Monzer Al Kassar, nació en Yabroud (Siria) en 1945 y el mundo lo conoció como el "Príncipe de Marbella", lugar que había elegido como residencia y desde donde organizaba la venta ilegal de armas, delito por el que fue detenido y procesado en varias oportunidades por la justicia de española, pero casi siempre terminó absuelto.
Y como hombre de "mundo" también llegó a nuestro país. Se dice que por primera vez en la década del '80. Sin embargo ya en los años 90, residió por un corto tiempo en Los Corralitos (Guaymallén), concretamente a la altura del 4700 de la calle Severo del Castillo y utilizó el Registro Civil de ese distrito para formalizar su matrimonio con Raghada Habbal, como paso previo -y obligatorio- para lograr la ciudadanía, lo que consiguió en tiempo récord, utilizando inclusive un día donde la inactividad de los Tribunales Federales era total.
Sin embargo esta historia podría no haber existido por una razón simple: Monzer Al Kassar tiene un hijo nacido en la Argentina.
El matrimonio, junto a sus hijas Haifa, Natasha y Monawar, ingresaron al país en junio de 1990 y solo 20 días después, a su pedido la Dirección Nacional de Población y Migraciones le otorgó a la señora Raghda Habbal la residencia en calidad de “permanente”.
Mientras que el 23 de diciembre de 1991 nació en Argentina el último hijo del matrimonio, el niño René Al Kassar y ese hecho le daba el derecho -por imperio de la Ley 346- al padre a un trámite gratuito y directo ante el juez en turno en la Capital Federal donde el matrimonio tenía domicilio.
La pregunta es si, en ese momento, Monzer Al Kassar fue mal asesorado por sus propios "paisanos" o se pergeño un millonario negocio donde habrían participado funcionarios del gobierno nacional, abogados, jueces y políticos.
Amigos mendocinos
A fines del año 1991, en el despacho del juez federal Gerardo Walter Rodríguez, Monzer Al Kassar llegó con un especial pedido de urgencia que se había originado en la oficina a cargo de Amira Yoma (Princesa en Sirio y hermana menor de Zulema, por ese entonces Primera Dama) y que para cumplimentar el tramite fotográfico utilizó una corbata del presidente Carlos Saúl Menem.
Así con los papeles de casamiento, la compra de una propiedad en la zona y asegurando ante las autoridades en una declaración jurada "no tener antecedentes penales", obviando la realidad que hablaba de un detención en Inglaterra y una condena a prisión en Francia, tuvo en sus manos la documentación solicitada.
El ya fallecido Alfredo López Cuitiño, abogado que compartió un estudio jurídico con Eduardo Bauza, fue el firmante del documento de extranjería, dado por el Registro Nacional de las Personas, organismo que respondía al ministro José Luis Manzano.
Y si bien en la causa hubo varios imputados, entre ellos ex juez Jorge Garguir, el capitán de navío Aurelio “Za” Martínez, ex director de Migraciones, Nicolás Becerra ex Procurador General de la Nación, solo terminaron procesados Roberto Sastre, cuñado del quien fuera Procurador de Tesoro, Rodolfo Díaz y únicamente Abdon Adur condenado.
Este hombre es el padre de la abogada Cristina Adur, que ocupó el cargo de secretaria en la oficina de Amira Yoma y que después acompañó a Monzer Al Kassar, en su presentación en los trámites de la ciudadanía.
El juez Roberto Burad, en su despacho, recibió el testimonio de Amira Yoma, que reconoció haber intervenido en el pedido de un trámite "urgente" para Al Kassar y a Elsa Serrano, la famosa diseñadora de ropa de aquellos años que declaró haber estado de "visita" en la mansión de Marbella.
Al final el juez Burad, al término de su intervención (pasó a integrar un Tribunal Oral) cerró la investigación asegurando que los implicados se "movían entre los pliegues del poder".
Así las cosas Monzer Al Kassar y su esposa Raghada Habbal también debieron visitar el edificio que habían conocido años antes y sin necesidad de intérpretes (ambos hablaban algo de español) estuvieron frente al juez Luis Leiva y lo hicieron, cada uno a su turno, acompañados por los abogados Carlos Varela Álvarez, Diego Lavado y Omar Venir, profesionales que pidieron y obtuvieron poco después que la causa fuera llevada a los Tribunales Federales de la Capital Federal, escenario de otra batalla judicial.
20 años no son nada
En los despachos de Comodoro Py, el sirio Monzer Al Kassar quedó procesado como presunto autor del delito de falsedad ideológica de instrumento público y uso de documento falso, en la causa iniciada el 8 de mayo de 1992 ante las graves irregularidades cometidas para la obtención de su radicación y posterior nacionalización.
La firmó el titular del Juzgado Federal N° 2 de la Capital, Jorge Luís Ballesteros. Y en el mismo acto el magistrado le otorgó la excarcelación, al aceptar como caución real en fianza, la escritura de una vivienda ubicada en la avenida del Libertador 5346, 4º piso, propiedad del sirio. Después el hombre famoso se retiró del lugar a bordo de un Alfa Romeo.
Y en estos días, pero de hace ahora 20 años, la justicia argentina le dictó la prisión preventiva y un embargo de 50 mil pesos al sirio imputándolo de uso de documentos falsos. Pero el hombre que vivió, por unos meses en el distrito de Los Corralitos y donde se casó ya no estaba en el país, por lo que se lo intimó a que debía presentarse el 25 de abril de 2000, pero nunca lo hizo, pese a la existencia de un pedido de captura internacional.
Nueve años después otro juez, Marcelo Martínez de Giorgi, lo condenó -en ausencia- a 5 años de prisión a cumplir en una cárcel de la Argentina por "irregularidades en la obtención de su ciudadanía argentina durante el gobierno del ex presidente Carlos Menem". Más tarde, la Cámara Federal la elevó a 6 años,
Sin embargo eso tampoco se pudo concretar simplemente porque Monzer Al Kassar nunca volviò al paìs que le habìa dado, en tiempo rècord su ciudadanìa y por estos dias y desde el 2007, continùa cumpliendo una condena a 30 años de càrcel, en la prisiòn de Marion, en el condado de Williamson, dentro del estado de Illinois (EE.UU), abierta en 1963, después de que cerrara sus pùertas para siempre la tristemente celebra prisiòn federal de Alcatraz.
Expulsados del país
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos aceptó -hace una década- y aún está en trámite una denuncia contra el Estado Argentino por la suspensión de la nacionalidad y la expulsión del país de Raghada Habbal, esposa de Monzer Al Kassar y sus cuatro hijos.
El escrito firmado por los abogados Carlos Varela Álvarez y Diego Lavado, hace referencia al documento fechado el 11 de mayo de 1992 cuando la Dirección Nacional de Población y Migraciones, declaraba “ilegal” la presencia del matrimonio y de sus hijos y se ordenaba extraditarlos a España.
Por el mismo medio, el Estado también “declaró nulas de manera absoluta e insubsanable” las radicaciones presentadas por la denunciante para obtener su ciudadanía y un día después el Poder Judicial de la Nación emitió orden de captura contra el matrimonio.
Sin embargo desoyendo los argumentos de la administración argentina, los magistrados del Tribunal Interamericano (CIDH) destacaron el hecho de que “las garantías del debido proceso establecidas en el artículo 8 de la Convención también se aplican a los procesos de expulsión de nacionales o extranjeros” y que por lo tanto esto representaría una violación sobre las “garantías judiciales, en cuanto al derecho a ser oído con, a recibir comunicación previa y a recurrir la decisión ante juez o tribunal superior; asimismo podrían caracterizar violaciones al artículo 25 de la Convención”.
Monzer Al Kassar, el "Príncipe de Marbella", junto a su esposa que supieron caminar por las calles de Los Corralitos, hoy están separados por miles de kilómetros.
El hombre del que casi ya nadie habla sigue preso en los Estados Unidos, mientras que su esposa Raghada Habbal, junto a sus cuatro hijos, uno de ellos nacido en la Argentina, abandonó sus propiedades en España y buscó refugio en su Siria natal.
Por eso esta historia que comenzó en los años '90 aun continúa abierta.