La niña de 12 años que llegó al hospital con un dolor de estómago resultó ser dolor de parto reavivó nuevamente una problemática extendida en la sociedad: el embarazo adolescente. Si bien desde el Ministerio de Salud, aseguran que los casos han bajado en los últimos años, las cifras siguen siendo llamativas. De todas formas, esta realidad no es igual en toda la provincia, ya que hay departamentos en los que los bebés nacidos de mamás jóvenes están más extendidos que en otros.
Para sacar conclusiones se comparó la media provincial de embarazos de madres menores de 20 años del trienio 2012-2014 que es de 15,2%, con la media de los distintos departamentos. Entre los primeros de la lista aparece La Paz con 22%, al que le sigue Tupungato con 21,3% y Lavalle con 20,7%.
En cuarto y quinto lugar aparecen General Alvear con 18,9%, seguido de cerca por Tunuyán con 18,7%. Entre los que están debajo de la media aparecen los departamentos del Gran Mendoza: Capital con 11,1%, Godoy Cruz con 12,4% y Guaymallén con 13,7%.
Esta misma información, pero desagregada en cantidad de partos de madres de 10 a 15 años para 2014, indica que el total de partos fue 130 y la mayor cantidad de casos se dieron en San Rafael (20), Maipú (17), Las Heras (17) y Guaymallén (15).
Con estos datos en mano, Silvia Vargas, subsecretaria de Gestión y Control, explicó que desde el Ministerio de Salud se implementó hace tres años un programa de adolescencia para tratar esta problemática. “Gracias a este trabajo la tasa viene bajando lentamente en estos últimos años”, remarcó la mujer que informó que en 2012 la tasa de embarazo adolescente en mayores de 15 era de 65 cada mil y que en 2014 se llegó a 63 cada mil. “En las menores de esta edad las últimas cifras son de 1 cada mil”, detalló la funcionaria.
Con respecto al trabajo en el territorio señaló que se realiza de manera uniforme, pero que se pone especial hincapié en aquellos departamentos que históricamente han tenido tasas más altas. “Por ejemplo Lavalle, Alvear, La Paz son lugares donde la accesibilidad no es la mejor en salud por lo que nos esforzamos en fortalecer los equipos médicos en esas zonas”, destacó.
Además informó que los mayores inconvenientes se presentan en las áreas rurales y poco pobladas. Son grandes los esfuerzos que hacemos en estos departamentos y estamos teniendo muy buenos resultados porque hemos disminuido la tasa de fecundidad”, recalcó.
Presencia familiar
Para colaborar con la reducción del embarazo adolescente, Vargas enumeró que se han tomado estrategias tanto desde el punto de vista de la salud como de la educación. “Estamos mejorando la accesibilidad del adolescente al centro de salud ya que históricamente son una franja etaria que no concurre. Se buscan horarios para ellos y se capacitan a los profesionales para que sepan tratarlos”, precisó.
En tanto que en las escuelas contó que se han dado charlas, capacitaciones, cines debate, obras de títeres, entre otras actividades para que los chicos conozcan sus derechos y sepan cómo cuidarse. “Porque lo más grave de su desconocimiento no es un embarazo, sino una enfermedad de transmisión sexual”, subrayó la subsecretaria.
Al mismo tiempo, reconoció que el marco cultural actual no ayuda por lo que indispensable el rol de la familia. “No es solamente el estado el que tiene un compromiso, sino que creemos que es muy importante el rol del padre, de la madre, el diálogo y la confidencia”, aseguró.
Para ella, lo fundamental es volver a poner límites y ayudar a los chicos en esta etapa de la vida. “Porque en ese momento es cuando se proyectan al futuro, por lo que les tienen que explicar que pasar al mundo adulto no es fácil y que él puede elegir el momento y el contexto para poder tener un hijo”, expuso Vargas.
Por otra parte, buscó desterrar el mito que aduce que el embarazo adolescente se da únicamente en las clases sociales vulnerables. “Esto no es así, se ve en todas las clases sociales, también en los estratos medios y altos, lo que sucede es que sí impacta más en las clases más vulnerables”, precisó.