Mientras esperaban a que Donald Trump llegara al escenario esta semana en un acto de campaña en Exeter, New Hampshire, sus seguidores escucharon algunos éxitos de Adele como “Skyfall” y “Rolling in the Deep”.
Aparentemente esto no le gustó a la superestrella británica, quien ha dicho que preferiría que Trump dejara de tocar sus canciones en sus actividades como precandidato. “Adele no ha dado permiso para que su música se use para una campaña política”, declaró Benny Tarantini, uno de los voceros de Adele. Pero a pesar de que es una de las artistas más populares del mundo, quizá Adele no tenga el poder para detener a Donald.
Legalmente, el candidato republicano ha pagado por el derecho para usar prácticamente la música que quiera, siempre y cuando lo haga correctamente. “La campaña del señor Trump pagó y obtuvo los derechos legales para usar esas grabaciones”, dijo Hope Hicks, una vocera de Trump. Expertos en derechos de autor afirman que las campañas no necesitan el permiso de los artistas.