitivinícola están subsidiadas. Esto, mientras aquí los costos son muy altos e incluso hay un impuesto para poder exportar (las retenciones). Por otra parte, la industria europea produce unos 15 mil millones de litros de vino, en cambio aquí se alcanzan apenas los 1.200 millones.
El bodeguero indicó que la tarea requerirá de una articulación público- privada, pero que la mayor parte de las modificaciones las debe realizar el Estado, fundamentalmente el nacional, ya que se vinculan con políticas impositivas. Pese a eso, opinó que se deberá fijar una agenda que involucre al gobierno nacional, los provinciales y las entidades vitivinícolas. Por parte de la industria, consideró que se debe alcanzar un equilibrio en los stocks pero señaló que todos coinciden en que el futuro de la vitivinicultura está en la exportación.
Zuccardi insistió en la necesidad de igualar las condiciones, ya que se van a ir reduciendo los aranceles que hoy tienen los vinos europeos -bastante más altos que los de los argentinos- porque se reconoce la política de subsidios de la UE. Así, planteó que, de no resolverse esto, se entraría en un proceso de competencia desleal que podría causar un daño no sólo en mercados como el brasileño, sino incluso en el interno.
El presidente de Fecovita, Eduardo Sancho, comentó que conocen poco del acuerdo y que sólo han obtenido información general, por lo que tienen una serie de dudas.
Sancho destacó como positiva la oportunidad de empezar a competir con más fuerza en el mercado europeo, pero resaltó que también es necesario que esa competencia sea equilibrada. En torno a esto, indicó, giran sus inquietudes, ya que España destina 300 millones anuales a subsidiar la vitivinicultura y resta conocer cómo se va a compensar esta situación.
Si bien vio con buenos ojos que se haya establecido un plazo de 8 años para la eliminación paulatina de los aranceles para ambas partes, planteó que no se ha difundido cuál va a ser el cronograma. Esto, ya que si bien las retenciones desaparecerían en 2020, Sancho subrayó que aún está vigente el impuesto al cheque (que se implementó en 2001, por la emergencia económica).
Y manifestó que también se debería asegurar un tipo de cambio equitativo, que se sostenga en el tiempo, ya que no es lo mismo venderle a Brasil, que tiene inconvenientes similares con su economía, a hacerlo al mercado europeo, con una inflación de 0,5% anual.
El titular de Fecovita agregó que deben contemplarse, además, problemáticas como la del transporte, ya que Mendoza se encuentra a 1.100 kilómetros del puerto, y eso incide en los costos. En cambio, consideró que la industria está preparada para competir y que lo demuestra el hecho de que cada vez que mejora el tipo de cambio, se incrementan las exportaciones.
Con buenos ojos
Representantes del sector vitivinícola, entre otros de diferentes cámaras sectoriales, participaron de una reunión que el presidente Mauricio Macri organizó el miércoles para dar a conocer algunos detalles del acuerdo y qué medidas deberán tomarse de ahora en adelante para incrementar la competitividad en el marco de esta nueva apertura. Quienes acudieron se mostraron conformes con la asociación estratégica y la perspectiva de que se revisen políticas impositivas.
Fernando Morales, presidente de la Cámara de Exportadores de Mosto, manifestó que, si bien lograr el acuerdo fue un éxito, ahora resta empezar a construir competitividad para que resulte posible competir con países del primer mundo. Para ello consideró necesario, en concordancia con lo planteado con el Presidente, reducir la carga impositiva y realizar una reforma labora, mejoras logísticas y de infraestructura.
Aunque no estaba mencionado en la información preliminar, Morales indicó que el mosto estaría incluido con una desgravación similar a la del vino fraccionado y resaltó que la pasa y la uva en fresco tienen arancel 0% desde el primer día de vigencia del acuerdo.
Alberto Arizu, presidente de Wines of Argentina, comentó que no ve riesgos para la vitivinicultura local con este acuerdo, sino que, por el contrario, le permite posicionarse mejor en uno de los mercados más importantes y facilita el ingreso a países como Holanda, Bélgica, Alemania y otros nórdicos. El bodeguero resaltó que en los últimos 10 años el consumo mundial se ha mantenido estable, pero que casi se duplicó el comercio internacional.
Arizu señaló que si bien no habrá efectos comerciales inmediatos, sí genera una inercia positiva que puede favorecer nuevos acuerdos. En cuanto a la industria, mencionó que tiene las herramientas para competir -calidad, relación calidad-precio, posicionamiento, distribución-, pero que habrá que hacer algunos ajustes porque entre 20 y 30% de lo que produce no tiene mercados y de ahí los excedentes.
En tanto, la titular de Bodegas de Argentina, Patricia Ortiz, explicó que, a diferencia de lo que ocurre con otros sectores, el vino tiene una cláusula espejo de reducción de aranceles (simétrica). Y consideró muy positiva la posibilidad de ingresar con mayor competitividad en el mercado vitivinícola europeo, que asciende a los 36 mil millones de dólares y en el que los vinos argentinos tienen una participación de 5,8%.
Y si bien señaló que la mejora de la competitividad requiere de medidas que deberá encarar el gobierno nacional, también indicó que el sector tiene que trabajar en la sustentabilidad, porque algunos países piden certificaciones de buenas prácticas para poder ingresar.
Desde afuera
El vino a granel quedó fuera del acuerdo. José Bartolucci, presidente de la Cámara Argentina de Exportadores y Comercializadores de Vino a Granel, expresó que no entiende por qué no fue incluido y que habrá que ver de qué manera se puede avanzar ahora, aunque reconoció que ya no es posible modificar lo acordado. De todos modos, agregó que se reunirán con los asociados para definir un petitorio.
Los vinos no fraccionados pagan 10 centavos de euro por litro al ingresar a la Unión Europea, lo que tiene un impacto diferencial según el precio, que puede variar entre los 60 centavos y 2 dólares por litro, o incluso 30 centavos de dólar cuando se trata de genéricos.
Horacio Reyser, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería y jefe negociador por la Argentina, expresó que el vino a granel quedó excluido porque el sector productor observó cierta sensibilidad y que algunos bodegueros y productores tenían temor de que hubiera una eventual importación de vino a granel desde Europa.
Hervé Birnie Scott - Estate Director Chandon Argentina, responsable de las operaciones del grupo LVMH en nuestro país
"Lo que necesita el país y la industria es ir más allá". Hervé Birnie Scott, director de Chandon Argentina, ofreció la visión de un francés que vive en Argentina y que maneja el negocio, sobre la firma del tratado de libre comercio entre el bloque del Mercosur y la UE. "Este acuerdo es fruto de un trabajo de años a nivel país y acompaña unas de las necesidades de nuestra industria, la de buscar otros mercados, de tener una actitud más activa hacía afuera, hacia la exportación. De equilibrar las salidas comerciales, las oportunidades, con el mercado local; que se ha retraído mucho. Cuando llegué en 1991, todavía se consumía 45 litros per cápita por año, hoy estamos en el orden de los 18 litros".
“Indudablemente el camino de la exportación es importante, creo también que cualquier acuerdo de este tipo entre el Mercosur -que tiene que solucionar diferencias internas-, con grandes bloques comerciales -como la Unión Europea- es un antecedente interesante, porque lo que necesita el país y nuestra industria es ir más allá”.
-¿Cómo será el nuevo mapa comercial?
-Es complejo, ¿este acuerdo va a hacer ganar mucho o perder algo? La competencia del vino y de los espumantes frente a estas potencias, ellos son muy competitivos y van a ingresar en el Mercosur, tal vez de una forma más agresiva.
-En el caso de Chandón, ¿cómo evalúan el tratado?
-Con esperanza, pero con algo de preocupación. Esperemos que cualquier implementación se haga en forma progresiva para poder corregir las asimetrías entre ambos bloques, que hacen que hoy la UE se vea favorecida.