Gran parte de la oposición decidió vaciar la sesión informativa en la que ayer el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, brindó la visión del Ejecutivo sobre el rumbo del país. El radicalismo, el socialismo, el juecismo, el GEN, Libres del Sur, la Coalición Cívica (fuerzas que integran el Frente Amplio Unen), más el Frente Renovador de Sergio Massa y el Pro de Mauricio Macri no bajaron al recinto y adujeron sentirse molestos porque el oficialismo se negó a cambiar la metodología de la sesión informativa para permitir la posibilidad de que los legisladores puedan repreguntarle a Capitanich.
“Queremos preguntar y repreguntar como en el Senado, no ser testigo de un largo monólogo del Jefe de Gabinete”, dijo el titular de la bancada radical, Mario Negri. El cordobés agregó: “Exigimos sesiones ordinarias para tratar los problemas cotidianos que afectan a la mayoría de los argentinos, como la modificación del mínimo no imponible de Ganancias”. La juecista Graciela Villata aportó un dato: “Llevamos este año más sesiones en minoría discutiendo Ganancias, cuatro en total, que el oficialismo con sus sesiones especiales, que han sido tres”. En tanto, el titular del bloque massista, Darío Giustozzi, informó en la improvisada conferencia de prensa que se hizo en el Salón de Pasos Perdidos: “Una mayoría rehúye a una minoría que quiere poner en discusión soluciones a los problemas de los argentinos, por eso no quieren darnos quórum y sesionar siempre con el temario cerrado, en sesiones especiales”.
Otro de los motivos que la oposición puso para justificar el desplante a Capitanich fue que éste contestó sólo una porción de las preguntas que dos semanas antes los bloques mandaron por escrito y las respuestas llegaron ayer dos horas antes del inicio de la sesión.
La movida opositora fue resuelta el martes luego de que el Frente para la Victoria se negara por cuarta vez consecutiva a dar quórum para modificar el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, pero la jugada no fue anunciada al oficialismo en la reunión de Labor Parlamentaria que se produjo ese día al caer la tarde.
De modo que el kirchnerismo se mostró sorprendido en la mañana de ayer y sólo pudo conseguir quórum porque una parte de los bloques no K no se prendió en la estrategia. Las bancadas que se quedaron fueron el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, Unidad Popular (Claudio Lozano), Unión por Córdoba (delasotismo), Compromiso Federal (Rodríguez Saá), el moyanismo y los monobloques de Francisco De Narváez y Carlos Brown. Gracias a ellos, el kirchnerismo consiguió 132 legisladores y Capitanich pudo dar su informe. Un dato preocupante extra para el oficialismo fue que si bien tiene quórum propio, ayer tuvo muchas bajas (porque se daba por hecho que todas las fuerzas asistirían).
“Están incumpliendo la Constitución que marca en su artículo 101 la obligatoriedad de estas sesiones informativas por parte del Jefe de Gabinete. Y lo hacen quienes se llenan la boca hablando de República”, lanzó furiosa la titular del bloque K, Juliana Di Tullio. “Al pueblo se lo representa desde la banca, no desde un estudio de TV”, añadió la bonaerense, quien tildó además de “inconfiable” (sic) a los bloques opositores por la actitud que tomaron ayer.
La estrategia de la oposición, que en el oficialismo todos achacaron a Elisa Carrió (“hay una diputada que los lleva de las narices”, dijo Di Tullio), mostró ciertas fisuras en los principales bloques no oficialistas. El precandidato presidencial radical, Julio Cobos, se sumó a la movida “por respeto a lo resuelto por la mayoría del bloque”, dijo.
“Pero a mí justo Capitanich me respondió gran parte de las preguntas, incluso me confirmó que el Gobierno no está midiendo más el índice de pobreza. Pero lo cierto es que con esto buscamos cambiar las metodologías para que la Cámara funcione con normalidad, tenga sesiones ordinarias, no puede ser que la excepción, que son las sesiones especiales, sea la regla”, dijo ante las cámaras de un programa de TV ultra-kirchnerista. Por otro lado, los socios políticos de Sergio Massa en el armado nacional de su candidatura presidencial, José Manuel de la Sota y Adolfo Rodríguez Saá, no sumaron sus legisladores a la movida (los bloques Unión por Córdoba ni Compromiso Federal escucharon a Capitanich y fustigaron “el show mediático” de los que se retiraron del recinto).
Por otro lado, desde la izquierda se criticó al FAU, al Pro y al Frente Renovador por votar las iniciativas del Gobierno, como la exención impositiva al biodiésel o la indemnización a Repsol y “buscar diferenciarse con estas jugadas ante la opinión pública”, como dijo Nicolás del Caño (FIT), quien tuvo ayer un durísimo cruce con el oficialismo por el conflicto en la autopartista Gestamp.
El paso de ayer de Capitanich por Diputados no arrojó grandes novedades. Sólo anunció que mandará una nueva ley orgánica para reformar el sistema penitenciario federal y confirmó que el Ejecutivo no enviará el acuerdo con el Club de París al Parlamento ya que tiene la potestad de renegociar la deuda pública en default. Cuando fue consultado por Néstor Pitrola (FIT) por hasta cuándo se sostendrá al vicepresidente Amado Boudou en funciones pese a estar comprometido en la causa Ciccone, Capitanich prefirió no hacer comentario alguno.
