¿La paz o sólo una tregua? - Por José Luis Toso

¿La paz o sólo una tregua? - Por José Luis Toso
¿La paz o sólo una tregua? - Por José Luis Toso

El gobernador Cornejo ya había anticipado que no apelaría la decisión de la Suprema Corte sobre el reclamo de inconstitucionalidad del denominado decreto no reeleccionista si el fallo de los jueces resultaba contrario a las pretensiones del Gobierno. Pero sí les pedía a los integrantes del máximo tribunal rapidez en la definición del caso.

Algo similar dijo el miércoles a la noche, cuando públicamente expresó su decisión de dar un paso al costado y dejar de lado acciones judiciales para allanar las aspiraciones de los intendentes del PJ. Sin embargo, allí renovó el pedido de que el fallo de fondo no tuviese demoras.

En una semana un cambio de actitud importante. Dejó de lado la confrontación judicial posiblemente innecesaria para dar paso a una, ahora sí, necesaria decisión de la Corte que sentará precedente pero que no necesariamente tendrá influencia en el inminente proceso electoral mendocino. Si se erradican las reelecciones sin límite, la aplicación comenzará en el próximo llamado a las urnas.

Algunos en el justicialismo tomaron la actitud de Cornejo como la admisión de una derrota política importante. Sin embargo, el consenso mayoritario, tanto político como judicial, se inclinó por opinar sobre una decisión acertada desde el punto de vista institucional que, además, sirvió para descomprimir la tensión reinante hasta entonces y dejó a los jueces mejor parados. Debe tenerse en cuenta que horas antes del anuncio del titular del Ejecutivo, los intendentes reeleccionistas, luego de un llamado de conciliación que no prosperó, habían anunciado una instancia judicial más, con presentación ante la Corte nacional.

Por eso en el radicalismo consideran que la decisión de Cornejo de aceptar que los cuatro intendentes del PJ puedan ser candidatos una vez más no merece ningún reparo. “Hizo lo que tenía que hacer”, opinó terminante un jefe departamental radical.

Los tiempos judiciales, generalmente difíciles de predecir, podían producir un contrasentido de consecuencias políticas impensadas si los jefes comunales del PJ, que en los cuatro departamentos van por una nueva reelección, ganaban y luego la elección resultaba anulada por un fallo adverso. Un escándalo que nadie podía aceptar, aportándole tensión al año electoral.

En el gobierno consideran que la Corte no convalidará el planteo de inconstitucionalidad del decreto y esperan novedades en los próximos días. La expectativa crece luego del rotundo rechazo del máximo tribunal nacional a las intentonas re-reeleccionistas de los gobernadores de La Rioja y Río Negro.

La decisión del Gobernador no frena para nada la intención de dar una fuerte pelea en los departamentos de los cuatro “caciques” peronistas, aunque saben en el oficialismo provincial que será difícil desalojar a esos jefes tan arraigados. San Martín sería el lugar que más alienta en el Gobierno, pero nadie asegura un triunfo. Es por esa apuesta a invadir territorios largamente conducidos por el peronismo que cabe preguntarse si se llegó a firmar la paz o si la retirada cornejista fue sólo para una tregua pensando en las PASO departamentales de abril.

La estrategia de campaña pasaría por realizar un cotejo de las acciones provinciales y municipales, tratando de destacar la injerencia de la Provincia en temas que si bien exceden la labor básica que debe realizar un municipio son también parte del servicio que se le brinda a los vecinos, como es el caso de la salud y la seguridad.

En cuanto a Omar De Marchi, el rival interno del oficialismo, mantiene su ritmo de campaña hacia las primarias. En el cornejismo han decidido mantenerse calmos ante los pasos que va dando el lujanino, que no duda en formular algunas apreciaciones críticas sobre la gestión provincial, como hizo esta semana sobre la puja por las reelecciones indefinidas luego de haber mantenido, en visita a San Rafael, una reunión con el intendente Félix, justamente uno de los adversarios de Cornejo en la puja y el principal portavoz de los “caciques” litigantes.

De Marchi continúa uniendo voluntades en los departamentos para completar candidaturas. En el radicalismo hay gran expectativa. ¿Cómo resolverá el contendiente macrista ese tema?

Por otra parte, desde la cúpula nacional de Cambiemos le siguen recordando que de ninguna manera puede intentar nada por afuera de Cambia Mendoza, por lo menos hasta que se realice la convención nacional del radicalismo, que debe considerar, en abril o en mayo, si el centenario partido sigue perteneciendo a la coalición gobernante. Si hubiese ruptura, de lejano pronóstico por el momento pese a las diferencias y enojos que generan la economía y otras acciones del gobierno nacional, podría caber la posibilidad.

No hay que dejar de valorar la cercanía que existe entre De Marchi y el PD en estos momentos. Y el sector partidario que encabeza Guillermo Pereyra, identificado con el massismo, tampoco se encuentra ahora inmerso en el oficialismo, como sí lo hizo cuando Cornejo llegó a la gobernación. Es un sector expectante.

Un allegado al peronismo comentaba que ningún sector político cae o sube en intención de voto en Mendoza por mérito propio. Visión bastante acertada, porque el oficialismo en gran medida sufre las consecuencias del desorden económico nacional e inevitablemente puede ver mermar la adhesión ciudadana, mientras que el justicialismo se reposiciona y aspira a competir con más chances que hace algunos meses como consecuencia de esa misma situación. Tal vez por ello ahora en la oposición quienes están lanzados o tentados a hacerlo recalculan posibilidades mientras deciden si competirán o no. Alejandro Bermejo, con su anuncio de ayer, posiblemente sea un ejemplo de ello.

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